La verdadera naturaleza del tiempo ha eludido a los físicos durante siglos, pero un nuevo modelo teórico sugiere que quizá sólo exista debido al entrelazamiento entre objetos cuánticos
El tiempo podría no ser un elemento fundamental de nuestra realidad física. Nuevos cálculos dan más credibilidad a la idea de que surge del entrelazamiento cuántico, en el que dos objetos están tan inextricablemente unidos que perturbar uno perturba al otro, por muy distantes que estén.
¿Es el tiempo solo una ilusión?
Una nueva teoría sugiere que el tiempo podría no ser un aspecto fundamental de nuestro universo, sino más bien una ilusión creada por el entrelazamiento cuántico.
El entrelazamiento cuántico se produce cuando las partículas se interconectan de tal manera que el estado de una influye instantáneamente en el de otra, independientemente de la distancia.
Según esta teoría, la percepción del tiempo surge del entrelazamiento de los objetos con un reloj de referencia. Por consiguiente, sin este entrelazamiento, el universo parecería estático e inmutable a un observador externo.
Esta idea desafía los puntos de vista tradicionales conformados por la relatividad general, según la cual el tiempo está entrelazado con el tejido del espacio e influido por la gravedad.
Sin embargo, en el reino de la mecánica cuántica, el tiempo no muestra la misma flexibilidad. Los investigadores sostienen que conciliar estas dos perspectivas exige replantearse la naturaleza fundamental del tiempo.
Mucho que probar
A pesar de sus intrigantes implicaciones, esta teoría se enfrenta a retos, como la forma de probar empíricamente estos conceptos. A medida que evolucione la comprensión de la mecánica cuántica y su intersección con nuestro mundo macroscópico, esta teoría podría aportar nuevos conocimientos sobre la naturaleza de la realidad y del propio tiempo.
Los investigadores Alessandro Coppo y su equipo en el Consejo Nacional de Investigación de Italia han explorado esta idea, proponiendo que el tiempo podría surgir de las interacciones cuánticas a un nivel fundamental.
Sus hallazgos, publicados en Physical Review A, sugieren que nuestra experiencia del tiempo podría ser un subproducto de los procesos cuánticos más que un aspecto fundamental de la realidad. Esta teoría, aunque todavía incipiente, abre nuevas vías para comprender la naturaleza del tiempo y su papel en el universo.
Coppo afirma:
“Durante siglos, el tiempo ha entrado en la física como un ingrediente esencial que no debe cuestionarse. Está tan profundamente arraigado en nuestra concepción de la realidad que la gente pensaba que no era necesaria una definición del tiempo. Creemos que la naturaleza es genuinamente cuántica”.
Las implicaciones de esta teoría son profundas, ya que sugiere que el tiempo, tal y como lo percibimos, podría no ser una constante universal, sino más bien una construcción que surge de interacciones cuánticas más profundas.
Esto podría conducir a una nueva comprensión de cómo funciona el universo tanto a nivel macroscópico como microscópico, salvando potencialmente las distancias entre la mecánica cuántica y la relatividad general.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Physical Review A.
[FT: newscientist]
Tenemos algo para decirte: Visítanos en Facebook. Únete a la discusión en nuestra comunidad en Telegram. Y si te es posible, apoya nuestro trabajo invitándonos un café. ¡Te lo agradecemos!
La memoria se conserva lógicámente estática para poder aprender de los fallos y los defectos que los promueven. Una vez aprendida una lección se conserva la solución, las habilidades obtenidas, se amplía el sentido, significado y valor de las cosas vistas con la virtud que fue reprimida en la ignorancia.
Por lo tanto, todos tenemos una conciencia programable que es extrapolable a un ordenador informático. Es naturalmente lógico el ordenar la información de las cosas, artefactos, esquemas y sistemas en planos bidimensionales. Sin embargo, ésta conciencia programable se encuentra afectada por la mecánica y lógica bidimensional que asegura previsibilidad para la planificación y proyección mediante el establecimiento de parámetros y coordenadas. Cuando todos conservan las mismas referencias mayor probabilidad de éxito. La lógica booleana aplicada sobre puertas predefinidas por datos absolutos convierte a un artefacto mental en un circuito cerrado muy efectivo, pero se transforma en una cárcel en el intento de prevalecer como punto gravitatorio de sentido sobre todo aquello fuera del circuito que igualmente es funcional y presente en todo momento. Los datos ignorados por insignificantes pasan a ser desconocidos.
Por lo tanto, una cosa es la mecánica de éste formato mental que simula un mapa para el territorio, y otra cosa es la mecánica mental, sitio en donde todo es posible, incluso, construir cárceles y fronteras para la realización.
¿La virtud necesita medirse, se puede traducir matemática y geométricamente?
La Cábala es un intento de programación, que como todo artificio y circuito cerrado tiene su efecto ordenador y limitante. Sin embargo, se pueden predefinir puertas cuando se concentra a una masa de creyentes con las mismas referencias.
Los creyentes son los personajes que son guiados por ficciones fantásticas, legales y técnicas. Afortunadamente, el personaje puede salir del teatro de realidad y gobierno y su mecánica clásica para observarlo desde una nueva posición elevado sobre el plano y tablero de juego. Luego, puede invertir el relato de la línea de tiempo usando de la misma mecánica clásica. Puede curvar la línea hasta conformar un círculo perfecto como pantalla de realidad. El actor puede modificar el sentido de su personaje y la historia descubriendo la causa.
Absolutamente, todos los productos mentales y físicos, pueden ser deconstruidos, incluidos los engaños.
Hay una diferencia enorme entre adaptarse eterna y resilientemente a los errores y defectos, y el resolverlos y avanzar.
Las creencias se montan sobre comandos y funciones creativas universales que hacen posible su realización, sin embargo, la calidad de los efectos son inequívocamente confirmados. El tema es simple, el artefacto sirve al Ser o el Ser al artefacto. El propósito del artefacto no es el propósito del Ser.
El escenario cumple una clara función.