Abracadabra puede parecer cualquier disparate o un conjunto incoherente de palabras, dibujos ilegibles, un discurso incomprensible, etc. Por tanto, parece que la palabra en sí no es más que un conjunto de sonidos. Sin embargo, “abracadabra” tiene un significado y una historia muy antigua.

Los investigadores siguen discutiendo sobre el origen de la palabra y se han barajado decenas de versiones, entre las cuales la más común es la opinión de que el término se originó a partir de los antiguos hechizos de la Cábala, o de los rituales de los celtas, los sacerdotes egipcios, los antiguos sumerios y otros cultos extintos.

El primer documento donde se encuentra “abracadabra” suele ser uno de los tratados del antiguo médico, poeta y científico romano Quintus Serenus Sammonicus (vivió en el siglo II).

En aquella época, la medicina estaba estrechamente relacionada con la magia. En su tratado, Sereno aconsejaba a los pacientes con fiebre que llevaran una placa-amuleto en la que estaba escrita la palabra “abracadabra” en una columna 11 veces. El conjuro caldeo “ab bada ke daabra” significa “perecer como una palabra”. El triángulo invertido, con la palabra Abracadabra leída en cada uno de sus tres lados, era un amuleto muy popular contra la fiebre y el cuadrado mágico también se utilizaba para curar la locura.

Sereno Sammónico prescribió el uso del abracadabra como un amuleto contra la fiebre. Crédito de imagen: Il Dottore / Wikimedia Commons

Primera teoría: Parece provenir de Abraxas

“Abracadabra” puede proceder del nombre de la deidad Abraxas o Abrasax (“jefe supremo de los cielos y los eones”), representada como una criatura con cabeza de gallo y cola de serpiente en lugar de patas. Las siete letras griegas que componen este nombre y también designan números suman 365, el número de días de un año. La magia está ahí.

Segunda teoría del abracadabra

La segunda versión relaciona la palabra “abracadabra” con el hebreo: es, por así decirlo, el resultado de la fusión de las palabras ab (“padre”), ben (“hijo”) y ruach hakodesh (“espíritu santo”). Lo que en general suena realista: los viajeros europeos en Oriente podían oír a menudo este conjunto de palabras, percibirlo como un conjuro y reproducirlo como una sola palabra “abbenruhkodesh”.

El estudioso inglés del Antiguo Testamento John Allegro cree que procede de la expresión mesopotámica “Ab-ba-tab-bari”, que se pronunciaba durante los ritos religiosos entre los antiguos sumerios.

Tercera teoría del abracadabra

Y finalmente, la tercera teoría es que se trata de una frase en arameo antiguo, que puede escribirse como avda kedavra – “lo que se dice debe hacerse”.

Además, es interesante notar la obvia similitud de “abracadabra” con la poco usada palabra “cadaver” – “cadáver, hombre muerto”.

Abraxas es un símbolo del tiempo

La imagen del tiempo inexorable es la carretera, y el símbolo del tiempo es la arena que fluye entre los dedos. Y los atributos del tiempo medido -un reloj o una vela encendida- son un símbolo de la elusividad del momento presente. Y una deidad como Abraxas es la personificación de varios ciclos divinos del año solar, y por tanto pertenece a los símbolos del tiempo.

Abraxas. Crédito de imagen: Wikimedia Commons

Se trata de una compleja imagen mística que representa al Ser Supremo, el más elevado de los siete, que posee 365 virtudes. Consta de cinco emanaciones – radiaciones. Se trata de Nus-Mente; Logos – Palabra; Phronesis – Razón; Sophia – Sabiduría; Dynamis – Fuerza.

En la imagen de Abraxas, el cuerpo humano personifica a Dios. Los dos soportes que salen de él, simbolizados por serpientes, son Nous y Logos, que significan intuición y entendimiento rápido.

La cabeza del gallo representa la previsión y la vigilancia, es decir, la inteligencia. Y dos manos sostienen los símbolos de Sophia y Dynamis, la armadura de la sabiduría y el látigo del poder.

Aleister Crowley

Aleister Crowley. Crédito de imagen: Pinterest

Muchos esoteristas ven una fórmula mágica en la palabra “abracadabra”. Afirman que la suma de las letras de la palabra es igual al número cabalístico 66. En El Libro de las Leyes, el famoso satanista y mago Aleister Crowley también menciona este término como la suma gematrica de cuyas letras es 418, es decir, el número de la Gran Obra.

No es ningún secreto que en la Edad Media el conjuro “abracadabra” era utilizado activamente por alquimistas, magos y otros hechiceros. Al mismo tiempo, los sacerdotes advertían que los creyentes no debían pronunciar, y mucho menos escribir, esta palabra, debido a su capacidad para atraer al diablo.

Y aquí vemos una clara contradicción. Según algunas fuentes, se trata de un término divino que puede proteger contra las fuerzas del mal. Según otras, se trata de un hechizo mágico. Por supuesto, no hay información exacta de que alguien se haya metido en problemas por culpa de esta palabra. Pero es mejor no decir “abracadabra” en voz alta, ya que ¿por qué otra razón el médico romano Sammonicus derivó esta fórmula mística de una deidad gnóstica, símbolo del tiempo?

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