En los últimos años, diversos expertos han alertado de que los ríos Tigris y Éufrates se están secando. Informes ahora dan cuenta que ambos ríos podrían secarse en el año 2040.
La Biblia dice que cuando el río Éufrates se seque, grandes acontecimientos aparecerán en el horizonte, tal vez incluso una predicción de la segunda venida de Jesucristo.
Apocalipsis 16:12 dice:
“El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y sus aguas se secaron para preparar el camino a los reyes de Oriente”.
Esta profecía no sólo identifica el juicio, sino que también da la razón del mismo: para que un gran ejército del Este pueda cruzar el Éufrates sin impedimentos. A continuación, los reyes de la tierra se reúnen “en el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (Apocalipsis 16:16).
En ese momento, Jesús regresa, y la batalla librada en Armagedón tendrá como resultado la destrucción de todos los enemigos de Dios (Apocalipsis 16:17-20; 19:11-21). Un acontecimiento clave que conduce al Armagedón es la desecación del Éufrates.
¿Estamos presenciando el cumplimiento de una de las principales profecías del fin de los tiempos?
Junto con el Tigris, el Éufrates atraviesa el territorio de las actuales Siria e Irak antes de desembocar en el Golfo Pérsico. Durante milenios, estos ríos gemelos han permitido el florecimiento de comunidades agrícolas y grandes ciudades en Mesopotamia, considerada la cuna de algunas de las primeras civilizaciones del mundo.
Sin embargo, a lo largo de varias décadas, se ha hecho cada vez más evidente que el sistema fluvial Tigris-Eufrates se está secando. Un informe gubernamental de 2021 advertía de que los ríos podrían secarse en 2040 debido al descenso del nivel del agua y a las sequías provocadas por el cambio climático.
Los satélites Gravity Recovery and Climate Experiment (GRACE) de la NASA recogieron imágenes de la zona en 2013 y los científicos descubrieron que las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates han perdido 144 kilómetros cúbicos de agua dulce desde 2003.
Jay Famiglietti, investigador principal de la Universidad de California en Irvine, dijo en un comunicado:
“Los datos de GRACE muestran una alarmante tasa de disminución en el almacenamiento total de agua en las cuencas del Tigris y el Éufrates, que actualmente tiene la segunda tasa más alta de pérdida de agua subterránea en la Tierra después de la India.
El ritmo de crecimiento fue especialmente llamativo tras la sequía de 2007. Mientras tanto, la demanda de agua dulce sigue creciendo y la región no coordina la gestión del agua debido a las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales”.
Grave reducción de ríos Tigris y Éufrates
La tensión ya empieza a notarse, pero la destrucción completa del sistema fluvial provocará un desastre en la región. Millones de personas de Turquía, Siria e Irak dependen del agua del Tigris y el Éufrates. A medida que los ríos empiezan a experimentar dificultades, las disputas internacionales por el acceso al agua ya se están recrudeciendo.
Estos países con escasez de agua también pueden enfrentarse a una crisis de salud pública en ciernes. Un reciente informe publicado en el British Medical Journal (BMJ) examina el número de emergencias sanitarias que se están produciendo en Irak a medida que la población lucha por conseguir agua potable.
Nasir Bakar, activista contra el cambio climático y coordinador sobre el terreno, de la Asociación de Defensores del Río Tigris en Irak declaró al BMJ:
“La diarrea, la varicela, el sarampión, la fiebre tifoidea y el cólera se están extendiendo actualmente por todo Irak debido a la crisis del agua y a que el gobierno ya no suministra vacunas a sus ciudadanos”.
Aunque las predicciones de la Biblia sobre el destino del Éufrates deben tomarse con un grano de sal, quizá su predicción de un cambio monumental no estaba del todo equivocada.
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