Un equipo de científicos ha encontrado evidencia de actividad humana que se remonta a la Era Bíblica en el presunto sitio del Arca de Noé, en las montañas de Turquía.
Los hallazgos, publicados a principios de esta semana, de muestras de roca y suelo determinaron que “materiales arcillosos, materiales marinos y mariscos” estuvieron presentes en la zona entre los años 5500 y 3000 a. C., según informa el diario turco Hürriyet.
En el estudio participaron tres universidades turcas y estadounidenses que investigan la teoría del yacimiento desde 2021.
El grupo “Mount Ararat and Noah’s Ark Research Team” se creó para la investigación científica de las ruinas, cuya estructura quedó dañada debido a los corrimientos de tierra, y realizó su primer estudio en diciembre de 2022.
Situada a menos de 3 km de la frontera entre Irán y Turquía, en el distrito de Doğubayazıt se encuentra la formación Durupinar, un accidente geográfico de 163 metros de limonita, que algunos creen que son los restos petrificados del Arca de Noé.
Los científicos recogieron cerca de 30 muestras de roca y suelo de la zona de las “ruinas” y analizaron los hallazgos en la Istanbul Technical University.
Muestras datan del año 3000 a. C.
El estudio de datación reveló que las muestras tenían entre 3.500 y 5.000 años de antigüedad, es decir, databan del año 3000 a.C., la época más reciente en que se cree que ocurrió el diluvio catastrófico.
El Prof. Dr. Faruk Kaya y vicerector de la Agri Ibrahim Cecen University, dijo en un comunicado:
“Según los primeros resultados obtenidos de los estudios, se cree que ha habido actividades humanas en la región desde el periodo calcolítico, es decir, entre los años 5500 y 3000 a. C.
Se sabe que el diluvio del profeta Noé se remonta a hace 5.000 años”.
Muestras revelan similitudes con el libro bíblico Génesis
El tamaño y la forma de la formación se correlacionan con las dimensiones de lo que se dice que era el arca en el libro bíblico del Génesis, una “longitud de trescientos codos, su anchura de cincuenta codos y su altura de treinta codos”.
En las lecturas bíblicas, Dios ordenó a Noé, de 600 años y padre de tres hijos, que construyera el arca y la llenara con dos de cada animal antes de que se produjera un diluvio universal.
El yacimiento de Durupinar está a 28.9 km. al sur de la cima del Gran Monte Ararat, que según el Libro del Génesis fue donde el arca se detuvo el séptimo mes y el decimoséptimo día.
Los textos sagrados de tres grandes religiones, el cristianismo, el judaísmo y el islam, contienen referencias a Noé y el arca, pero los científicos aún no han determinado la autenticidad de los relatos.
El proyecto Noah’s Ark Scans indica:
“La formación fue descubierta por primera vez por un agricultor kurdo en 1948 antes de que el capitán del ejército turco Ilhan Durupinar identificara el lugar en 1951 cuando sobrevolaba la zona en una misión cartográfica de la OTAN”.
A principios de esta semana se celebró en la zona una conferencia titulada Séptimo Simposio Internacional sobre el Monte Ararat y el Arca de Noé.
Kaya dijo en el simposio:
“Un punto importante del simposio es que hemos decidido que se pueden obtener resultados más eficaces realizando investigaciones conjuntas en Cudi y Ararat, lo que conocemos como la región mesopotámica, mencionada en el Sagrado Corán y en la Biblia”.
Por supuesto, la evidencia de actividad humana en el sitio en esa época no confirma ni niega que la formación en sí sea el arca de Noé, ni que Noé realmente existió.
Sin embargo, para aquellos que esperan demostrar de una vez por todas que este lugar es realmente el lugar de descanso final del arca, representa, como mínimo, un paso en la dirección correcta.
[H/T: nypost]
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