El físico de Harvard Avi Loeb respondió con firmeza al divulgador británico Brian Cox, quien aseguró que el objeto interestelar 3I/ATLAS es “definitivamente un cometa natural”. Loeb replicó que la ciencia no es un concurso de popularidad, sino una disciplina guiada por la evidencia y la revisión crítica. En su declaración, recordó que Cox no ha publicado estudios científicos sobre este objeto, mientras que él ha participado en once publicaciones académicas recientes que abordan directamente las observaciones y anomalías detectadas en 3I/ATLAS.
Un desacuerdo entre divulgación e investigación
La discrepancia entre ambos científicos no se centra únicamente en la naturaleza del objeto, sino en los fundamentos mismos del método científico. Avi Loeb, catedrático de la Universidad de Harvard y director del Instituto Galileo, sostiene que Cox habla desde la comodidad de la divulgación mediática, pero sin el respaldo de un trabajo de campo o un análisis de datos verificables. Según Loeb, el problema no radica en expresar una opinión, sino en declarar certezas absolutas en ausencia de evidencia concluyente.
Brian Cox, por su parte, afirmó en una entrevista con la BBC que 3I/ATLAS es un cometa natural compuesto de hielo de agua, dióxido de carbono y otros volátiles, y que su órbita encaja con lo esperado para un cuerpo proveniente del espacio interestelar. Para Loeb, esa afirmación ignora nueve anomalías observadas que contradicen la interpretación convencional y que deben ser explicadas antes de emitir juicios definitivos.
Las anomalías y el debate sobre la aceleración
Entre los aspectos que Loeb considera más intrigantes se encuentra la aceleración no gravitacional de 3I/ATLAS. En teoría, un cometa experimenta este tipo de aceleración debido a la expulsión de gas y polvo provocada por el calor solar, pero las observaciones indican que el objeto no presenta una cola visible ni señales de desgasificación. Según los cálculos de Loeb, si la aceleración se debiera realmente a la liberación de gases, el objeto debería haber perdido cerca del 15 % de su masa durante el paso por el perihelio, lo que habría producido una nube de gas fácilmente detectable.
La ausencia de esa nube plantea dudas sobre la hipótesis natural. Loeb comparó esta situación con el caso de 1I/’Oumuamua, otro visitante interestelar que también mostró una aceleración sin cola visible. En aquella ocasión, algunos científicos lo denominaron “cometa oscuro”, término que Loeb calificó de oxímoron, ya que un cometa sin cola visible desafía la definición misma de lo que se considera un cometa.
Más allá del escepticismo
El debate no gira únicamente en torno a un objeto celeste, sino al papel de la ciencia frente a lo desconocido. Loeb subraya que los científicos deben observar con mente abierta, incluso cuando las conclusiones desafían las expectativas. Su mensaje es que los descubrimientos verdaderamente importantes suelen surgir de las anomalías, no de la confirmación de lo que ya se cree.
Para él, la popularidad o la autoridad no deben sustituir el análisis riguroso. En su artículo en Medium, enfatiza que “la verdad científica no se decide por consenso o reputación, sino por la consistencia de los datos con la realidad”.
Cox, en cambio, insiste en la prudencia metodológica y en la necesidad de aplicar el principio de parsimonia: cuando una explicación natural es suficiente, no hay motivo para recurrir a hipótesis extraordinarias. Esta posición representa el enfoque conservador de gran parte de la comunidad científica, que considera prematuro atribuir a 3I/ATLAS un origen artificial o desconocido.

Trayectoria de 3I/ATLAS con las posiciones de los planetas el 31 de octubre de 2025. Crédito de imagen: NASA / JPL
Un llamado a la observación y a la evidencia
Loeb concluye que la mejor manera de resolver la controversia será mediante la observación continua. Si el objeto libera gas en los meses posteriores al perihelio, la hipótesis del cometa natural se verá reforzada. Pero si no se detecta ninguna señal de desgasificación, la explicación convencional deberá ser revisada. La próxima campaña de observación, organizada por la International Asteroid Warning Network, será decisiva para aclarar el misterio.
La discusión entre Avi Loeb y Brian Cox trasciende el caso particular de 3I/ATLAS. Representa dos visiones del conocimiento científico: una que prioriza la cautela y otra que abraza el cuestionamiento constante. Ambas perspectivas son necesarias, pero la tensión entre ellas recuerda que la ciencia, por encima de todo, avanza cuando los datos tienen la última palabra.
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Por: CodigoOculto.com










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