Siempre nos preguntamos qué hay más allá de la muerte, y mientras más profundizamos en el tema surgen nuevas interrogantes. ¿Es el fin de la existencia o el inicio de la eternidad? ¿Podemos elegir nuestra vida antes de nacer? ¿Cuál es el aprendizaje de los errores que no recordamos?
En la antigüedad predominaban muchas religiones de carácter politeísta, es decir, la adoración de múltiples divinidades de distintas jerarquías. Cabe mencionar que, en Asia Oriental, la creencia en la reencarnación asumió paulatinamente el carácter de auténtico dogma; mientras que en las religiones occidentales tuvo una influencia menos contundente o fue profesada por cultos poco dominantes. Se podría pensar que en Occidente la doctrina de la reencarnación se ha considerado demasiado compleja y delicada para ser impartida a las grandes masas de fieles.
En el Antiguo Egipto se encontraba muy arraigado el concepto relativo a la supervivencia del alma. Los antiguos egipcios creían en la «metempsicosis» o transmigración del alma de un cuerpo a otro. Sin embargo, sólo los iniciados que eran merecedores desde un punto de vista moral y cultural de conocer la verdad espiritual tenían el privilegio de conocer los secretos de las leyes supremas que regulan la transmigración.
Otras pruebas históricas señalan que los habitantes de la antigua ciudad de Babilonia (2000 años AC), concebían que el alma era inmortal. El reconocido rabino Morris Jastrow Jr. afirma en su obra «The Religion of Babylonia and Assyria» que la muerte era el paso a otra clase de vida. Sin duda, la idea de verse privados de conciencia por toda una eternidad les parecía inconcebible y sentó las bases para la teoría de la perpetuidad de la existencia de alguna manera.
La Rueda del Samsara
La filosofía de la India sostiene que la reencarnación es la transmigración del alma, que en un ciclo eterno de nacimiento-muerte-nacimiento va mudando de cuerpo. El estatus de cada cuerpo está directamente relacionado con la calidad de vida que el alma tuvo en el cuerpo anterior. El nivel de la calidad de vida está basado en la Ley del Karma, que enseña los valores que se adquieren por las buenas obras y los castigos por las malas obras. El objetivo final en este ciclo de Karma es que el alma logre el nivel más elevado para unificarse con el universo.
Samsara, es el ciclo por las cuales tiene que atravesar cada persona en la etapa de su nacimiento, vida, muerte, encarnación (en el hinduismo) o renacimiento (en el budismo). También se le llama «Rueda del destino». Todas esas religiones, o corrientes filosóficas tienen como creencia que el Samsara es un proceso natural producido por la misma naturaleza, el cual le corresponde a toda persona. Consideran que es una etapa llena de ignorancia, del desconocimiento de la realidad, de sufrimiento, producto del Karma por el cual se debe transitar para llegar al despertar, a la realización plena, a la evolución que lleva a alcanzar la unión con dios o moksha.
La Reencarnación y el Cristianismo
Los primeros cristianos y algunos judíos seguían las enseñanzas de Jesús, entre ellas la doctrina de la resurrección, lo que se puede comprobarse en varias citas en los antiguos textos bíblicos. En 1945, un equipo de investigadores descubrió una serie de antiguos textos judeocristianos. El mundo recién se enteró dos años más tarde de los Manuscritos el Mar Muerto, un descubrimiento que cambiaría la historia de la Biblia y del cristianismo.
Los manuscritos más antiguos nos hablan de dos conceptos de resurrección: espiritual y corporal. El renacimiento espiritual, obra del Espíritu Santo, también es considerado a menudo un nuevo nacimiento. La resurrección corporal del ser humano podría ser asimismo considerada una forma de reencarnación. Según uno de los primeros y más importantes padres de la Iglesia Ortodoxa, Orígenes de Alejandría (185 d.C. – 254 d.C.), el alma ya existe antes del nacimiento. Orígenes sugería que la preexistencia del alma era un concepto que ya aparecía en las escrituras hebreas y en las enseñanzas de Jesús.
En el año 543 de la era presente, el Emperador Justiniano convocó a un Concilio en Constantinopla, con el único propósito de condenar las enseñanzas de Orígenes sobre la doctrina de la reencarnación, aunque el pretexto fue otro: Deliberar sobre los «Tres Capítulos» de las iglesias disidentes (consideradas por Justiniano como rebeldes y heréticas) que no se encontraban bajo el poder directo de Roma. Orígenes era en ese entonces, el más respetado y amado Padre de la Iglesia cristiana original. Existen diversas versiones sobre la motivación de Justiniano para suprimir la creencia en la reencarnación. La primera habla de que fue influenciado por su esposa Teodora porque temía ser castigada en la otra vida por sus malas acciones. La otra versión es que Justiniano consideraba que no era conveniente que los fieles tengan un plazo demasiado largo para la redención y dejen de tributar.
Pero el Papa Virgilio, cuya presencia había sido requerida por el Emperador, se opuso fuertemente al concilio y se refugió en una iglesia en Constantinopla, temeroso de la ira vengativa del malvado Emperador. El Papa no estuvo presente en ninguna de las deliberaciones ni envió representante alguno y, por lo tanto, jamás aceptó que la doctrina de la reencarnación fuera proscrita del credo cristiano. Es a partir de entonces que la noción de la reencarnación desapareció del pensamiento cristiano en Europa y muchos creen, todavía hasta el día de hoy, que la no aceptación de la reencarnación es un verdadero dogma inspirado.
Regresión a las Vidas Pasadas
En los últimos 20 años, el doctor Brian Weiss ha utilizado sus técnicas de meditación y regresión a vidas pasadas con miles de pacientes, ayudando a muchos de ellos a aliviar síntomas psicológicos y físicos. Los beneficios de la meditación, la visualización de la curación y la regresión han sido ampliamente documentados en varios de sus libros.
El Dr. Weiss fue mundialmente conocido tras la publicación de su libro «Muchas Vidas, Muchos Maestros» en el año 1988. Este libro trataba sobre el trabajo con un paciente que él llama Catherine, que, bajo la hipnosis, recordaba varias vidas pasadas, gracias a estos recuerdos, el Dr. Weiss trabaja y sanaba las fobias actuales del paciente.
En medio de una regresión hipnótica, Catherine comenzó a hablar de cosas que le habían sucedido en 1863. Ella solo tenía 27 años, y el doctor Weiss lo notó al instante: Catherine había reencarnado.
Las regresiones hipnóticas siguieron ocurriendo semanalmente, y la mejoría de la paciente fue notándose más y más. Un día, mientras Catherine pasaba de una vida a otra y le contaba a Weiss lo que veía, su voz se transformó: – Su padre y su hijo están aquí – le dijo. “Su hijo murió porque tenía las arterias del corazón invertidas. Su alma estaba muy avanzada y su muerte pagó las deudas de ustedes, sus padres”. Este testimonio, que provenía de un sabio, le cambió la vida al doctor Weiss.
Bryan Weiss explica que los sabios son como ángeles de la guarda que nos guían entre vida y vida. Seres que no están dentro de sus cuerpos y que han adquirido tanta sabiduría a través de las lecciones de fe, esperanza, caridad y amor, que cuando mueren no tienen que regresar a este plano en que nosotros vivimos, sino que se dedican a ayudarnos. Y uno de ellos le estaba hablando por intermedio de Catherine. Le sorprendió que ella no tenía cómo saber la muerte de su hijo porque ocurrió en 1971, a los 23 días de nacido. Las venas que llevaban el oxígeno a su corazón estaban invertidas, como si su corazón estuviera al revés. Catherine tampoco tenía por qué saber el nombre de su padre.
Según Weiss, no podemos recordar nuestras vidas pasadas porque sería demasiada información para nuestro cerebro. De hecho, solo recordamos los momentos claves de nuestra juventud. Uno recuerda mediante las regresiones hipnóticas. Cada ser humano escoge su nacimiento, sus padres y hasta su muerte. Cada vida es como una escuela, y estamos aquí para aprender. Las lecciones son de amor, fe, esperanza y caridad.
Un aspecto singular es que mediante las regresiones el Dr. Weiss ha encontrado en sus pacientes patrones que se repiten. Por ejemplo, abusos entre dos personas que pueden ser esposos, padre e hija, enemigos. Hasta que ellos no rompan esas cadenas mediante el perdón y el amor, no se deshacen de ese karma. No hay que sufrir necesariamente para aprender. No es tan fácil como vengarse de alguien en esta vida por algo que hizo en la vida anterior. Muchas veces, ni siquiera pagamos nuestras deudas con la misma persona. Otras veces no tenemos que pagar, y eso pasa cuando nos damos cuenta del mal que hacemos, y nos arrepentimos. Es muy común reencarnar en grupo, y esto tiene que ver con ese karma. Al volver una y otra vez con las mismas personas, uno las ayuda a pagar sus deudas, y ellos a pagar la suyas. Las almas siempre son las mismas. Weiss no cree que existan almas nuevas porque todos ya hemos venido alguna vez. También cree que hay diferentes niveles de cielo. Sus pacientes han descrito esos cielos como una gran luz. Nuestras vidas en el mundo terrenal es el infierno, y el aprendizaje es muy duro porque dentro del cuerpo hay emociones y dolor. Este plano en que vivimos es el más difícil. Entre una vida y otra, también aprendemos. Un paciente suyo era un hombre de negocios que tuvo una relación tormentosa con una mujer de Louisiana. Descubrió mediante la hipnosis que él la había matado en cuatro vidas anteriores. Después de la regresión, comprendió su situación y el problema se solucionó.
De acuerdo con sus investigaciones, tuvo pacientes que han regresado siglos después de haber muerto. Otras almas han regresado a los ocho meses.
Las Marcas de Nacimiento ¿Señales de una Reencarnación?
Los antiguos griegos investigaban las manchas de nacimiento y los lunares para estudiar el pasado, el presente y el futuro, mientras que, en la Edad Media, la persona que tenía estas marcas en algunas partes específicas del cuerpo podía ser acusada de tener tratos con el demonio o practicar la brujería. En algunas culturas que creen en la reencarnación, como es el caso de las culturas orientales, es una práctica habitual realizar marcas o tatuaje a los muertos -usando ceniza u hollín- para así reconocerlos en la vida siguiente.
En el siglo XX, varios especialistas plantearon la teoría de que las marcas de nacimiento en una persona eran una suerte de impronta natural que quedaba en el cuerpo después de sufrir heridas o una muerte violenta en una vida pasada.
El doctor canadiense Ian Stevenson, uno de los investigadores más reputados en el tema de la reencarnación, investigó cientos de casos de niños supuestamente reencarnados en África, Europa, India y América del Norte y del Sur entre 1966 y 1971. Stevenson llegó a la conclusión que los niños empezaban a hablar de sus supuestas vidas pasadas entre los dos y los cuatro años, con frecuentes menciones de haber fallecido de muerte violenta, precisos recuerdos de la forma en que habían muerto.
Stevenson, en unos 49 casos, reunió pruebas físicas relacionadas con las a menudo raras e inusuales marcas y defectos de nacimiento que, según él, coincidían con las heridas registradas en los registros médicos o post-mortem del individuo que identificó como la personalidad de la vida pasada. En el 43 por ciento de los casos, las marcas de nacimiento se encontraban en un pequeño rango de 10 centímetros cuadrados en relación con las supuestas heridas mortales provocadas en una vida pasada, mientras que otras estaban mucho más cerca o exactamente en la misma ubicación.
Entre los casos investigados destaca el de Maha Ram, un niño nacido en la India que aseguraba haber sido asesinado en su vida pasada por un disparo de escopeta. Su recuerdo de la vida pasada era tan detallado, que Stevenson pudo dar con el reporte de la autopsia que pertenecería al hombre que el pequeño Ram hacía referencia, aunque lo más sorprendente es que las marcas de nacimiento que Ram tenía en su pecho se correspondían exactamente con la marca dejada por los perdigones que habían acabado con la vida del hombre de la autopsia. En la misma India el doctor Stevenson también investigó el caso de otro niño que había nacido sin dedos en su mano derecha y que recordó que en otra vida él había sido un joven que terminó con los dedos mutilados en un accidente con una máquina de picar carne.
Otro caso conocido fue el de Karen Kubicko, una joven que publicó en Internet fotos de sí misma en donde podía observarse claramente una marca de nacimiento en su cuello. La mujer dijo que en el 2011 tuvo el recuerdo de una vida pasada en donde era una mujer llamada Helen que había muerto cuando una bala perdida alcanzó su cuello en 1927. La marca de nacimiento estaba en el mismo lugar donde habría pegado la bala. Luego de recordar esto, la marca fue desapareciendo de forma gradual de su cuello. Otra persona que tenía una marca de nacimiento en la parte posterior de su pierna, tras someterse a una terapia de regresión decía recordar una vida pasada en donde había sido mordida por una serpiente en ese mismo lugar.
Existen algunas enigmáticas marcas en el caso de los recién nacidos que son conocidas popularmente como el «beso del ángel», debido a que se localizan en los párpados, la frente y la nuca, la planta del pie y las rodillas. La mayoría de estas marcas suelen desaparecer al poco tiempo.
Los entendidos en temas de la reencarnación reconocen por lo general dos tipos de marcas: las que aparecen en la epidermis de la piel y que supuestamente remiten a situaciones o heridas del pasado; y las marcas no visibles, como por ejemplo un golpe o traumatismo muy fuerte en la cabeza ocurrida en una vida pasada y que puede provocar en la vida siguiente fuertes dolores de cabeza en el mismo lugar de la herida, aunque superficialmente no se pueda apreciar ninguna marca.
Según los entendidos, una marca de nacimiento en la frente indica que la persona estaría destinada a destacar en el campo profesional que elija. Estas personas, por lo general, serían individuos que aprecian la justicia, cultos y con elevados valores morales. Las marcas de nacimiento en el cuello, llamadas también «mordeduras de cigüeña», indicaría éxito en la vida y reconocimiento en el trabajo. Estas personas serían muy perfeccionistas y potenciales líderes, que suelen hacer sacrificios para conseguir sus objetivos. También sostienen que una marca de nacimiento en los labios delataría a personas muy locuaces, sexuales y adictos a las buenas comidas.
Hay otras marcas de nacimiento como las que se encuentran ubicadas en la barbilla, las orejas, en la espalda y en el pecho, que son consideradas por los entendidos como señales de suerte y fortuna. En cambio, las marcas de nacimiento en el abdomen, se considerarían un signo de codicia o glotonería. Las personas que llevan esta marca serían egoístas y poco consideradas con los sentimientos de los demás. Una marca de nacimiento con forma de serpiente indicaría que la persona sufrió una muerte por venganza en la vida anterior.
Los Niños del Atentado del 11S
Hace unos días se conmemoró un año más de la tragedia que quedó marcada en la historia del mundo contemporáneo. El 11 de septiembre de 2001, el secuestro de aviones comerciales fue el comienzo de una serie de cuatro atentados terroristas suicidas que impactaron contra diversos objetivos, causando la muerte de alrededor de 3000 personas y dejando a otros 6000 heridos, así como la destrucción en Nueva York de todo el complejo de edificios del World Trade Center y graves daños en el edificio del Pentágono.
Estos atentados todavía generan mucha polémica, ya que existen muchas dudas sobre la verdadera autoría de los hechos, pero también han originado sorprendentes historias de niños que aseguran haber vivido estos atentados en otra vida pasada.
Rachel Nolan, una madre que dice que su hijo Tomás de 4 años, es la reencarnación de un bombero. El niño lleva un año hablando de lo sucedido aquel día.
Todo sucedió desde que le preguntaron al niño qué era lo que quería ser cuando fuera adulto, entonces él respondió:
Yo no solo quiero ser bombero, es que siempre lo he sido y ya lo soy”.
Ante la sorpresa de los testigos el niño continuó hablando:
Mamá, yo me levantaba por la mañana, iba a mi trabajo y por la tarde llegaba me quitaba mi traje contra el fuego”.
La madre pensó que se trataba de un juego de niños, aunque le extrañaba mucho el nivel de detalles del relato. El niño decía que usaba un hacha para romper las paredes para comprobar si había fuego y huir si el lugar era peligroso. Lo más impactante fue cuando el niño vio una revista donde aparecían las fotografías del World Trade Center y dijo:
Hombres malos golpearon estos edificios mamá, y la gente saltó de los edificios y yo no pude ayudarlos, había gente esperando a los bomberos, esperándome a mí, pero no pude llegar a ayudarlos”.
Rachel preguntó a su hijo cómo había llegado al lugar de la emergencia, y Tomás le dio detalles del modelo exacto del camión que utilizaban los bomberos de la compañía de rescate de Manhattan: un Ford Johnson R8. Perpleja, la madre siguió escuchando a su hijo pues en la familia no había bomberos ni nadie que pudiera haberle dado detalles de lo sucedido en estos atentados de las torres gemelas, el niño hablaba con mucha seguridad como si se tratara del bombero viviendo en ese pequeño cuerpo.
Otro caso fue dado a conocer por una mujer que llamó a una estación de radio, madre de un niño que alegaba ser un bombero que rescató personas en la tragedia del 11s. Ella aseguró desde que su hijo apenas pudo empezar a hablar, describió circunstancias muy precisas de aquel día e incluso después de su muerte pudo decidir quién iba a ser su madre.
Lucía, una madre de un niño de 4 años, afirmó que su hijo había empezado a narrar lo que ocurrió aquel día, pero en este caso decía ser un ejecutivo que falleció en la tragedia. En una oportunidad vio una foto de las torres gemelas y fue capaz de identificar la ventana de la oficina donde trabajaba. Lo impresionante de este caso es que el niño describió que sintió la caída del edificio, incluso le dijo «mamá yo todavía estoy enterrado allí».
Estas historias podrían servirnos como evidencias de los fenómenos inexplicables y extraños de la vida después de la muerte. No hay duda de que los casos de reencarnación del 11 de septiembre dejan más preguntas que respuestas.
Signos de haber Reencarnado
La mayoría de las personas conocedoras de los temas místicos, coinciden en que existen situaciones que se presentan en nuestra vida cotidiana que son señales de una reencarnación, y que comúnmente dejamos pasar por alto.
Sueños Repetitivos
Si has tenido sueños que se repiten, pero que además están siempre relacionados con los mismos lugares o ambientados en una misma época de la historia, es una señal de que has estado en esos lugares en otra vida
Empatía Con Otros Seres
De acuerdo con las filosofías budistas, el ser humano puede reencarnarse varias veces y en ocasiones puede ser en un animal, por lo tanto, si uno se siente fuertemente atraído a otras personas o seres vivos, puede ser una señal de haber estado ligado a estos seres o por propia experiencia en vidas pasadas.
Precogniciones
Adelantarse a hechos que aún no ocurrieron. Tener una especie de «visión del futuro» en la que se experimentan visiones, sensaciones físicas y emociones. Esta cualidad puede indicar que una persona tuvo otras vidas y demuestra la capacidad que tiene el espíritu para viajar a través del tiempo y el espacio y moverse en otras dimensiones. Puede significar también la muestra de una conciencia colectiva.
Sentir Miedos o Fobias Inexplicables
Algún hecho traumático, un accidente, una situación no superada o incluso una muerte terrible pueden ser hechos que acontecieron en otras vidas y por no estar integrados, comprendidos y resueltos en la mente, ahora en esta vida se expresan a través de temores o fobias inexplicables.
Atracción Fuerte por otras Culturas o Periodos de la Historia
Sentir una atracción excesivamente fuerte o la sensación de nostalgia por una cultura o por algún período de la historia en particular, puede ser indicio de que se ha vivido en esa época y aún hay cosas que se necesitan comprender o resolver.
Sentirse Extraño a este Mundo
Si tienes un fuerte sentimiento de no pertenencia a este momento histórico que te toca vivir y más bien conectas como con otras dimensiones, o a veces estás ausente de este mundo y tus amigos te lo critican, puede ser una señal de que has quedado adherido a otro tiempo y otro espacio y hay aún muchos residuos de estos en tu vida actual.
Déjà Vu
Todos hemos tenido la extraña sensación de haber vivido un acontecimiento que se me repite en esta vida. El Déjà vu es interpretado de varias formas, algunos sostienen que es un error en el aparato de la consciencia, otros afirman que es la capacidad de viajar y de trasladarse entre dimensiones y otros creen que es el indicador de que eso ya se ha experimentado en otra vida y se repite en esta reencarnación.
Estas señales que podrían indicarnos la posibilidad de estar en una reencarnación no son las únicas, pero sirven para orientarnos en la búsqueda de nuestro sentido en la vida, de integrar, comprender cuestiones de nuestro mundo interno, para así seguir avanzando en nuestro proceso evolutivo, y sobre todo, acortar nuestro camino que lleva al fin del sufrimiento.
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Excelentes artículos. El de la reencarnación muy bien enfocado.
Muchas gracias Enrique por leernos.