Desde la antigüedad, el hombre ha explorado los cielos, no solo por su inigualable belleza, sino también atraído por sus incontables misterios. En un intento por predecir el futuro y conocer su origen, sabios de antaño analizaron y registraron lo que el firmamento nocturno les comunicaba. Hoy hablaremos de una posible amenaza para la Tierra revelada en una antigua tablilla cuneiforme.
El imperio Asirio y su amplio conocimiento astronómico
Una de las civilizaciones antiguas que acumularon gran caudal de conocimiento astronómico fueron los asirios, pueblo aguerrido que en su mejor momento dominaron todo el mundo conocido. Su cultura, religión, y prácticamente todo aspecto de su vida, estaba gobernado por el movimiento y la posición de los astros. Ser un sacerdote en la corte real asiria implicaba tener grandes conocimientos de astronomía.
Los descubrimientos de estos hombres observadores del cielo quedaron registrados en tablillas cuneiformes, artefactos de arcilla grabadas con su intrincado sistema de escritura. En ellas se puede leer acerca de lo que hoy llamamos erupciones solares, además de otros eventos y fenómenos celestiales de gran trascendencia en nuestros días.
Erupciones solares y sus implicaciones actuales
Hace unos 2.700 años, los astrónomos asirios contemplaron con asombro lo que al parecer eran erupciones solares. En sus registros describen un resplandor inusual que teñía el cielo de rojo, evento al que también llamaron nube roja o «el rojo cubre el cielo». Dichas observaciones fueron comparadas con concentraciones de carbono-14 en anillos de ejemplares de árboles de ese mismo periodo, obteniendo resultados increíbles.
De acuerdo con Science Daily, lo que los astrónomos asirios registraron es conocido hoy como arcos rojos aurorales estables. Dichos arcos no son más que la luz emitida por electrones de átomos de oxígeno atmosférico, luego de ser excitados por intensos campos magnéticos. Una actividad magnética de ese nivel solo puede atribuirse a erupciones solares de gran envergadura, nunca vistas por el hombre moderno.
¿Qué ocurriría si, en la actualidad, «el rojo cubre el cielo»?
Al parecer, en la época del imperio Asirio, ocurrieron erupciones solares tan intensas que generaron campos magnéticos de gran alcance. Estos llegaron a la atmósfera terrestre, produciendo un verdadero espectáculo celestial, tiñendo el cielo de rojo. Ahora bien, ¿Qué pasaría si, en la actualidad, el Sol se comportara de la misma manera y, en palabras de un astrónomo asirio, «el rojo cubre el cielo» nuevamente?
Hoy por hoy, el que ondas electromagnéticas de gran magnitud llegaran a nuestra atmósfera provenientes del Sol, tendría un efecto catastrófico. Hace 2.700 años, el espacio atmosférico de la Tierra no tenía satélites, ni había en la superficie antenas de telecomunicaciones. La sociedad humana no dependía tanto como ahora de conexión a Internet o telefonía celular.
Erupciones solares de tal magnitud, producirían una verdadera catástrofe en el estilo de vida al que estamos acostumbrados en este siglo XXI. ¿Cuánto tiempo podría durar nuestro mundo moderno, con su intrincada red de comunicación y millones de dispositivos electrónicos? Todo se desvanecería como por arte de magia.
Conocimientos avanzados de una sociedad remota
Los astrónomos asirios no solo estudiaron el comportamiento del Sol, sino que también se interesaron por otros fenómenos celestiales. Su mayor interés radicaba en todo aquello que pudiera tener influencia en su mundo y, particularmente, en su emperador. De hecho, pensaban que, con el uso de encantamientos y artes ocultas, se podía predecir el futuro o controlar a los astros.
Es cierto que mucho de lo que los asirios creían, carecía de fundamento científico. Con todo, en sus escritos se puede apreciar un avanzado conocimiento astronómico, siendo capaces de predecir el movimiento planetario en pleno siglo VIII a.C. Sus estudios del espacio exterior fueron absorbidos y profundizados por otra de las potencias mundiales de la historia antigua: Grecia.
Mucho que agradecer a nuestros inquisitivos ancestros
El ser humano ha contemplado su lugar en el universo durante siglos, tratando de hallar en el misterioso cosmos las respuestas a sus muchas preguntas. Hoy día, esa misma sed de conocimiento nos ha llevado a explorar lugares de nuestro sistema solar que estuvieron fuera de alcance por mucho tiempo. Lo que hoy sabemos, y mucho de lo que aun ignoramos, se lo debemos a nuestros inquisitivos ancestros.
Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta GUÍA.
Por: Luisa Lugo
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