Un púlsar es un objeto cósmico generado durante una supernova, es decir, nace cuando una estrella termina su vida de forma explosiva. Los púlsares son estrellas de neutrones extremadamente densas que giran sobre su eje y emiten rayos de partículas, de manera similar a un faro.
A la fecha se han descubierto más de 2.000 púlsares, y ahora un equipo de investigadores han hallado a los más jóvenes de la Vía Láctea.
Uno de estos púlsares, denominado Kes 75 tiene aproximadamente 19.500 años de antigüedad, y se ubica a 19.000 años luz de distancia, por lo que aún estamos observando los primeros siglos de su existencia.
El hallazgo fue posible gracias a los datos obtenidos por el Observatorio de rayos X Chandra de la NASA, que han ayudado a determinar los cambios en el objeto durante las dos últimas décadas .
El púlsar lanza al espacio gran cantidad de partículas, tanto de materia como de antimateria, que viajan a casi la velocidad de la luz. Estas partículas forman parte del viento del púlsar que conforma una región conocida como «pulsar wind nebula» o «nebulosa del viento de púlsar» que se ubica a su alrededor.
Los investigadores utilizaron las observaciones de Chandra de 2000, 2006, 2009 y 2016 para determinar que la nebulosa se está expandiendo a aproximadamente 1 millón de metros por segundo.
Durante las dos últimas décadas, el brillo de la nebulosa del viento de púlsar ha disminuido en un 10 por ciento, y los cambios son notorios en la parte norte de la nebulosa. Estos cambios rápidos y la forma peculiar no logran encontrar una explicación en los modelos actuales, y el equipo nota la necesidad de que los más sofisticados comprendan realmente lo que está sucediendo en Kes 75.
El estudio científico ha sido publicado en Astrophysical Journal.
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