Si en una noche despejada consigues encontrar en el cielo las constelaciones de Ofiuco y Hércules, debes saber que la famosa sonda Voyager 1 está volando por allí. Salió al espacio en 1977 casi simultáneamente con su hermana gemela Voyager 2. Ambas abandonaron los límites convencionales del sistema solar hace varios años. La “primera” sonda se encuentra ya a 24.000 millones de kilómetros de la Tierra y, a modo de comparación, Plutón está a unos seis mil millones de kilómetros de nosotros.
En general, sorprende que nuestros smartphones procesen diez mil millones de señales cada segundo, y la tecnología de a bordo de las Voyager, de medio siglo de antigüedad, ocho mil. Y sigue “viva”; los instrumentos científicos de las sondas siguen recogiendo y transmitiendo sus datos sobre el desconocido espacio interestelar.
En la Voyager 1, sólo funcionan cuatro de los diez instrumentos de investigación, y en la Voyager 2 – cinco, pero esto no se debe a que todos los demás estuvieran averiados: simplemente tuvieron que ser apagados para ahorrar energía, ya que eran de menor prioridad. Los aparatos funcionan con generadores de radioisótopos que utilizan plutonio-238 y, por supuesto, se debilitan con el paso de los años.
Desgraciadamente, la NASA espera con tristeza una inminente pérdida total de contacto con las Voyager, muy posiblemente en 2025 o 2026, pero están intentando por todos los medios posponer este momento todo lo posible. La “Voyager 2” ya está conectada a un generador de reserva con la esperanza de prolongar su vida útil. La “Voyager 1” funciona con un aparato menos, por lo que aún tiene suficiente con la fuente de energía principal. Últimamente ha sorprendido a la comunidad científica con algunos mensajes inesperados.
Por ejemplo, en 2022 la sonda dejó repentinamente de entender dónde estaba, y la NASA pasó muchos meses estudiando dibujos y otros documentos de hace medio siglo para averiguar qué había pasado. Se cree que hubo un fallo en el ordenador de a bordo debido a la radiación cósmica. La situación se normalizó, pero ahora hay una nueva historia incomprensible.
El hecho es que la Tierra recibe los datos de ambas sondas en “paquetes”, tanto de los instrumentos científicos como del sistema de control de vuelo. Así, en el siguiente “paquete” de la Voyager 1 no había nada en absoluto de los instrumentos científicos, sólo una mezcolanza sin sentido de unos y ceros.
En este caso, la NASA informa de que, en principio, la razón de la posible avería está bastante clara: algo va mal en ese ordenador de a bordo concreto, que ensambla el siguiente “paquete” de datos y lo transmite al sistema de telemetría para su posterior envío a la Tierra.
O un componente está roto, la computadora antigua está funcionando mal o algo más, nadie lo sabe
Cuando la Voyager 1 acaba de ser lanzada, se suponía que en diez años la alcanzaría y que en cien años o más volaría hasta la estrella más cercana, donde unos “hombrecitos verdes” podrían atraparla. Por lo tanto, se envió un mensaje en un disco de oro, incluso si la probabilidad de que una civilización extraterrestre encuentre el mensaje volador en una botella es mínima.
¿Qué ocurrió con la sonda Voyager 1?
Aunque suena fantástico, no se puede descartar que el motivo del funcionamiento anormal de la sonda pueda ser que cayó en las garras (manos, garras, tentáculos) de representantes de una civilización extraterrestre, quienes reprogramaron la computadora de a bordo de tal manera que nos enviarían señales de que quieren establecer contacto con nosotros.
Quizás el equipo de comunicación de los extraterrestres esté construido sobre principios físicos completamente diferentes y, de lo contrario, simplemente no puedan comunicarse con nosotros.
Quizás de esta forma sólo quieran avisarnos de su llegada, esperando que seamos una especie inteligente y podamos descifrar fácilmente su mensaje.
Por supuesto, todo lo anterior es poco probable y suena como un escenario de ciencia ficción, pero la probabilidad de tal evento no es cero.
Por tanto, no nos sorprendamos si un día de estos recibimos un mensaje de saludo de una civilización extraterrestre.
Los científicos lo han llamado “una anomalía en la transmisión de datos”, y claro, ellos jamás van a admitir o revelar que algo podría haber capturado la nave.
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