Un grupo de científicos ha calculado si sería posible crear una simulación de nuestra realidad con una supercomputadora.
¿Qué es real? ¿Es el mundo en realidad tal y como lo percibimos? ¿Y cómo podemos saber con seguridad una cosa u otra? Los pensadores se han estado haciendo estas preguntas desde los albores mismos de la filosofía.
La última versión de este eterno enigma fue popularizado en la película de ficción de The Matrix, del año 1999, donde se actualizó el tema relacionándolo con las condiciones tecnológicas contemporáneas: ¿podría ser la realidad nada más que una simulación creada por una supercomputadora, con nosotros pasando nuestra existencia en una cápsula llena de líquido gelatinoso con circuitos en la cabeza?
Afortunadamente, la trama de The Matrix no solo es inverosímil, es completamente imposible. Al menos así lo expone un reciente estudio de físicos cuánticos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y de la Universidad Hebrea en Israel. El trabajo descubrió que la potencia computacional necesaria para simular el universo hasta el nivel cuántico requeriría una memoria construida a partir de más átomos de los que existen en el propio universo.
En otras palabras, debido a la inmensa complejidad del fenómeno cuántico, una simulación del universo tal y como lo entendemos actualmente es un problema fundamentalmente insoluble.
Como señala el portal Mother Nature Network, en su experimento los investigadores se centraron en un problema particular conocido por la ciencia como el método de simulación de Montecarlo. Según este método de calculación, basado en muestras aleatorias de un sistema, es imposible modelar la complejidad cuántica de nuestro universo.
Esta es realmente una buena noticia por si está preocupado por la posibilidad de que la vida sea una simulación construida por un ordenador. Significa que simplemente no hay forma de que un algoritmo de computadora pueda dar sentido a las extrañas cosas que ocurren en el universo a nivel cuántico.
Los seres humanos tenemos facultades para cambiar el entorno real, nos lo anulan con las religiones desde que nacemos. Todos influimos en los demás, unos con manipulación y los otros con magnetismo propio. Esas capacidades innatas consisten en COMUNICACIÓN, estamos interconectados.