En entradas anteriores se ha presentado el interesante caso de Terry Lovelace quien tuvo un encuentro con un objeto volador de gran tamaño mientras trabajaba en la Base Whiteman de la Fuerza Aérea. En dicho evento hubo 3 horas en las que el testigo no tenía recuerdos y muchos años después, al hacerse unas radiografías descubrió que tenía dos elementos extraños en una pierna.
Según refirió, dos sujetos de la Oficina de Investigaciones Especiales le hicieron pasar por una sesión de hipnosis regresiva en la que recordó que fue llevado a bordo del objeto volador y que allí había grises y mántidos trabajando conjuntamente con seres humanos además de poder observar unos tanques llenos de un líquido rosado en los que flotaban extraños seres que aterrorizaron al testigo.
También recordó haberse encontrado con un ser al que ya conocía de otras experiencias y llamado Betty que le dijo ser un híbrido: mitad humana y mitad extraterrestre y no mucho después de este evento, Lovelace tuvo otro encuentro y una conversación con este mismo ser.
Aparición durante la noche
Una noche de septiembre de 2017 Lovelace se despertó sentado en una de las sillas de su salón, aquello era extraño, recordaba haberse metido en la cama, todavía era de noche y jamás había experimentado un episodio de sonambulismo y mientras se devanaba los sesos con estas cuestiones se dio cuenta de que en otro de los asientos de la estancia había alguien sentado.
(Pinterest)
Tendría metro y medio de estatura, aparentaba ser delgada y frágil y de hecho, el cuello era tan fino que parecía que en cualquier momento fuera a partirse, los dedos de sus manos eran más largos de lo normal y tenía los ojos completamente negros, eran grandes, pero no tanto como los de las típicas imágenes de los grises. Además, llevaba una peluca que a Lovelace le pareció algo ridícula.
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Este ser, llamado Betty, se dirigió a él indicándole el motivo de su visita. Resulta que tras descubrir los dos elementos extraños en las radiografías y haber recordado varios encuentros con el fenómeno sucedidos a lo largo de su vida gracias a la hipnosis, el testigo resolvió el narrar su increíble historia en un libro y tal inminente publicación podía no ser del agrado de algunos…
“Terry, estoy aquí porque tienes recuerdos que no pueden ser suprimidos de forma permanente ni pueden ser eliminados de forma segura de tu mente. Dado que esos recuerdos no pueden ser borrados, tienes la intención de contárselos a los demás para que te ayude a manejar esos pensamientos no deseados. Al contárselo a los demás esperas confirmar tus experiencias y concienciar a la gente”.
Recuerdos de una abducción
Imagen: archivo
Según le expresó al testigo, además de que no podían borrar esos recuerdos sin correr un riesgo, ni sus jefes ni los gobiernos terrestres implicados querían que aquella información saliera a la luz pues los implantes de sus piernas podían validar las afirmaciones que Lovelace hacía en su libro así que sin más, este ser le dijo que si seguía adelante y publicaba la obra, sus jefes se verían obligados a retirar aquellos elementos que además, corrían el peligro (para ellos) de acabar en manos humanas que pudieran estudiarlos.
Lovelace acabó por hacer caso omiso a las advertencias de Betty y procedió a publicar el libro citado. Tiempo después, una mañana despertó con mucho dolor y hematomas en ambas piernas aunque no había otras marcas, ni punciones, ni cicatrices. Tan pronto pudo procedió a realizarse nuevas radiografías comprobando que los extraños elementos habían desaparecido pero no del todo…
En aquella conversación Betty le dio al testigo muchos más detalles sobre sus huéspedes y Lovelace quedó sorprendido por lo que vio en aquellas radiografías. Nuestra compañera Sonia Gupta del canal AEnigma presenta esta información en el siguiente video:
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