Anteriormente se creía que entre los llamados planetas vagabundos o errantes eran mucho más comunes los gigantes gaseosos como Júpiter.
Científicos polacos del observatorio astronómico de la Universidad de Varsovia han descubierto que entre los cuerpos espaciales conocidos como planetas vagabundos, errantes o huérfanos ―que se mueven independientemente por el espacio sin estar sujetos a una estrella― son más abundantes aquellos similares a la Tierra. Algunos especialistas especulan que los mismos podrían ser apropiados para albergar vida, reporta The Daily Mail.
Los investigadores analizaron una protuberancia central en la Vía Láctea para llegar a las conclusiones publicadas en la revista Nature. Según el estudio, los planetas vagabundos del tipo de Júpiter son al menos 10 veces menos comunes de lo que se creía anteriormente. El equipo señala que los astros rocosos del tamaño de la Tierra son más difíciles de detectar, pero que podrían ser más abundantes que planetas como Júpiter.
«Hemos detectado algunos posibles eventos de duración ultracorta ―menos de medio día― lo que podría indicar la existencia de planetas de libre flotación de masa de Tierra o de masa de supertierra, como lo predijeron las teorías de formación de los planetas», comentó el investigador Przemek Mroz. Sin embargo, el especialista añadió que tales eventos «no están bien cubiertos por las observaciones y es difícil, si no imposible, probar o refutar su naturaleza como planetas flotantes».
Los planetas que no poseen estrellas fueron identificados como una nueva clase en 2011. Sin embargo, en aquel entonces se trataba de gigantes gaseosos como Júpiter y no de planetas rocosos como la Tierra.
La conclusiones del estudio han sido publicadas en la revista Nature.
Es imprescindible la presencia de una estrella, una atmósfera y un campo magnético que retenga la atmósfera y desvíe las radiaciones cósmicas, para que un astro frío, o planeta pueda albergar vida.