Un profesor de Harvard ha advertido de que el mundo está peligrosamente cerca de una guerra nuclear en un momento en que los principales expertos en prevención de este tipo de conflictos están “envejeciendo”, y ha pedido a los dirigentes que busquen urgentemente la ayuda de una nueva generación de científicos e ingenieros.
Matthew Bunn, catedrático de Energía, Seguridad Nacional y Política Exterior, afirmó que “el riesgo de guerra nuclear no había sido tan alto desde la crisis de los misiles de Cuba” en 1962.
Bunn escribió un editorial para la revista científica Science, publicado el jueves pasado:
“Nubes oscuras se ciernen sobre el horizonte nuclear, con amenazas procedentes de todas las direcciones. El mundo podría enfrentarse pronto a una competición armamentística desenfrenada por primera vez en más de cinco décadas, y a una más compleja en la que participen más países y más tecnologías”.
En su editorial, Bunn advertía de que el Nuevo Tratado START de 2010 es el último acuerdo que queda para limitar las fuerzas nucleares de Estados Unidos y Rusia, pero expira en 2026, con Rusia bloqueando las inspecciones requeridas y sin nuevas conversaciones en marcha.
Señaló un panorama mundial marcado por el aumento de las tensiones nucleares, incluyendo: Las amenazas nucleares de Rusia en el conflicto de Ucrania; la construcción de numerosos silos de misiles por parte de China; las pruebas de misiles de Corea del Norte; la actual rivalidad nuclear entre India y Pakistán; y las ambiciones nucleares de Irán.
En respuesta a estos acontecimientos, los responsables políticos estadounidenses contemplan un posible aumento de las armas nucleares. Además, los avances en tecnologías como los misiles hipersónicos y la inteligencia artificial están desestabilizando aún más los equilibrios militares.
Arsenal nuclear
En 2024, habrá más de 12.000 cabezas nucleares en todo el mundo. Según la Federación de Científicos Estadounidenses, Rusia tiene unas 5.580 ojivas, Estados Unidos unas 5.100, China 500 y Francia y el Reino Unido 290 y 225, respectivamente. India y Pakistán tienen unas 170 cada uno, Israel 90 y Corea del Norte 50.
Históricamente, los diálogos no gubernamentales entre científicos e ingenieros han facilitado los acuerdos de control de armamento, dijo Bunn.
Bunn escribió:
“Los debates técnicos en profundidad en los que participa la comunidad científica son esenciales para cuestiones como la reducción de los peligros de conflicto en el espacio exterior y el ciberespacio y la exploración de cómo las nuevas tecnologías, como los sistemas espaciales comerciales y la inteligencia artificial, pueden ayudar a verificar la próxima generación de restricciones armamentísticas.
Estados Unidos, Rusia y China deben encontrar formas de crear previsibilidad, reducir la hostilidad y evitar los peligros y los costes de una competencia desenfrenada. Las tres partes deben poner fin a la dependencia de las políticas de ‘lanzamiento sobre aviso’ y sacar los misiles de alerta para que las decisiones sobre la vida o la muerte de millones de seres humanos no tengan que tomarse en cuestión de minutos”.
Establecer medidas de comunicación y reducción de riesgos
Bunn sugiere que los pasos iniciales se centren en reducir las tensiones de Estados Unidos con China, Rusia y Corea del Norte, y establecer medidas de comunicación y reducción de riesgos.
Bunn dijo:
“Los gobiernos necesitan la ayuda de científicos e ingenieros tanto para comprender los peligros que siguen planteando las armas nucleares como para encontrar vías para reducirlos. Quienes han venido realizando gran parte de este trabajo están envejeciendo.
Informándose, uniéndose a grupos que trabajan en estos temas y participando en diálogos sobre el control de armamentos y en esfuerzos de investigación, una nueva generación de científicos e ingenieros, que trabajan más allá de las fronteras nacionales, puede proporcionar esa ayuda.”
Otros expertos en la materia coinciden con Bunn
Becky Alexis-Martin, profesora de Estudios sobre la Paz y Desarrollo Internacional en la Universidad de Bradford (Reino Unido), dijo en un comunicado:
“Estamos en un momento de tensión, en el contexto de Rusia, Corea del Norte, India y Pakistán. Existe un riesgo real de guerra nuclear, mientras tengamos armas nucleares”.
Robert M. Dover, profesor de inteligencia y seguridad nacional en la Universidad británica de Hull, , dijo en un comunicado que Bunn no mencionó un paso crucial:
“A medida que se reducen las fuerzas convencionales, la escalera de la escalada es más corta, y el peligro es mayor. Del mismo modo, muchos comentaristas discuten la lejanía de la amenaza alegando que se trata de un pacto suicida, pero eso depende de la calidad del adoctrinamiento de los funcionarios en el uso de estas tecnologías y de la mitigación de las amenazas.
El otro aspecto es el escaso tratamiento del desarrollo de los diferentes tipos de artefactos nucleares (por ejemplo, tácticos frente a estratégicos), la reducción de las normas contra [las armas de destrucción masiva], la relativa complacencia y el fracaso a la hora de comprender cómo son vulnerables algunos de los seres humanos y los sistemas en este espacio. ¿Vemos -por ejemplo- que la relativa delgadez de las fuerzas de la OTAN en el este (frontera polaca) puede conducir a un mayor riesgo -por ejemplo, estamos haciendo que la situación sea más arriesgada porque no podemos librar una guerra convencional?”.
Parece que los expertos olvidan que ya se lanzaron dos bombas nucleares hace varias décadas y quién fue el que las lanzó.
[FT: NW]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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