Michael Rockefeller desapareció mientras realizaba un viaje de exploración e investigación en territorio de una tribu en Papúa Occidental. La tribu poseía una reputación un tanto siniestra.

Si Michael Rockefeller, miembro de una de las familias más prominentes del planeta, no consiguió salir de Papúa Occidental, no sé por qué nadie más querría arriesgarse allí.

Pero la misteriosa desaparición del joven de 23 años en 1961 no hizo más que aumentar la curiosidad por lo que ocurría en esa región ridículamente remota y por la tribu que la habita.

Gracias a este valiente equipo de cámaras, todos podemos echar un vistazo a cómo vive el pueblo Asmat sin arriesgar nuestras vidas para verlo, pero puede que las imágenes te dejen con más preguntas que respuestas sobre lo que le ocurrió a Michael.

Unas imágenes extraordinarias captaron a los Asmat en sus quehaceres cotidianos. Crédito de imagen: YouTube / Slice

Los documentalistas de Slice hicieron el mismo viaje que el hijo del Vicepresidente de EE. UU. Nelson Rockefeller, pero, afortunadamente, consiguieron regresar de su extraordinario viaje a Papúa Occidental, antes conocida como Nueva Guinea Holandesa.

La tripulación era muy consciente de dónde se metía y de las posibles consecuencias, explicando a los espectadores en el vídeo compartido en 2022 que no es un lugar en el que uno se presentaría sin avisar.

Explicaron que se estaban aventurando en una “tierra que durante mucho tiempo ha permanecido libre de forasteros, desalentados por la aterradora reputación de los Asmat como caníbales y cazadores de cabezas”, por lo que se puede entender por qué no es un lugar turístico.

Los exploradores de Slice explican:

“Fuimos a filmarlos, simplemente para ser testigos de su cultura intacta, en una de las últimas regiones inexploradas del planeta, y para comprender mejor su modo de vida en este territorio singular”.

Pero el equipo no pareció inmutarse por todas las teorías conspirativas sobre el destino de Michael, aunque la principal hipótesis es que acabó en el “menú” alimenticio de las tribus Asmat.

Todos los miembros de la tribu viven en grandes casas y trabajan en equipo para mantenerse. Crédito de imagen: YouTube / Slice

Para los que no lo sepan, el joven explorador emprendió su segunda expedición a la región de Asmat junto con el antropólogo holandés René Wassing, con la intención de entrar en contacto con la población local.

Pero la pareja tuvo problemas cuando su canoa de 12 metros zozobró cerca de la costa y, aunque Wassing fue rescatado mientras flotaba en el agua, nunca se volvió a saber nada de Michael.

En un principio se dijo que se había ahogado o que había sido atacado mortalmente por un animal, pero no todos estaban convencidos y sospechaban que los miembros de la tribu se lo habían comido.

Aunque el documental mostraba a los Asmat viviendo un modo de vida muy diferente al de la mayoría de nosotros, los retrataba como protectores de su territorio y su cultura que nos hacen parecer a los occidentales bastante vagos, en lugar de asesinos a sangre fría.

Para empezar, son expertos cazadores-recolectores que “siempre han sobrevivido sin cultivar la tierra”.

Y como no disponen de refrigeración para mantener los alimentos frescos, salen a buscar comida todos los días. Slice explica que las mujeres se encargan de la pesca, mientras los hombres los vigilan.

Slice explica:

“Aunque los Azmat ya no se ven amenazados por ataques sorpresa, han mantenido su distribución tradicional de tareas. Los hombres defienden el territorio, mientras que las mujeres se encargan del sustento de la familia”.

Las mujeres tienen que mantener a la tribu, mientras los hombres se encargan de la protección. Crédito de imagen: YouTube / Slice

Todos viven en casas suficientemente grandes para familias enteras, construidas sobre estacas debido al terreno extremadamente fangoso de la región, y un miembro de la tribu, Rufinus, explica que “todos trabajan juntos” para sobrevivir.

A pesar de que hay espacio suficiente para él, este joven de 20 años cuenta que él y otros solteros duermen en un lugar separado, pero que después se mudarán con la familia de su mujer cuando se casen.

Para casarse hay que seguir la tradición, que implica “ofrecer una presencia ritual” y matar un casuario.

Sin embargo, según el abuelo de Rufinus, sus antepasados están “furiosos con ellos” por su modernidad.

Obviamente, no me refiero a que todos vayan por ahí con un iPhone, sino al hecho de que algunas de sus tradiciones se han ido perdiendo con el paso de los años.

El principal punto de fricción es el hecho de que los hombres de Asmat ya no van a la caza de cabezas, que suena exactamente como lo que es: buscar venganza y llevarse la cabeza de alguien como recuerdo.

Los chicos que volvían a casa con una cabeza eran vistos como su elevación a la madurez, mientras que el canibalismo que lo acompañaba era meramente un espectáculo secundario y un método de forrajeo para esa noche.

La tribu cree que la muerte, la enfermedad o cualquier otra desgracia es causada por un enemigo, así que tienen que equilibrar las cosas cuando ocurre algo así continuando el interminable ciclo de venganza y cortando cabezas.

Pueden ver un vídeo sobre la tribu Asmat a continuación:

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