Una nueva hipótesis presentada por un científico japonés plantea que nuestra galaxia, la Vía Láctea, «ha muerto» una vez y ahora se encuentra en su segunda vida.
En la mayor parte de la Vía Láctea, las estrellas se pueden dividir en dos grupos. Las estrellas del primer grupo son ricas en elementos denominados «alfa», donde predomina el oxígeno, magnesio y silicio; y otros donde más abundante es el hierro.
La causa de esta diferencia es hasta ahora un completo misterio; sin embargo ahora, el astrónomo Masafumi Noguchi de la Tohoku University, en Sendai, Japón, ha planteado un nuevo modelo que podría resolver el enigma.
Noguchi ha calculado la evolución de la galaxia en un periodo de 10 mil millones de años basándose en una teoría llamada «cold flow accretion» (o «acreción de flujo en frío», en español). Originalmente esta teoría tenía como objetivo describir galaxias mucho más grandes que la nuestra, sin embargo ahora Noguchi ha determinado que también puede aplicarse a la Vía Láctea.
Según el modelo propuesto en el reciente estudio, ambos grupos de estrellas corresponden a dos periodos de formación estelar, separados un largo periodo de latencia entre el momento en que el proceso se detuvo.
Además, Noguchi ha aprovechado la composición química de las estrellas que depende de los gases que la conforman, para demostrar su hipótesis.
Durante la etapa inicial del modelo, las corrientes de gas frío (cold flow accretion) fluían a través de la galaxia desde la parte externa, causando que las primeras estrellas se formen a partir de este gas. Luego de algunos millones de años, algunas de estas estrellas, jóvenes en ese entonces, explotaron como supernovas, generando grandes cantidades de elementos alfa, produciendo gas que posteriormente se integró en otras estrellas.
En la etapa inicial del modelo, las corrientes de gas frío (acreción de flujo en frío) fluyeron a la galaxia desde el exterior y las primeras estrellas se formaron a partir de este gas. Después de unos pocos millones de años, algunas de estas estrellas efímeras explotaron como supernovas, produciendo grandes cantidades de elementos alfa, que se abrieron camino hacia el gas y posteriormente se integraron en otras estrellas.
Sin embargo, 7.000 millones de años atrás, aparecieron ondas de choque y calentaron el gas a temperaturas bastante altas, causando que el flujo hacia la galaxia se detenga y al mismo tiempo deteniendo el proceso de formación de estrellas.
Durante este periodo de inactividad de 2 mil millones de años, ocurrieron otras explosiones de supernovas de estrellas muy antiguas que inyectaron hierro en el gas existente, alterando su composición. Más de 5 mil millones de años después, este gas se enfrío lo suficiente como para dar inicio a una segunda generación de estrellas, como nuestro Sol, pero con proporciones más altas de hierro.
Anteriores investigaciones han determinado que nuestra galaxia vecina Andrómeda también generó estrellas durante dos épocas distintas y con un periodo inactivo entre ellas, lo que va de acuerdo al modelo planteado por Noguchi.
Además, los resultados sugieren que es completamente normal que las galaxias espirales masivas, como la Vía Láctea o Andrómeda, experimenten un vacío en la formación de estrellas, y que otras galaxias más pequeñas produzcan estrellas continuamente.
Noguchi dijo en un comunicado:
Las futuras observaciones de galaxias cercanas pueden revolucionar nuestra visión sobre la formación de galaxias”.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature.
Una publicación de CodigoOculto.com – Autor: Fernando T. – Todos los derechos reservados.
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