Se trata de uno de los prototipos de aviones bombarderos más enigmáticos surgidos de la Segunda Guerra Mundial, se considera la primera ala volante con dos motores y con una ingeniería que lo volvía difícil de detectar por radares.
Un proyecto secreto innovador de los Nazis tomado por EE. UU. durante la Operación Paperclip, al final de la guerra. Su diseño de ala volante furtiva todavía se nota vigente en recientes desarrollos de aviación militar de alta tecnología.
Fue construido por Reimar y Walter Horten en 1944, su diseño no se parecía a ningún otro avión de la Segunda Guerra Mundial. Tenía una cualidad de avión furtivo, con materiales absorbentes de ondas de radar (RAM), esto lo hacía invisible para sistemas de detección.
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