Un equipo de científicos trabaja en un proyecto colosal para obtener energía ilimitada desde el interior de la Tierra.
Un pozo de 3.2 kilómetros de profundidad ha sido perforado en el centro de Italia, con el fin de acceder a un suministro funcionalmente ilimitado de energía limpia.
El grupo de geólogos italianos y suizos pretende llegar más profundo y alcanzar una zona denominada «horizonte K», donde esperan hallar depósitos fluidos altamente presurizados que podrían ser aprovechados para obtener energía limpia.
La revista Wired, recientemente publicó una nota refererida a esta iniciativa, y la describe como «una de las formas de energía renovable más densas en energía del mundo».
Riesgos de cavar profundo
El equipo espera lograr cavar bastante profundo, sin embargo esperan hacerlo sin provocar un gran terremoto en el proceso.
Sin embargo, los investigadores creen poder alcanzar el horizonte K sin causar terremotos. Para ello realizaron un estudio (sugiriendo que sí es posible) que fue publicado el mes pasado en la revista JGR Solid Earth.
Aunque es posible aprovechar la energía generada por los fluidos supercríticos, que tienen propiedades de líquido y de gas al mismo tiempo, es una tarea que resultará muy complicada. Y los científicos lo saben.
Susan Petty, cofundadora de la compañía geotérmica Alta Rock Energy, dijo a Wired:
Los fluidos son muy corrosivos y disuelven muchas cosas de la roca con las que tienes que lidiar. Es algo aterrador”.
Pero primero, el equipo debe estar seguros de haber encontrado un depósito antes de comenzar a perforar el terreno.
Y aunque pensemos que solo cavar profundo podría asegurarnos energía, no es así. Los fluidos supercríticos son inusuales, según informa Wired. Sin embargo, si los científicos encuentran conexiones subterráneas entre esos depósitos se podría tener mayor acceso a energía limpia ilimitada.
Aunque existen ventajas en torno a la obtención de energía, también este método trae varias desventajas, entre las que se encuentran: causa emisiones de gases nocivos, puede causar cambios climáticos locales, pueden contaminar fuentes de agua con metales pesados, etc.
El estudio científico ha sido publicado en la revista JGR Solid Earth.
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