Una reciente investigación ha puesto en duda la posibilidad de que la humanidad descubra civilizaciones extraterrestres tecnológicamente avanzadas.
El estudio, del que son coautores el eminente astrónomo David Kipping y el astrofísico Geraint Lewis, sostiene que las probabilidades de descubrir una raza extraterrestre avanzada son notablemente bajas debido a una estrecha ventana de detección determinada por los ritmos desconocidos a los que surgen y desaparecen estas civilizaciones.
El Dr. Kipping y el Dr. Lewis defienden un cosmos solitario en un nuevo artículo publicado en preprint en arXiv.
Los investigadores escribieron en su estudio:
“En los sistemas ecológicos, ya sea un jardín o una galaxia, las poblaciones evolucionan desde un cierto valor inicial (digamos cero) hasta un estado de equilibrio estacionario, cuando el número medio de nacimientos y muertes por unidad de tiempo es igual. Este punto de equilibrio es función de las tasas de natalidad y mortalidad, así como de la capacidad de carga del propio sistema ecológico.
Dado que las tasas de natalidad y mortalidad son a-priori ilimitadas, argumentamos que esto presenta un problema de ajuste”.
La búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) ha cautivado durante mucho tiempo la imaginación humana, inspirando la investigación científica y la cultura popular. Sin embargo, el Dr. Kipping y la Dra. Lewis sugieren que las probabilidades de localizar una civilización alienígena tecnológicamente avanzada son mucho menores de lo que se pensaba.
Qué comprende la investigación
En el estudio, los investigadores exploraron la distribución de probabilidad a priori de Haldane para estimar la cantidad incierta de vida extraterrestre en el universo y la probabilidad estadística de poder detectar una inteligencia extraterrestre.
Basándose en estos cálculos, los investigadores sostienen que la tasa de natalidad de las posibles civilizaciones alienígenas supone un reto importante, que podría limitar su existencia a un estrecho margen de detectabilidad.
El estudio también introduce una nueva perspectiva en la Ecuación de Drake, una conocida fórmula desarrollada para estimar el número de civilizaciones extraterrestres activas y comunicativas en la Vía Láctea.
Según los investigadores, la ecuación, aunque útil para organizar nuestra ignorancia sobre las variables implicadas, sólo puede dar cuenta parcialmente de las complejidades de la aparición y extinción de civilizaciones.
En el núcleo del argumento de los doctores Kipping y Lewis se encuentra el concepto del formalismo “nacimiento-muerte”, una versión simplificada de la ecuación de Drake que comprime sus numerosas variables en dos factores principales: el ritmo al que surgen las civilizaciones (ritmo de nacimiento) y el ritmo al que desaparecen (ritmo de muerte).
Al examinar estas tasas, el estudio sugiere que la probabilidad de que exista una civilización detectable dentro de nuestra ventana de observación está ligada a la relación entre estas tasas de nacimiento y muerte.
Los investigadores sostienen que si las tasas de mortalidad de las civilizaciones son altas, lo que significa que tienden a desaparecer con relativa rapidez, las probabilidades de detectar una durante su fase comunicativa son extremadamente bajas.
Los investigadores señalan:
“La mayor parte de la historia de la Tierra carece incluso de vida multicelular, por no hablar de una civilización tecnológica”.
Detección improbable
El estudio también aborda el concepto del problema del “ajuste fino”, que postula que para que los optimistas del SETI estén en lo cierto al suponer una alta probabilidad de detectar civilizaciones extraterrestres, el universo debe estar finamente ajustado para que estas civilizaciones existan en un delicado equilibrio. Sin embargo, los investigadores advierten contra este optimismo, señalando que tal ajuste fino parece improbable dada la inmensidad y variabilidad del cosmos.
Al explorar este dilema, el estudio introduce la idea de la “ecuación de Drake en estado estacionario (SSD)”, que tiene en cuenta la capacidad de carga de la galaxia, es decir, el número máximo de civilizaciones que puede albergar en un momento dado.
Según la ecuación SSD, si la tasa de nacimiento de civilizaciones es baja y la tasa de mortalidad alta, la galaxia tendría muy pocas civilizaciones detectables, si es que tiene alguna, en un momento dado.
El estudio indica:
“La curva de crecimiento tiene forma de S, saturándose en la capacidad de carga para grandes proporciones de tasa de natalidad/mortalidad y tendiendo a cero en el otro extremo».
Argumentamos que nuestras observaciones astronómicas parecen inconsistentes con un cosmos saturado de ETIs, y por lo tanto los optimistas de SETI se quedan presumiendo que la verdadera población está en algún lugar a lo largo de la parte de transición de esta curva en S”.
Un golpe de suerte
En resumen, el Dr. Kipping y la Dra. Lewis afirman que la curva de crecimiento en forma de S de una civilización extraterrestre significa que, a menos que tengamos la suerte de estar buscando durante un periodo en el que muchas civilizaciones estén simultáneamente activas, la probabilidad de detectarlas es extremadamente baja.
Esta noción pone en entredicho la opinión, a menudo optimista, de algunos miembros de la comunidad científica, según la cual es probable que el universo esté repleto de vida inteligente. Aunque el estudio reconoce la posibilidad de un cosmos “abarrotado”, también subraya que las observaciones actuales parecen más coherentes con un universo en gran medida vacío.
Los investigadores abordan además la hipótesis del llamado “Gran Filtro”, que sugiere que puede haber una etapa en el desarrollo de la vida inteligente extremadamente difícil de superar, lo que explicaría la aparente ausencia de civilizaciones extraterrestres. Si este filtro se encuentra detrás de nosotros, haciendo que la aparición de vida inteligente sea extremadamente rara, o delante de nosotros, representando un reto que pocas civilizaciones pueden superar, sigue siendo una cuestión abierta.
Y dónde queda la hipótesis del zoológico
El estudio también aborda la “hipótesis del zoo“, una teoría que postula que la vida extraterrestre avanzada puede evitar intencionadamente la detección o la comunicación con la Tierra. Los defensores de esta teoría sugieren que los extraterrestres pueden evitar el contacto humano por diversas razones, como permitir la evolución natural y el desarrollo sociocultural o evitar la contaminación interplanetaria.
Citando investigaciones anteriores, los doctores Kipping y Lewis señalan que “mantener una cultura monolítica a escalas galácticas dada la velocidad finita de la causalidad hace que tal escenario [la hipótesis del zoo] sea altamente artificioso”.
A pesar de las aleccionadoras implicaciones de sus hallazgos, los investigadores abogan por la continuación de los esfuerzos SETI. Sostienen que, aunque las probabilidades sean escasas, el posible descubrimiento de inteligencia extraterrestre representaría uno de los logros científicos más profundos de la historia de la humanidad.
El estudio concluye:
“Aunque nuestra conclusión arroja dudas sobre las posibilidades de éxito de un programa SETI, sostenemos que SETI es un experimento importante y vital que merece recursos específicos.
Aunque las probabilidades de éxito parecen pequeñas, tal éxito representaría posiblemente el descubrimiento científico de mayor impacto en la historia de la humanidad”.
En última instancia, este reciente estudio sirve tanto para comprobar la realidad como para llamar a la acción. Nos recuerda que la búsqueda de inteligencia extraterrestre puede estar plagada de retos e incertidumbres, pero es una búsqueda que merece la pena.
Puede que el universo sea vasto y esté en gran parte vacío, pero la posibilidad de encontrar otra forma de vida inteligente, por remota que sea, sigue inspirando e impulsando la exploración científica.
Para terminar, el Dr. Kipping y la Dra. Lewis ofrecen varias formas de “salvar la esperanza” de descubrir una especie extraterrestre avanzada. Uno de los métodos consiste en explorar la hipótesis de los “Grabby Aliens” y el principio antrópico débil.
Grabby Aliens es un concepto que define a alienígenas sigilosos y ruidosos o extraterrestres discretos e indiscretos se utiliza en el modelado de hipótesis para la prevalencia de la inteligencia extraterrestre, particularmente en el contexto de la paradoja de Fermi.
Propuesta por primera vez por el economista y futurólogo Robin Hanson, la hipótesis de los “Grabby Aliens” sostiene que la inteligencia extraterrestre (ETI) rara vez aparece.
Sin embargo, cuando lo hace, a menudo procede a colonizar rápidamente y ampliar su esfera de influencia en los sistemas estelares circundantes.
En un artículo publicado en 2021 en la revista The Astrophysical Journal, el Dr. Hanson y un equipo de investigadores utilizaron sofisticados modelos informáticos para predecir que las civilizaciones extraterrestres avanzadas «de agarre» evolucionan a un ritmo aproximado de una vez por millón de galaxias. Estas civilizaciones alienígenas se expanden y aumentan su volumen aproximadamente a la mitad de la velocidad de la luz, controlando actualmente entre el 40% y el 50% del universo, y cada una de ellas llegará a controlar entre 100.000 y 30 millones de galaxias.
Según la hipótesis del “Grabby Aliens”, aún no hemos detectado extraterrestres avanzados porque, con sólo ⅓ de la edad del universo, la Tierra existe en una bolsa de espacio a la que aún no ha llegado la ETI a través del principio antrópico débil.
Según los modelos, el Dr. Hanson y sus colegas afirman que la humanidad no debería esperar encontrarse con los “Grabby Aliens” más cercanos o con una inteligencia extraterrestre avanzada hasta los próximos 200 millones a 2.000 millones de años.
El Dr. Hanson dijo a Universe Today:
“Una vez por millón de galaxias es muy raro, y si los ‘Grabby Aliens’ fueran los únicos tipos que se pudieran ver, entonces las posibilidades de que SETI viera algún alienígena cercano serían muy bajas. Sin embargo, es posible que haya muchas más civilizaciones alienígenas ‘silenciosas’ ahí fuera. Cuanto mayor sea la proporción entre civilizaciones alienígenas silenciosas y agarradas, más cerca podrían encontrarse los alienígenas silenciosos más cercanos”.
Aunque la hipótesis del “Grabby Aliens” puede no sugerir un contacto inminente con vida extraterrestre avanzada, los doctores Kipping y Lewis afirman que introduce un enfoque nuevo e inexplorado en la búsqueda de inteligencia extraterrestre.
Los investigadores escribieron:
“Tal hipótesis se presta a invertir la visión normal de SETI: en lugar de buscar localmente, deberíamos buscar en regiones muy separadas de nosotros.
Tal hipótesis tiene la ventaja de que es, en principio, verificable mediante SETI extragaláctico”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el servidor de pre-impresión arXiv.org.
[FT: thedebrief]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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