Una fotografía aérea de un bosque en Japón causó revuelo en las redes sociales hace unas cuantas semanas, ya que parecía mostrar un par de «crop circles» (o «círculos de cultivos») épicos hechos de árboles.
Un crop circle o círculo de cultivo es un área de cultivos aplanados, típicamente un cultivo de cereal, que produce un patrón circular regular que puede verse desde arriba.
El interés en los círculos de cultivos es una característica perenne para la comunidad OVNI, y muchas personas creen que son signos de vida extraterrestre o intentos de comunicación extraterrestre.
Sin embargo, la aparición de estos círculos en un bosque cerca de Nichinan en la Prefectura de Miyazaki, Japón, dejó incluso a los más ávidos teóricos de la conspiración perdidos por las palabras. Estos enormes círculos, visibles desde el cielo, no fueron producidos por el aplanamiento de los cultivos de cereales. Más bien, se cultivaron en el bosque mismo, y se hicieron completamente de árboles.
Forest crop circle: Un singular experimento
Aunque es tentador atribuir estos extraños patrones a la actividad alienígena, o engañadores emprendedores, los círculos no aparecieron de la noche a la mañana. Según Business Insider, son el resultado de un programa de «silvicultura experimental» de 45 años dirigido por científicos que buscan comprender la forma en que se desarrollan los bosques.
Este bosque del sur del distrito de Miyazaki está poblado por árboles locales de cedro Obi-sugi. En 1974, un equipo de científicos decidió plantar 720 nuevos árboles de cedro como parte de un experimento diseñado para comprender los efectos de la densidad de los bosques en el crecimiento de los árboles.
Los científicos querían observar qué pasaría si plantaran árboles muy cerca unos de otros, y cómo esto afectaría su crecimiento y desarrollo. Se esperaba que los resultados informaran nuevos proyectos de forestación.
Según Business Insider, los árboles se plantaron en una secuencia de círculos, espaciados uniformemente en incrementos radiales de 10 grados. El resultado fue un patrón de círculos concéntricos con diámetro variable.
El patrón no se eligió por razones estéticas, sino para permitir a los científicos identificar fácilmente qué árboles formaban parte del experimento. El equipo ha estado haciendo observaciones regulares durante los últimos 45 años.
Hallazgo científico impresionante
Los resultados de la investigación fueron particularmente sorprendentes. Como muestran las imágenes aéreas, los árboles han crecido en un patrón cóncavo, lo que sugiere que la plantación cercana limita el crecimiento del árbol.
Los árboles que se colocaron en los círculos internos, con proporcionalmente menos espacio, fueron significativamente más pequeños que los de los anillos externos. La diferencia de altura entre los árboles más pequeños en el centro del anillo y el más grande en el nivel exterior fue de más de cinco metros.
Parece que los árboles que crecieron con más espacio sufrieron menos por la competencia de otros árboles y, por lo tanto, pudieron crecer más altos y más fuertes.
Sin embargo, aquellos en los anillos internos tenían acceso limitado al agua, la luz solar y los nutrientes del suelo. El equipo esperaba que esto produciría algunas diferencias en el crecimiento, pero no se anticipó el alcance de la diferencia.
Además, este estudio cuestiona la suposición prevaleciente de que la densidad de los árboles no afecta significativamente el crecimiento y el desarrollo.
El experimento se diseñó para calcular la distancia óptima para la plantación de árboles, a fin de crear el mayor rendimiento de madera en el espacio más pequeño posible. Originalmente, se suponía que el experimento se realizaría durante 50 años, lo que significa que los árboles fueron designados para ser talados en 2023.
Sin embargo, los científicos no anticiparon los hermosos patrones que se crearían como resultado del esquema de siembra. Los diferentes tamaños de los árboles en el anillo crean un efecto tridimensional y producen un patrón particularmente interesante solo cuando se fotografían desde arriba.
De hecho, hasta el año 2016, la observación de los árboles se llevó a cabo a pie, lo que significa que el equipo desconocía la existencia de los círculos de cultivo en el bosque. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología de drones significó que en 2016 pudieron ver el bosque desde arriba por primera vez.
Esta vista de pájaro ha animado a los científicos a ver el experimento bajo una luz completamente nueva, y estos hermosos círculos de cultivos forestales ahora permanecerán exactamente donde están.
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