Una investigadora y autora de la Oxford University especializada en neurociencia ha sugerido que pronto el fanatismo religioso podría tratarse como una enfermedad mental curable.

Kathleen Taylor, una científica de investigación en el Departamento de Fisiología, Anatomía y Genética de Oxford, hizo la sugerencia durante una presentación sobre la investigación del cerebro realizado en un festival en Gales.

En respuesta a una pregunta sobre el futuro de la neurociencia , Taylor declaró para The Times of London:

Una de las sorpresas podría ser ver personas con ciertas creencias como personas que pueden ser tratadas mentalmente”.

Cienciología

Taylor agregó:

Alguien que, por ejemplo, se ha radicalizado en una ideología de culto, podríamos dejar de verlo como una elección personal que eligieron como resultado del libre albedrío puro y comenzar a tratarla como una especie de trastorno mental. En muchos sentidos, podría ser una cosa muy positiva porque no hay duda de que las creencias en nuestra sociedad hacen mucho daño”.

No solo se trata de creencias religiosas, también los actos cometidos por ciertas creencias

La autora continuó diciendo que no solo se refería a los «candidatos obvios como el islamismo radical», sino que también se refería a creencias como la idea de que golpear a los niños es aceptable.

Esta no es la primera vez que Taylor ha explorado los procesos mentales de alguien radical. En 2006, escribió un libro sobre control mental llamado Brainwashing: The Science of Thought Control, que exploraba la ciencia detrás de las tácticas persuasivas de grupos como los cultos y Al Qaeda.

Crédito: jaefrench / Pixabay

Taylor dijo en un vídeo de YouTube sobre su libro:

Todos cambiamos nuestras creencias, por supuesto. Todos nos persuadimos unos a otros para hacer cosas; todos vemos la publicidad; todos nos educamos y experimentamos [las religiones]. El lavado de cerebro, si lo desea, es el extremo de eso; es el tipo de tortura coercitiva, contundente, psicológica”.

Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta GUÍA.

Taylor también notó que el lavado de cerebro, aunque extremo, es parte del «fenómeno mucho más extendido» de la persuasión.

Taylor dijo:

Por ejemplo, es cómo hacemos que las personas piensen cosas que podrían no ser buenas para ellas, que de otra manera no habrían elegido pensar”.

Sin embargo, Taylor también ha sido una voz de precaución en términos de la ética de profundizar demasiado en los misteriosos trabajos del cerebro humano.

Una mujer simula la lapidacion

Taylor escribió en una publicación del blog de The Huffington Post en 2012:

Las tecnologías que escanean o manipulan directamente los cerebros no pueden ser herramientas neutrales, tan abiertas a la explotación comercial como cualquier nuevo artilugio. La supremacía cerebral ofrece posibilidades de mejorar la dignidad humana, pero también se arriesga el abuso”.

Sin embargo, existen detractores a la sugerencia de Taylor. Otros investigadores defienden los actos de fe como actos que podrían mejorar el bienestar. Por ejemplo Bill Hathaway, psicólogo clínico y decano de la Facultad de Psicología de la Regent University sostiene que «la religión, al relacionarse con los niños, provoca mayor autoestima, mejor rendimiento académico y menores tasas de consumo de drogas o conductas delincuenciales».

Todo extremo es muy peligroso, lo tenemos claro.

Fuente: The Huffintong Post