El manuscrito de Voynich fue redactado con una escritura indescifrable en el siglo XV e inquieta a sus estudiosos desde que fue hallado en 1912.
Este libro ilustrado que fue impreso en pergamino y redactado con una escritura indescifrable en el siglo XV, continúa intrigando a los investigadores desde que fue hallado en 1912.
Sin embargo, el especialista en asuntos medievales Stephen Skinner afirma que algunas de las ilustraciones de ese códice elaborado entre 1404 y 1438 que encontró el coleccionista polaco Wilfrid Voynich podrían indicar que el autor fue un judío que vivía en el norte de Italia, informa The Guardian.
Skinner estima que las escenas con mujeres desnudas que aparecen en unas piscinas verdes que se llenan con unas tuberías curvas representan unos baños comunales llamados «mikve», que los judíos ortodoxos todavía utilizan para limpiar a las mujeres después del parto o la menstruación.
Para justificar su teoría, recuerda que «los únicos lugares» de Europa donde las mujeres se bañaban juntas en esa época eran «los baños de purificación» las personas que profesan esa religión utilizan «desde hace 2.000 años».
Este estudioso considera que los dibujos ilustran una invención diseñada por el desconocido autor para garantizar un suministro eficiente de agua limpia a una «mikve», una hipótesis reforzada por la total ausencia de símbolos cristianos, un hecho muy extraño en los documentos medievales.
Además, algunos indicios visuales sugieren que el autor del manuscrito era un médico o herbolario judío. Por ejemplo, algunas de las plantas que aparecen al lado de las cartas astrales — los médicos medievales se orientaban en el cielo estrellado para determinar la naturaleza y el tratamiento de una enfermedad — son adormideras o cannabis, con los que elaboraban remedios.
Si este razonamiento es cierto, Stephen Skinner estima que podría desbloquear más secretos de ese texto codificado.
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