Hace unos meses la detención de Julian Assange por parte de las autoridades británicas, poniendo fin a un largo cautiverio, en su asilo ecuatoriano, puso al mundo en vilo. Lejos quedaron los días donde Assange asomaba como una joven promesa, disparando consciencias como primigenio militante hacker.
Aquella singularidad sin dudas marcó su destino, y sentó las bases para la actual realidad social, que ahora enfrenta sus días más aciagos. Su presagio de un mundo dictatorial al estilo orwelliano, que debía ser expuesto, contagiado por un discurso radical, aunque aletargado desde la sombras del teclado, en sus inicios, no fue detectado como amenaza, y la censura, apenas lo rozó.
Sólo cuando Assange llevó sus actos a niveles extremos, en cuánto a divulgación de información sensible, la asonada oficial empezó a inquietarse, acelerando su posterior caída en su intento por detener el subidón de Wikileaks.
La historia de Assange aunque se reescribe a cada instante, lleva ya medio siglo teniéndolo como protagonista. Conozcamos algunos pasajes de su increíble vida, y que en la decodificación de la misma, señalan las pistas del futuro por venir.
Nacimiento de un pirata informático
Su ficha biográfica sitúa el nacimiento de Julian Paul Assange, un 3 de Julio de 1971, nativo de Townsville, Queensland, norte subtropical de Australia. Aquel niño fue fruto de un amor furtivo, conformado por Christine Hawkins, y John Shipton, gestado aquel breve romance, durante una marcha en contra de la Guerra de Vietnam.
Pero la relación no prosperó, y el joven Shipton, activista radical, abandonó rápidamente la vida familiar. Shipton tardaría mucho tiempo en regresar a la vida de Julian. Por lo tanto Christine, ante la caótica situación ya como madre soltera, mudó de residencia, encontrando en Magnetic Island, bahía alejada en Townsville, su nuevo hogar. Se dice que durante esos primeros años, Julian no contó con una educación formal, ya que en aquella comuna dominada por familias hippies, se practicaba la libertad en todo sentido.
Después de un tiempo de soledad, Christine Hawkins volvería a las andanzas amorosas, que la depositarían en brazos de Brett Assange, actor y director de teatro. Este encuentro derivó en posterior casamiento significando para Julian, obtención de su primer apellido paterno, que el mundo luego celebraría.
Fue una época cargada de mudanzas constantes, y también de buenos recuerdos, que luego Julian evocaría en algunas memorias. Contó, que como émulo de Tom Sawyer, (uno de los personajes más emblemáticos del genial Mark Twain), llegó a tener su propio caballo. También dijo participar activamente del entorno natural, aprendiendo durante ese período idílico a pescar, y navegar en balsas. Habló también sobre intrigantes exploraciones subterráneas, practicando el descenso a «minas y túneles», que para quién escribe, no deja de ser un dato inquietante.
No obstante un recuerdo singular, y muy representativo para Julian por sus implicancias futuras, tiene un hecho político como protagonista, suceso que lo marcara profundamente, y señalando quizás su posterior destino como denunciante. Según reveló a sus escasos biógrafos, cuando cumplió cuatro años su madre, junto a otros activistas, descubrieron «evidencias de bombas atómicas británicas, lanzamientos que se había llevado a cabo en Maralinga» (remota zona al sudeste de Australia), desde 1952 hasta 1960, contabilizándose doce detonaciones nucleares por parte de Reino Unido.
Todo este asunto se mantuvo en el mayor de los secretos por entonces, siendo sus actos por parte de las autoridades locales, ocultados a los pobladores australianos. Cuando se intentó hacer pública esta historia, Christine Assange y su entorno, fueron terriblemente amenazados, debiendo renunciar a cualquier tipo de divulgación, ante el riesgo de sufrir fuertes represalias.
Cuatro años después de estos acontecimientos, sobrevendría un nuevo divorcio, acentuado quizás, por el creciente alcoholismo de Brett Assange.
La tercera pareja de Christine Hawkins, Keith Hamilton de profesión músico, dejaría una huella imborrable en el mundo de Julian, de escasos ocho años, por su pertenencia a un oscuro culto australiano llamado La Familia, liderado por Anne Hamilton-Bryne, cruel y carismática mujer, quién llegó a compararse con Jesús.
Esta etapa que Assange intentó restarle importancia, definitivamente debió cautivar mucho su espíritu, afectándolo para siempre. La secta de Hamilton-Bryne fundada en 1960 se movió en las altas esferas de la sociedad australiana. Durante casi dos décadas los movimientos del culto, estuvieron rodeados de un estricto secreto, arrobado bajo el lema más que intrigante: «invisible, desconocido, inaudito».
El funcionamiento se basaba en la adopción de niños, provenientes de familias rotas, y con muchas carencias afectivas, que entregaban sus vástagos a la secta. Sometidos a crueles torturas físicas y psíquicas, los pobres niños fueron además objetos de experimentación con peligrosos alucinógenos como el LSD, que buscaban someterlos completamente bajo un yugo dictatorial. Increíblemente Hamilton-Bryne mantuvo activa La Familia hasta 1993, sin ser molestada por las autoridades oficiales, gozando de una «inexplicable impunidad».
Aunque Julian negó habitar aquella comunidad, y tan solo ser objeto de los desvíos de su padrastro, Keith Hamilton, quién si perteneció, catalogado como un hombre manipulador y violento, algunas pistas dan entender por un breve tiempo para su desgracia, Assange, fue víctima de La Familia, donde una de las prédicas más notorias declaraba, estos niños especiales sobrevivirían al fin del mundo convertidos de producido el apocalipsis, en una raza maestra.
Una de las peculiaridades del grupo, es que estos infantes tenían el pelo teñido de rubio platinado. Hay quién sugiere la gurú de la secta Hamilton Bryne, se inspiró en films como la popular La Novicia Rebelde, y posteriormente El Pueblo de los Malditos, en su intento por recrear un estilo de vida donde la supremacía racial, al estilo nazi tuviera lugar.
Finalmente Julian y su madre escaparían de las garras del temible padrastro, quién por muchos años los perseguiría implacablemente, iniciando la familia una vida nómada signada por innumerables cambios de residencia, hasta que finalmente después de tres horribles años, lograron volver a una rutina normal, estableciéndose Christine, Julian y su hermano (fruto de esta peligrosa relación), en la ciudad de Melbourne. Cuando toda esta pesadilla terminó, Julian Assange estaba ingresando en la adolescencia. Pronto cumpliría 16 años.
Sus problemas personales, hicieron imposible se sintiera motivado en las instituciones escolares donde intentó estudiar, abandonando todo intento por adaptarse socialmente. Ya por entonces presagiaba un destino tormentoso, con facilidades prodigiosas para las matemáticas, y que tendía aburrirse fácilmente.
Generalmente sus maestros no sabían cómo lidiar con un genio precoz, y casi salvaje en sus maneras. Julian Assange empezaba a desconfiar del sistema, y seguramente sus vivencias en La Familia, tuvieron mucho impacto, en una psiquis distinta y diferencial que lentamente se iba gestando. Julian no veía el mundo como todos los demás. Pronto sus inquietudes internas reclamarían respuesta global.
Mendax – Guerrero Cyberpunk
“Debido a la falta de entusiasmo en la educación formal, pasaba todo el tiempo jugando y programando sobre la pantalla azulada de su Commodore 64, una de las primeras computadoras de los ochenta, que su madre costeó con mucho esfuerzo. Sus amigos del barrio lo tenían por huraño, y, en poco tiempo se convertiría en un conocido hacker que tomaría el nombre de Mendax, término prestado de un verso de las odas de Horacio, la undécima del Tercer Libro, en el que se dice, en latín ‘splendide mendax’, espléndido engaño”. Ybarra, R. Julian Assange: El Prometeo Encadenado.
El pensamiento matemático que empezaba a latir con fuerza dentro de Julian Assange, pronto buscó abrirse camino, acudiendo al llamado de la naciente era informática, que parecía ofrecerle un universo en constante expansión. A la edad de 16 años su madre le acercó su primer ordenador, Commodere 64, convirtiéndose esta máquina, diría más tarde, «en la representación de su propia consciencia».
Aquel hechizo informático, impulsó algo más, la gestación de una voz oculta y rabiosa, que rápidamente se erigió a través del teclado. Ya por entonces Julian tenía conocimientos en encriptar mensajes, rápidamente codificados. Pronto se manifestaron sus primeros objetivos, centrados en quebrar, «los patrones de poder, y la corrupción que perpetuaba la injusticia del mundo».
La piratería parecía responder a sus demandas, de presentar batalla ante un sistema que juzgaba agobiante, enfrascado en la opresión personal. Pero Julian Assange no estaba solo en su cruzada. Desde 1992 las primeras mentes informáticas nativas de Estados Unidos, iniciaron un movimiento inspirado en la vieja contracultura de los sesenta, que se conoció como Cyberpunk. El término fue acuñado por una de las primeras mujeres hackers, Jude Milhon, conocida con la santa patrona de la piratería informática.
Redactora de Mondo 2000, un clásico de su época, fue allí donde Milhon dio a luz el término Cyberpunk que en estilo burlón definió, como la combinación de alta tecnología, y vida basura. Nacía el club del cifrado. En la bibliografía que aún circula de aquellos primeros tiempos de la red, encontramos la cultura Cyberpunk jugaba con la idea de un movimiento enfrentado al estado todopoderoso, «que pensaban estrangulaba la libertad y la privacidad individual, a través de su capacidad de vigilancia electrónica».
La esperanza radicaba para estos grupos, en el propio individuo, que en su unión con la naciente era digital, creían, sería capaz de socavar y destruir el aparato estatal, haciendo uso de esta tecnología aún en desarrollo. Políticamente los cyperpunks se veían a sí mismos como anarquistas, aunque la mayoría de sus ideólogos seguían abrazando el capitalismo en sus manifiestos. Robert Manne en su ensayo.
El revolucionario Cyberpunk, según escribe Manne, estos grupos no se pronunciaban contra los sindicatos, «ni hablaron negativamente de los capitalistas desenfrenados, y positivamente de los activistas de derechos humanos. Era un libertario electrónico, pero no económico». Julian Assange se manifestaría posteriormente dentro de este escenario, como un gran rechazador, «enemigo de aquellos que mostraron la más mínima tendencia a comprometerse, en la cuestión del Gran Hermano, y el estado de vigilancia». Y aunque opuesto al comunismo, Assange revelaría inclinaciones de izquierda, empatizado con las clases más sufrientes. Pero regresemos a fines de 1987, cuando un trío de inadaptados oriundos de Melbourne Australia, Mendax, Prime Suspect y Trax, deciden fundar un grupo de piratería.
Bautizados como «Subversivos Internacionales», aquellos jóvenes partidarios de la anarquía como modelo social, amantes de la tecnología informática, y preocupados por la cuestión nuclear y la guerra, deciden convertirse en activistas. «Los objetivos del grupo eran simples: entrar en todos los equipos disponibles con solo un conjunto limitado de reglas. No dañar los sistemas informáticos en lo que entran, no cambiar la información de los sistemas (a excepción de alterar los registros para cubrir sus pistas), y compartir información».
Entre los integrantes se encuentra el propio Julian Assange (Mendax), ya por entonces el hacker más temible de Australia, y un genio de la anticipación. El trío llevó a cabo la creación de varios programas, uno de ellos fue Sycophant, permitiendo la recolección de contraseñas.
Esas audacias incluyeron Strobe, herramienta que permite al operante poder escanear puertos, esencial para auditar un sistema informático. Otro proyecto llevó a la creación de Rubberhouse, que permite mantener la privacidad de los datos cifrados. Mendax desarrollaría también un buscador que no tenía necesidad de navegadores para su uso, toda una avanzada.
Su paso por una escuela de superdotados, lo había interesado en la naciente era informática, llevándolo a centrar en la piratería, declarando su acercamiento «era una manera de superar los altos muros para proteger el poder, y marcar la diferencia».
Son tiempos de romances y un sorpresivo casamiento, con una joven presentada, «como introvertida y emocionalmente perturbada». No tardaría en nacer Daniel Assange, su primer hijo. Pero esta historia tendría un amargo final, pero continuemos. Su temprana independencia casera, no impide se embarque en actos temerarios, que incluyen ataques informáticos a sistemas de defensa gubernamentales.
Dentro de este escenario narrado, existen algunos datos en nuestro informe donde fechas y ciertos eventos, quizás confundidos por el mismo Assange, no permiten una reconstrucción fidedigna de este pasado nebuloso. Un hecho que alcanzó gran repercusión mundial en su momento, donde el activismo hacker irrumpió por primera vez, evidencia esta problemática. Fue cuando un gusano informático conocido como WANK en octubre de 1989, violó la seguridad de alguna agencias importantes de los Estados Unidos, entre ellas el Departamento de Energía, NASA, y hasta el mismo Pentágono, como algunas de estas conquistas detectadas. Los militares estadounidenses quedaron estupefactos, cuando las pantallas de sus sofisticados mecanismos de defensa, fueron asaltadas por una leyenda, ya mítica, donde se leía:
WORMS AGAINST NUCLEAR KILLERS. (Gusanos contra los asesinos nucleares). Su sistema ha sido oficialmente DESECHADO. Hablas de tiempos de paz para todos, y luego te preparas para la guerra”.
Uno de los principales propósitos de esta acción, tuvo como meta sabotear el lanzamiento de la Sonda Galileo hacia Júpiter por parte de la Nasa, en un intento por instalar en la agenda internacional la cuestión antinuclear. Aunque en su momento ningún grupo se adjudicó el ataque, todos los caminos apuntaron hacia Oceanía, Australia.
En 1997 se publica «Underground: tales of hacking, madness and obsession on the electronic frontier», firmado por Sulette Dreyfus, siendo coautora nada menos, junto al propio Julian Assange. El libro abrió la puerta hacia la trastienda hacker de Australia, gracias a los datos aportados por Julian. Allí tenemos las primera referencias sobre su alter ego, Mendax, aunque en aquel momento se decidió no revelar la verdadera identidad tras el alias.
También brindó breves indicios sobre el ataque realizado por WANK. Sin embargo, no fue hasta 2006 cuando Julian Assange, rompió su silencio sobre el tema en un artículo definitorio, titulado «Los curiosos orígenes del hacktivismo político», dado a luz a través del sitio Counterpunch. Allí Assange ya hace gala de la pasión que luego lo tendría después, como fundador de Wikileaks.
Narra como en la década de los ochenta, Australia y Nueva Zelandia, mostraron cierto fastidio ante la actitud norteamericana, de injerencia cada vez más preocupante en los asuntos internos de esos países, donde bases militares de espionaje, así como sistemas nucleares, eran causa de gran angustia para sus ciudadanos, hasta entonces domables colonias británicas.
La tensión aumentó, cuando en 1984 el primer ministro laborista David Lange, «convirtió a Nueva Zelanda en un territorio libre de armas nucleares, lo que impidió la admisión de buques de guerra armados, o con motor nuclear en los puertos del país». Esta rebelión costó a Nueva Zelandia reprimendas tremendas, entre ellas sanciones económicas. Un dato que Assange omite de su publicación, es una de las líneas más representativas de la leyenda infiltrada en instalaciones norteamericanas, que escribiera: Hablas de tiempos de paz para todos, y luego te preparas para la guerra.
Se trata de un potente tema de la banda australiana Midnight Oil, «Blossom and Blood», lanzado dentro del disco Species Deceases, en 1985. El grupo era uno de los favoritos de Assange, y quién seguramente admiró el compromiso de su cantante Peter Garret, recordado por ser un gran activista de causas políticas.
Irónicamente en 1983, Hollywood había estrenado la sorprendente Juegos de Guerra, mostrando por primera vez la incursión de un hacker en los sistemas de defensas norteamericanos. Seis años después, Assange convertiría esa visión en realidad. Hasta aquí.
Conclusión
Imposible entender la mentalidad de Julian Assange, sin abordar estas referencias que este artículo se propuso entregar. Sin las mismas, el legado de Assange no puede ser explicado, y menos comprendido en su totalidad. Pocas personalidades en breve tiempo abogaron tanto por cambiar un mundo, por momentos sordo, y eternamente conservador en su accionar.
Habrá quién juzgará Assange no acopie tanto valor, como para merecer un lugar en la historia, aunque su nombre ya figure inscripto. Por supuesto Wikileaks, que proponemos dejar para una segunda etapa, revela hasta qué punto, equivocado o no, llevó al límite esa rebeldía, que desde niño anidó en él.
Los cambios ahora afrontados por este milenio, deben mucho a esa osadía, que lo convirtiera en protagonista inesperado de una saga en constante ebullición, y cuya finalización, que tiene al planeta en vilo, de seguro tendrá tremendo impacto en nuestra manera de afrontar esta era por momentos, tan caótica y hasta a veces incomprensible. Continuará.
Bibliografía
Libros
- Assange, J. Cypherrpunks, 2012.
Dreyfus; Assange. Underground. España: Seix Barral, 2011.
Sitios web
- ABC Internacional
Las diez filtraciones más importantes que hizo Wikileaks. (Enlace) - Arucasblog
La extraña infancia de Julian Assange
https://arucasblog.blogspot.com/2010/10/la-extrana-infancia-de-julian-assange.html - Counterpunch
Assange, J. Los curiosos orígenes del hacktivismo político.
https://www.counterpunch.org/2006/11/25/the-curious-origins-of-political-hacktivism/ - Escapando de la Caverna
Julian Assange
http://escapandodelacaverna.com/2014/05/06/julian-assange-2014/ - Finance
Sutton, C. Julian Assange’s dad shocked by his son’s ‘rapid decline’. (Enlace) - Grunge
La verdad no contada de Julian Assange. (Enlace) - Huggpost
Yago, J. Julian Assange, el hacker. (Enlace) - Lima Gris
Ybarra, R. Julian Assange. El Prometeo Encadenado.
https://www.limagris.com/julian-assange-el-prometeo-encadenado/ - La Vanguardia
Pardo Torregrosa, I. Julian Assange, un nómada brillante, inadaptado y antisistema. (Enlace) - The Australian
Manne, R. Dentro del cerebro de Julian Assange de WikiLeak. (Enlace) - The Guardian
Haworth, A. Crecer con la familia: dentro del siniestro culto de Anne Hamilton-Byrne. (Enlace) - The Guardian
Leigh; Hardin. Julian Assange: el hacker adolescente que se volvió insurgente en la guerra de la información. (Enlace) - The Montly
Manne, R. El revolucionario Cypherpunk. Julian Assange. (Enlace) - The Sidney morning Herald
Dreyfuss, S. El geek que sacudió al mundo. (Enlace) - Lagan, L. Hombre internacional de misterio. (Enlace)
- The Spectator
Juddery, M. Retrato del hacker de joven. (Enlace) - Tortoisemedia
Rusbridger, A. El enigma de Assange.
https://members.tortoisemedia.com/2019/04/30/assange/content.html?sig=UwRfEmuKrxKAHmSLlzBr2LO-Lfnj-Bu-zyB1WFzlqQ0
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Excelente articulo Déborah, bien documentado y analizado inteligentemente, enhorabuena.
Sin embargo en lo que se refiere a Assange, mi opinión es que este señor perdió el rumbo hace ya tiempo creyéndose en posesión de la verdad absoluta, y posicionándose a favor de posturas supremacistas y totalitarias.
Creo que no hay una única verdad, sino que esta puede llegar a ser multiple, en cualquier caso siempre hay que escuchar a ambas partes.
Un cordial saludo.
Llegó un poco demorada contigo Paco. Entiendo Assange genera todo tipo de sentimientos, pero lo cierto es nos abrió mucho los ojos. Saludos!!
Que buena nota , Débora !! Algo que debería agregarse en la continuación, son las palabras de Assange en su última declaración conocida : ” La nuestra es la última generación libre del control del sistema….”. Además anticipó algo preocupante para quien lo entienda : ” las fronteras serán solo encriptaciones….”. En lo personal espero la continuación. Un saludo y hasta verte en Crónica Subterránea !!
Gracias Walter. Sin dudas Assange, hizo mucho por despertarnos. Se lo extraña mucho.
Una de las mentes más lúcidas, de los últimos tiempos Saludos!