Un fenómeno conocido como nova aparecerá durante el año 2024, y será visible en el cielo nocturno. Los amantes de la astronomía podrán observar el “nacimiento” de una nueva luz proveniente del sistema binario T Coronae Borealis (T CrB). El resultado tendrá la misma magnitud lumínica que Polaris, la estrella más brillante de la constelación de la Osa Menor.

Los astrónomos realizan controles periódicos de un sistema estelar que en la actualidad requiere un telescopio para ser visto, ya que prevén que pronto será lo suficientemente brillante como para verse a simple vista. Según una predicción, esto podría ocurrir en cualquier momento desde ahora hasta septiembre, aunque hay razones para pensar que podríamos tener que esperar un año más.

De acuerdo con la NASA, es muy probable que el sistema de dos estrellas T CrB, ubicado a 3 mil años luz de distancia, vuelva a generar un enorme estallido. La última vez que algo similar ocurrió en T Coronae Borealis fue en 1946, cuando el planeta iniciaba el periodo histórico conocido como la Guerra Fría y todavía no se había logrado un alunizaje humano.

Una nova o aparentemente una “nueva estrella” en el cielo

Una nova es una explosión nuclear que ocurre alrededor de una enana blanca (una estrella muerta que se está enfriando) cuando acumula suficiente materia de otro cuerpo estelar. Como todas las reacciones que se producen alrededor de astros, el evento genera un importante brillo repentino y fugaz, en términos astronómicos, que puede vislumbrarse desde la Tierra.

Cuando aparece una nova en el cielo, un espectador puede ver un aumento de brillo en la estrella donde ocurrió la explosión nuclear. Dependiendo de la magnitud y distancia, el evento puede ser observado a simple vista o utilizando telescopios caseros. La nova de T CrB de 2024 será visible, a pesar de que el sistema binario normalmente es demasiado tenue como para lucir como un punto luminoso en el cielo o como una nueva estrella.

No debe confundirse con una supernova. Estos eventos son explosiones de mayor proporción que implican la muerte de una estrella supermasiva. El brillo que desprende la muerte de un astro es titánico y la energía que se libera puede destruir planetas a su alrededor. Algunas supernovas incluso pueden dar origen a otros cuerpos espaciales como agujeros negros y estrellas de neutrones.

Secuencia completa del aspecto que podría tener T Coronae Borealis al pasar de la luz del sistema dominada por la gigante roja a la explosión de la enana blanca. Crédito de imagen: NASA / Conceptual Image Lab / Goddard Space Flight Center

Nova de T Coronae Borealis

T Coronae Borealis es un objeto dentro de la constelación de la Corona Boreal, en medio de la formación de Hércules y de Bootes. Es un sistema conformado por una enana blanca y una gigante roja que orbitan entre sí. La nova que se produce es recurrente. Fue descubierta formalmente por primera vez en 1866, pero se tienen registros de la “aparición de la estrella” en la región en 1217 y 1787.

NASA explica:

“Las estrellas están lo suficientemente cerca como para que, a medida que la gigante roja se vuelva inestable debido al aumento de temperatura y presión y comience a expulsar sus capas externas, la enana blanca acumule esa materia en su superficie. La atmósfera densa y poco profunda de la enana blanca eventualmente se calienta lo suficiente como para provocar una reacción termonuclear descontrolada, que genera la nova que vemos desde la Tierra”.

Cuándo podremos ver la nova de 2024

Los astrónomos calculan que la nova de T CrB aparecerá entre febrero y septiembre de 2024. Solo hasta que comience el proceso, se podrá calcular el momento de máximo brillo. NASA afirma que el evento será visible durante una semana, mientras que el resto de los meses será observable con binoculares. Su luz se atenuará gradualmente a medida que avance septiembre. Después de eso, no volverá a brillar durante otros 80 años. Esta es la primera y quizá la última vez que algunas personas puedan presenciar una explosión nuclear estelar con sus propios ojos.

Como en cualquier evento astronómico similar, es fundamental que el espectador acuda a un lugar con la menor contaminación lumínica posible. Aunque el fenómeno estará presente en el cielo durante varios meses, se recomienda su observación con binoculares y telescopios. La constelación de la Corona Boreal solo es visible en el hemisferio norte, y julio es el mejor mes para apreciarla.

Fuente: NASA

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