Por décadas, se han hecho grandes esfuerzos por establecer contacto con seres de otros planetas, tal vez los responsables de la existencia de la vida en la Tierra. Búsquedas arqueológicas y ondas de radio son solo algunos de los medios empleados a fin de hallar evidencia alienígena en nuestro planeta. Pero, ¿qué tal si hemos estado buscando rastros alienígenas en el lugar equivocado?
Una señal inteligente en nuestro código genético
Para Paul Davies, astrobiólogo de la Universidad Estatal de Arizona, las evidencias que confirman que fuimos visitados por alienígenas pueden provenir, al menos de tres fuentes. Por un lado, están los desperdicios nucleares; por otro, operaciones mineras a gran escala, y, en tercer lugar, un enigmático mensaje en una botella.
La tercera opción es una alusión metafórica a una evidencia de vida extraterrestre que podría venir de cualquier lugar. Davis señala que dicho mensaje podría estar codificado en nuestro ADN. En su interior se podría hallar una señal inteligente, una especie de código, implantado por seres extraterrestres.
¿Es posible reescribir el código genético?
Para que el mensaje en la botella sea una opción viable, el código genético humano debería ser capaz de recibir una sobreescritura. ¿Es eso posible? Por supuesto que sí. De hecho, el premio Nobel de Química para el año 2020 fue precisamente la invención de unas tijeras genéticas capaces de reescribir el código de la vida, ADN.
Este avance científico permite cortar y pegar el ADN a voluntad a fin de editar toda forma de vida de una manera inédita. Resulta tan efectivo que ya se está usando en el ámbito médico para combatir el cáncer curar enfermedades hereditarias. Claro, lo que para la ciencia es un milagro, para la naturaleza es solo un hecho más.
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Cómo implantar un mensaje alienígena en nuestro ADN
La capacidad de reescribir el código genético no es para nada nueva en el ámbito natural. La ciencia médica sabe muy bien que los virus son capaces de cargar su material genético en los genomas de otros seres vivos. Son expertos en el tema de sobrescribir el ADN, por lo que consiguen propagarse con tanta rapidez.
Entonces, si los virus y hasta el ser humano pueden modificar el código genético implantando un nuevo patrón ordenado, ¿cuánto más los seres alienígenas? A partir de esta premisa, es fácil suponer que la mejor evidencia de vida inteligente en nuestro planeta puede hallarse en nuestro propio ADN.
Con bastante facilidad, seres de otros mundos bien pudieron implantar un mensaje codificado en el ADN humano. No importa en qué lugar de la Galaxia o el Universo se encuentren, la carga genética podría viajar millones de kilómetros hasta llegar a nuestro Planeta. ¿De qué manera? Mediante un proceso controlado o deliberado llamado panspermia.
Un mensaje codificado desde un universo distante
La panspermia sugiere que la vida en la Tierra comenzó hace millones de años cuando uno o varios meteoritos cayeron en nuestra superficie. En ellos venían una especie de polvo espacial que contenía bacterias alienígenas muy resistentes. Estas se combinaron con aguas primigenias y dieron inicio al proceso de evolución.
Por este mismo medio, un mensaje codificado hacia nuestro ADN pudo haber llegado desde cualquier rincón del universo. ¿De verdad es posible? Pues bien, poco después de que Davies hablara del mensaje en la botella, dos científicos de Kazajstán afirmaron haber encontrado una señal inteligente dentro del código genético humano.
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Según su testimonio, lo que hallaron daba la impresión de ser un diseño inteligente que parecía haber sido sembrado intencionalmente. El mensaje no parecía ser biológico, matemático o simbólico, pero dejaba entrever una configuración bastante inusual. Afirmaciones como estas no sorprenden, y menos cuando muchos creen que la modificación genética humana por seres alienígenas lleva décadas en funciones aquí en la Tierra.
No hay mayor evidencia alienígena que nosotros mismos
Dentro de nuestro código genético bien pudiera hallarse evidencia concluyente de la existencia de seres de otros mundos. Reescribir el ADN no parece ser cosa complicada, ni para los virus ni para los seres humanos.
Formas de vida superiores, con tecnología mejorada, serían capaces de dejar en nuestro genoma su mensaje en la botella. Sea como sea, la evidencia de un diseño inteligente en nuestra composición es innegable.
Escrito por: Luisa Lugo, redactora de CodigoOculto.com
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