Chimpancés han sido vistos utilizando cortezas y hojas de plantas medicinales para tratar heridas y enfermedades. Gracias a esto se podría encontrar nuevos fármacos.
Un nuevo estudio revela que la automedicación de los chimpancés ha ayudado a los científicos a identificar algunas plantas prometedoras para futuros fármacos. En el estudio, los investigadores de Oxford han identificado nada menos que 13 plantas con potentes propiedades curativas de heridas y para combatir infecciones.
Los investigadores hicieron este asombroso descubrimiento gracias a la ayuda de chimpancés salvajes. Observándolos en la naturaleza, el equipo descubrió que los chimpancés tienden a comer cortezas, madera muerta y hojas que no forman parte de su dieta cuando están enfermos o heridos.
Los investigadores afirman que observar a los chimpancés buscando ayuda en la naturaleza cuando se encuentran mal podría acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos para enfermedades crónicas e infecciones.
La Dra. Elodie Freymann, investigadora principal de la University of Oxford, dijo en un comunicado:
“No podemos probar todo lo que hay en estos bosques por sus propiedades medicinales. ¿Por qué no probar las plantas de las que tenemos información, las que buscan los chimpancés?”.
Los chimpancés parecen tener su propia medicina
La Dra. Freymann agregó:
“Nuestro estudio pone de relieve los conocimientos medicinales que pueden obtenerse de la observación de otras especies en estado salvaje y subraya la urgente necesidad de preservar estas farmacias forestales para las generaciones futuras”.
Para ello, la Dra. Freymann y su equipo pasaron meses seguidos, durante cuatro años, siguiendo y observando cuidadosamente dos comunidades de chimpancés salvajes en la Reserva Forestal Central de Budongo.
Para el estudio publicado en la revista PLOS One, los investigadores actuaron como “detectives”, observando durante varios meses a 51 chimpancés en la Reserva Forestal Central de Budongo, en Uganda.
El objetivo era recoger “pistas de comportamiento” para determinar si los primates se automedicaban deliberadamente. Ella y sus colegas no sólo buscaron signos de dolor, como cojeras o posturas corporales inusuales, sino que también recogieron muestras de excrementos y orina para detectar enfermedades e infecciones.
Una planta llamada Christella parasitica
Tras analizar grabaciones de vídeo, el equipo descubrió a un chimpancé macho herido consumiendo las hojas de un helecho llamado Christella parasitica. Durante las pruebas de laboratorio, se descubrió que este helecho poseía propiedades antiinflamatorias.
La Dra. Freymann agregó:
“No usaba la mano para andar, cojeaba”.
Mientras el resto del grupo de animales estaba sentado comiendo, el chimpancé herido se alejaba cojeando en busca de helechos.
La Dra. Freymann agregó:
“Era el único chimpancé que buscaba y comía estos helechos”.
Propiedades antiinflamatorias
Los investigadores recogieron y analizaron una planta de helecho conocida como Christella parasitica, que resultó poseer potentes propiedades antiinflamatorias.
Los científicos también observaron a otro chimpancé con una infección parasitaria comiendo la corteza del árbol espino de gato (Scutia myrtina), un comportamiento que nunca se había visto antes en este grupo.
Una forma interesante de encontrar nuevos fármacos
Las pruebas de laboratorio también revelaron que otros extractos de plantas, como la madera muerta de un árbol de los bosques tropicales llamado Alstonia boonei, y la corteza y resina del árbol de caoba de África oriental (Khaya anthotheca), tienen fuertes propiedades cicatrizantes y de lucha contra las infecciones.
Según los investigadores, la mayoría de las muestras de plantas (88%) analizadas en el laboratorio presentaban propiedades antibióticas, mientras que el 33% mostraba beneficios antiinflamatorios.
La Dra. Freymann agregó:
“Para estudiar la automedicación de los chimpancés salvajes hay que actuar como un detective, reuniendo pruebas multidisciplinares para reconstruir un caso.
Después de pasar meses sobre el terreno recogiendo pistas sobre el comportamiento que nos condujeron a especies de plantas concretas, fue emocionante analizar los resultados farmacológicos y descubrir que muchas de esas plantas presentaban altos niveles de bioactividad”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista PLOS One.
[FT: oxford]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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