Los zombies son una figura prominente en el vudú, supuestamente creados a través de rituales y el uso de toxinas naturales.
Los zombies son parte del folclore de Haití, considerados como reales, aunque tratados con mucho secretismo. Se han reportado una gran cantidad de casos de personas en ese estado de extraño trance. Investigaciones antropológicas han revelado el uso de toxinas naturales en la elaboración de los «polvos zombies», usados por los hechiceros vudú para producir ese estado de «muerto viviente» en las personas.
En Haití y en todo el Caribe, el vudú es una de las expresiones principales de las religiones de corte mágico. Tiene raíces en África y en el pueblo precolombino de los taínos.
Uno de los principales investigadores científicos de este tema es Wade Davis, un prominente antropólogo de Harvard que ha profundizado en el culto vudú, exponiendo la química de la «zombificación» en su libro La serpiente y el arcoíris (The Serpent and the Rainbow, en inglés). En 1988 fue realizada una película del mismo nombre, dirigida por Wes Craven y basada en el libro de Wade Davis. La película es muy buena, alucinante y terrorífica, aunque toma sus libertades en cuanto al libro:
Ritual vudú para crear un zombie
Según el folclore de Haití, un bokor o hechicero vudú, sería capaz de resucitar a un muerto mediante la magia negra. El ritual incluye mezclas en polvo de partes de plantas y animales («polvo zombie»), además del uso de sangre y cabellos de la víctima. También se considera que lo que provoca el bokor es parálisis y letargo (no la muerte).
Luego de ocho horas, el bokor desentierra el cuerpo de la víctima para atrapar su espíritu en un contenedor. El método incluye el esparcimiento en forma de cruz de venenos en polvo en el umbral de la puerta del fallecido. Días después, el hechicero le administra un alucinógeno llamado «pepino del zombie», el cual lo «revive» y lo mantiene en un estado de trance (susceptible al control mental).
Investigación de Wade Davis
Las toxinas en el «polvo zombie»
En 1982, Wade Davis viajó a Haití para investigar el caso de Clairvius Narcisse, un presunto zombie víctima de un hechicero vudú. En 1962, Narcisse habría sido obligado a trabajar en una plantación de caña de azúcar, pero luego de la muerte del hechicero, se habría perdido en el bosque por 16 años.
Con el paso del tiempo, Clairvius Narcisse recobraría su inteligencia, reencontrándose con su hermana para contarle sus confusos recuerdos. Narcisse había sido declarado como fallecido de una forma oficial, así que se considera un ¡sorprendente caso real de un zombie!.
Según Wade Davis, la zombificación incluía neurotoxinas naturales, mezcladas por el bokor. Entre ellas se encuentran: la tetrodotoxina (de un pez globo) y partes de un sapo de caña y del sapo de la especie Osteopilus dominicensis.
Lo que sufre la víctima sería un envenenamiento no letal, que produce un estado parecido a la muerte (no muerte total). Ese estado está caracterizado por parálisis, una baja temperatura corporal y latidos del corazón muy lentos.
Luego que la víctima despierta, el hechicero utilizaría la planta estramonio (Datura stramonium) para mantener el estado zombie, susceptible al control del hechicero vudú o «controlador».
Hay que tener en cuenta que la investigación de Wade Davis no convenció a sus colegas químicos, aunque se basaron más que todo en la dificultad de establecer una dosis adecuada de las toxinas. Esto indica que su investigación no puede ser refutada completamente.
Referencias: duke.edu (Duke University) / MysteriousUniverse.
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