En 1898, Nikola Tesla sorprendería al mundo al mostrar una especie de barco robot, el cual sería manejado a control remoto, se le conocería como el “Teleautomaton“.

Este misterioso bote robótico se convertiría en el primer modelo de un drone marino de la historia. Pero… ¿Cómo lo hizo?

El Teleautomaton: el barco robot

Planos del Teleautomaton, que se encuentran en las patentes. Crédito de imagen: Tesla Books / Twenty First Century Books

Los buques manejados sin tripulación son prácticamente un hecho. En febrero del 2015, la Agencia Finlandesa de Financiación para la Innovación Tekes, aprobó el financiamiento de 6.6 millones de euros a la unión de una universidad y una empresa, que investigará la creación de estos prototipos.

El proyecto, llamado AAWA, siglas de Advanced Autonomous Waterborne Applications Initiative, unió a diferentes centros de investigación, como la Universidad Tecnológica de Tampere, el Centro de Investigación Técnica VTT de Finlandia y a la Universidad Turku, con compañías gigantescas, como Rolls-Royce, NAPA o Deltamarin.

A finales del 2017, se empezó con el análisis de los factores económicos, sociales, legales, de regulación y tecnológicos, que harán de los buques autónomos una realidad. Además, ya se desarrollan diseños preliminares y especificaciones de lo que sería, la primera generación de embarcaciones.

Sin embargo, ya en el siglo XIX, Tesla, con sus predicciones de “guerras a distancia con máquinas controladas remotamente”, pronosticaría la creación de drones de guerra. A pesar de que el tiempo le daría la razón, sus declaraciones hicieron que lo tildaran de “científico loco”, provocando que muchos subestimaran las patentes que estaba desarrollando. Gracias a ello, el avance tecnológico en general se atascó varios años.

Aun así, por las patentes que registró, especialmente al diseño de corriente alterna, Tesla consiguió mantenerse a la vanguardia. Incluyendo tiempo para dedicarse a sus proyectos personales, sobretodo, a la energía inalámbrica.

Una tecnología única

Presentación de Tesla en 1898, en Nueva York. Crédito: Popular Science, edición de Julio 1956 / Cyberneticzoo

Aunque es cierto que nunca consiguió construirlo, sus investigaciones si lo llevaron a diseñar el primer dispositivo a control remoto de la historia, en noviembre de 1898. Dos años antes de que el mismísimo Guillermo Marconi comenzara sus experimentos sobre la radiofonía.

Tesla mostraría al mundo un vehículo que parecía sacado de un libro de ciencia ficción. El lugar sería el Madison Square Garden, y la ocasión, la Exposición de Ingeniería Eléctrica de 1898, festejada en Nueva York. El dispositivo fue presentado como el Bote Teleautomático “Teleautomaton”, un barco controlado a distancia que dejaría anonadados a todos los presentes.

El avanzado dispositivo tenía una antena en el centro que recibía ondas de radio enviadas desde el puesto de control. Dos antenas más bajas a proa y popa, con grandes bombillas que ayudaban al operador a definir la posición y rumbo de la embarcación durante la noche. En el interior del casco, se encontraba un motor eléctrico que giraba la hélice y otro que movía el timón, una batería que alimentaba los motores y las luces y, finalmente, el mecanismo que transformaba las señales de radio, enviadas por Tesla.

Desde su puesto de control, el inventor podía dirigir la embarcación, moverlo, detenerlo o encender las bombillas. Todo gracias a un extraño artilugio; una lata rellena de polvo de óxido metálico y un disco en el que se encontraban distintas órdenes para el propulsor, timón y luces.

Al recibir la señal de radio, los granos del polvo de óxido se unían y cerraban el circuito eléctrico que hacía girar el disco. Cuando se transmitía la orden, la lata era volteada y el polvo de óxido se separaba, abriendo de nuevo el circuito.

Cada sección del disco tenía una combinación que significaba una orden específica, podía ser mover el timón, propulsión, prender o apagar las luces, etc. Tesla sabía la secuencia de las órdenes en el disco y el número de señales que debía enviar para colocar le disco en la posición requerida. En una época donde la radia básicamente era desconocida, muchos realmente creyeron que Tesla controlaba el bote con su mente.

¿Por qué no se desarrolló?

Modelo exhibido en el Museo de Tesla de Belgrado. Crédito de imagen: Museo de Tesla de Belgrado.

Tesla también hizo el anuncio de otro dispositivo para navegar bajo la superficie, más parecido a un torpedo que a un submarino. Asimismo, en noviembre de 1989, la Oficina de Patentes concedió la patente al inventor.

Pero, a pesar de que hasta Mark Twain, ofreció de manera irónica ser el enlace comercial ante Gran Bretaña y Alemania, viendo el potencial militar que había a su alcance, Tesla no fue capaz de vender su dispositivo a la Marina de Estados Unidos. De hecho, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial, que el país norteamericano vería la utilidad a la tecnología a control remoto.

Por desgracia, después de la euforia inicial, muchos de los presentes acusaron a Nikola de ser un embaucador, diciendo cosas como que había un “pequeño hombre” controlando la máquina desde el interior, o que había cables transparentes.

Actualmente, el Museo Nikola Tesla de Belgrado, posee una réplica del Teleautomaton, que se construyó siguiendo las notas dejadas por el autor. Un invento que revelaría, una vez más, que el serbio era una mente adelantada a su época y que nos lleva a pensar ¿De qué habría sido capaz de haber nacido en nuestros días?

Pueden ver mucho más en el siguiente video:

@codigoocultocom El Barco a Control Remoto de #NikolaTesla. ¡El primer drone marino! En 1898, Nikola Tesla sorprendería al mundo al mostrar una especie de #barco #robot, el cual sería manejado a control remoto, se le conocería como el #Teleautomaton ♬ original sound – CODIGO OCULTO

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