Los avistamientos OVNI y las noticias relacionadas a ello en las últimas semanas no es un tema reciente. Después de todo, las naciones indígenas de todo el mundo conocen la existencia de criaturas extraterrestres desde hace miles de años.

Durante décadas se les llamó OVNIs, objetos voladores no identificados. Hoy en día, se conocen como FANI o Fenómenos Anómalos No Identificados. Mientras que el gobierno federal y el personal militar afirman que la mayoría de los FANI no son más que globos meteorológicos, aviones no tripulados, fauna salvaje o basura que se ha ido por el aire, otros sostienen que estos objetos son aeronaves de otro mundo tripuladas por extraterrestres con tecnología muy avanzada.

En CodigoOculto.com los seguiremos llamando OVNIs.

Los OVNIs han estado en el candelero recientemente, cuando tres veteranos testificaron ante el Congreso sobre un supuesto encubrimiento gubernamental en relación con los extraterrestres y sus naves. Uno de ellos llegó incluso a afirmar que el gobierno de Estados Unidos está aplicando ingeniería inversa a naves espaciales extraterrestres recuperadas y está en posesión de “biológicos” no humanos tomados de un lugar donde se estrellaron extraterrestres. El comandante retirado David Grusch, que formó parte del Grupo de Trabajo sobre OVNIs del Pentágono, declaró que conoce la ubicación exacta de los FANI en poder del gobierno federal. El propio Pentágono niega estas acusaciones, llegando a decir que no disponen de “ninguna información verificable que corrobore las afirmaciones de que hayan existido en el pasado o existan en la actualidad programas relativos a la posesión o ingeniería inversa de materiales extraterrestres.”

Aún así, el comandante retirado David Fravor y el ex piloto de caza de la Marina Ryan Graves hablaron de avistamientos personales que han tenido de OVNIs notables, incluyendo uno que parecía ser un cubo gris oscuro o negro dentro de una esfera transparente. De alguna manera se las arregló para permanecer inmóvil a pesar de los vientos huracanados. Otro OVNI parecía un Tic-Tac blanco y no tenía ningún medio visible de propulsión. Ambos testigos se mostraron impresionados por la tecnología de las naves que vieron, y admitieron que, que ellos supieran, la humanidad no posee tecnología tan avanzada.

Los hombres también hicieron hincapié en que los avistamientos de OVNIs son bastante comunes, pero que se informa muy poco de ellos. Graves estima que sólo el 5% de los avistamientos de OVNIs están documentados. El gobierno federal ha recibido más de 350 nuevos informes de Fenómenos Anómalos No Identificados desde 2021.

Según los miembros del Congreso, la audiencia fue parte de un impulso para reconocer los OVNIs como un asunto de seguridad nacional.

Robert García, representante demócrata de California, dijo:

“Los OVNIs pueden representar una grave amenaza para nuestros militares y nuestras aeronaves civiles, y eso debe entenderse. Cuanto más comprendamos, más seguros estaremos”.

Pueblos indígenas ya conocían de la existencia de extraterrestres

Muchos grupos indígenas reconocen a estos extraterrestres como parientes o incluso antepasados.

El hecho de que la existencia de los OVNIs, y potencialmente de los extraterrestres, sea una noticia de última hora, es una prueba más de que la eliminación de los indígenas es real. ¿Por qué? Porque las comunidades indígenas de todo el mundo han sido conscientes de la existencia de los OVNIs durante miles de años y han dejado constancia de estos encuentros a través de la tradición oral y el arte. Aún hoy se conservan petroglifos antiguos que relatan experiencias de pueblos indígenas con aeronaves de origen desconocido, así como con seres no humanos con historias sobrenaturales.

En varias naciones indígenas, a estos seres se les llamaba “gente del cielo” o “gente de las estrellas“. Es más, estos extraterrestres, o quizá ultraterrestres, son reconocidos por muchos grupos indígenas como parientes o incluso antepasados. Los Hopi dicen que su primer hogar estuvo en la constelación de las Pléyades, a la que se refieren como Chuhukon. La nación Cree tiene leyendas que dicen que sus antepasados llegaron a la Tierra como espíritus de las estrellas. Tradicionalmente, los zuni también creían estar emparentados con una especie de Gente de las Estrellas.

Puesta de sol en las Badlands. Crédito de imagen: depositphotos.com

Los Lakota poseen conocimientos sobre las estrellas que han transmitido de generación en generación, empezando por los antiguos. Según su sistema de creencias, cada niño Lakota nace con un espíritu de una estrella, nuestro wanagi. Cuando mueren, su wanagi regresa a las estrellas, viajando a través de Wicakiyuhapi, lo que los occidentales llaman La Osa Mayor. Es en el Wanagi Tacanku (Camino de los Espíritus), lo que los occidentales llaman la Vía Láctea, donde se reúnen con sus antepasados.

Pero los vínculos indígenas con los OVNIs y los seres de otro mundo tampoco son historia antigua. Los informes de avistamientos de OVNIs y de interacciones con criaturas aparentemente alienígenas persisten en las comunidades indígenas hasta nuestros días. Hay lugares en las reservas donde los avistamientos se producen con tal regularidad que, si los visitas a una hora determinada del día, es probable que los veas por ti mismo. Como mujer oceti sakowin (dakota y lakota), he oído muchas historias de avistamientos de FANI e incluso de encuentros con seres extraterrestres, así como de críptidos, de otros nativos que conozco personalmente. Una amiga de mi hija afirma con toda sinceridad que la llevaron en un vehículo dos de esos seres extraterrestres, que parecían bastante humanos, casi demasiado perfectos. Comentó que eran totalmente educados y honestos, y que le hicieron preguntas que parecían curiosamente mundanas durante más de una hora. Aunque no tuvo miedo, la extrañeza del encuentro es tan inquietante que su relato deja a los oyentes con los pelos de punta. Otro conocido afirma que conoció a un ser que era humano, además de extraterrestre, en una gran metrópoli canadiense.

Nuestra creencia en el parentesco trasciende la humanidad

Antiguo petroglifo de una nación indígena. Crédito de imagen: Pinterest

También hay historias de apariciones de no humanos en lugares ceremoniales. En The Sacred Ways of a Lakota, de Wallace Black Elk y William Lyon, el santón lakota Black Elk cuenta que vio un OVNI mientras realizaba Hanbleceya, una búsqueda de visión. El OVNI era un disco luminoso cóncavo, con otro disco encima. Según su relato, el OVNI era manejado por gente pequeña que podía conversar con él telepáticamente. Buscaban la sabiduría que habían perdido, así que él les dio la bienvenida.

Un aspecto de los encuentros con extraterrestres que parece persistir en todos los grupos indígenas es que no todos los extraterrestres son iguales. Aparecen de formas y maneras muy diversas, hablan idiomas distintos (o no hablan ningún idioma), poseen tecnologías e historias variadas y tienen intenciones muy diversas. Algunos parecen benévolos, mientras que otros son francamente siniestros. Uno debe tener un cierto nivel de discernimiento a la hora de determinar su nivel de implicación con estos individuos.

Como pueblo Lakota, creemos en Mitakuye Oyasin, que se traduce como todos estamos relacionados o todos estamos conectados. A primera vista, esta frase suele interpretarse como que todos los seres humanos estamos relacionados. Y así es. Sin embargo, la frase también es universal. Nuestra creencia en el parentesco trasciende a la humanidad.

El mundo occidental investiga por su cuenta y riesgo los OVNIs y los extraterrestres sin tener en cuenta las perspectivas indígenas. El punto de vista colonial no es universal. Es extremadamente miope y no capta las posibilidades de las inteligencias no humanas presentes. El punto de vista colonial no es la experiencia humana y excluir todas las voces no coloniales pinta una imagen muy sesgada, estrecha e incompleta de nuestra realidad como terrícolas.

En mi opinión, la mayoría de los seres de otro mundo ya conocen la toxicidad del colonialismo y buscan lo que nos hace humanos. Debemos creer a nuestros ojos, pero también ver con nuestros espíritus.

Autora: Ruth H. Burns – Fuente: Atmos

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