NASA está lista para lanzar dos cohetes hacia la aurora boreal, como parte de su misión In-Neutral Coupling during Active Aurora (INCAA), dijo la agencia espacial en un comunicado de prensa.
Las auroras boreales no son solo una atracción turística, sino también para los astrónomos que las estudian en un intento de saber más sobre el universo en el que vivimos. Gracias al descubrimiento de Eugene Parker de los vientos solares, sabemos que nuestro Sol tiene un papel que desempeña en este espectáculo de luz natural que ilumina el cielo nocturno.
Misión INCAA
Con el objetivo de comprender cómo estas luces influyen en esta capa límite y cuánto calor se genera a su paso, los investigadores de la NASA quieren estudiar el fenómeno de cerca y planean lanzar dos cohetes de sondeo, la próxima vez que se vean las luces en el cielo del norte.
Un cohete de sondeo es un vehículo de lanzamiento más pequeño que va al espacio solo por un breve período de tiempo para realizar mediciones y luego vuelve a caer a la Tierra. La misión INCAA de la NASA consiste en dos cohetes de sondeo ya que cada cohete lleva una carga diferente.
El primero llevará rastros de vapor que dejará a su paso mientras viaja a una altitud máxima de 299 km. Los trazadores de vapor son similares a los productos químicos utilizados en los fuegos artificiales y crearán nubes visibles que se pueden ver incluso en el suelo y ayudarán a perfilar los vientos en la atmósfera neutral, según informa el comunicado de prensa de NASA.
El segundo, que se disparará poco después del primero, solo viajará a una altitud máxima de 201 km desde donde medirá la temperatura y la densidad del plasma alrededor de la aurora.
Los científicos de la NASA no están realmente seguros de qué tipo de datos pueden esperar de estos vuelos, pero estos cohetes están actualmente en posición en Poker Flat Research Range en Alaska, listos para hacer el viaje ascendente tan pronto como aparezca la aurora boreal.
¿Cómo se forman las auroras?
Tras décadas de investigación científica, ahora sabemos que el aire que respiramos en la Tierra y el de las capas superiores de nuestra atmósfera no es el mismo. Mientras que el más cercano al suelo es más bien neutral y equilibrado, a medida que nos acercamos al espacio exterior, la naturaleza del aire cambia.
Impulsadas por la energía de los rayos del sol, las moléculas del gas pierden los electrones en sus órbitas y asumen cargas positivas en ausencia de aquéllos. Los gases altamente cargados están ahora en un estado llamado plasma y no hay una distinción real en la atmósfera donde termina el estado gaseoso y comienza el estado de plasma. Más bien, estas dos capas se siguen mezclando todo el tiempo, dijo NASA en su comunicado de prensa.
Las auroras se forman cuando los electrones del espacio cercano a la Tierra cruzan nuestra atmósfera y chocan con los gases neutros, incendiándolos. Estas colisiones también dan como resultado fricción y generan calor con estas luces, al tiempo que agitan los límites entre las capas gaseosa y de plasma.
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