La vida es una escuela. El mundo no es ni prisión, ni penitenciaría, ni un palacio de tranquilidad, ni un anfiteatro para juegos y espectáculos; sino un lugar de instrucción, y disciplina. La vida se da para formación moral y espiritual; y todo el curso de la gran escuela de la vida es una educación para la virtud, la felicidad y una existencia futura. Los periodos de la vida son sus términos; todas las condiciones humanas, sus formas; todos los empleos humanos, sus lecciones. Las familias son los departamentos primarios de esta educación moral; los diferentes círculos de la sociedad, sus etapas avanzadas; los reinos y las repúblicas, sus universidades.
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