Teóricos del fin del mundo han afirmado que el eclipse del pasado 21 de agosto fue el inicio y alerta de que se aproxima el principal evento del libro del Apocalipsis.
El fin del mundo llegará (nuevamente), y esta es la definitiva, según dicen algunos remarcados teóricos del apocalipsis. Si bien es cierto, en el 2012, la hecatombe que iba a acabar con nuestro planeta venía profetizada por los mayas, en esta ocasión, es la Biblia la que tiene las claves para saber qué es lo que pasará el próximo sábado, 23 de septiembre, fecha del supuesto final de todo.
¿Cómo empezó el rumor?
El teórico David Meade lanzó, hace año y medio, un libro titulado Planeta X-La llegada del 2017, donde decía haber calculado la fecha en la que iba a suceder los hechos profetizados por el libro del Apocalipsis. Y marcó en el calendario, concretamente, el 23 de septiembre del 2017.
Su cálculo se basa sobre todo en versos y códigos numéricos de la Biblia, en donde tiene una gran importancia el número 33.
Jesús vivió 33 años. El nombre Elohim, que es el nombre del dios de los judíos, es mencionado 33 veces en la Biblia», le contó Meade al Washington Post. «Es un número, desde el punto de vista bíblico, significativo. Y yo hablo de astronomía y de la Biblia al mismo tiempo”, explicó.
Como informa The Washington Post y aclara el creador de tales afirmaciones, el mundo no se acabará el próximo sábado sino que se producirán una serie de catástrofes a lo largo de esa semana. «El mundo no está acabado, pero el mundo tal como lo conocemos está terminado», afirma Meade.
¿Por qué eligieron el 23 de septiembre como fecha del fin?
Meade ha considerado que el eclipse total del pasado 21 de agosto es un signo de que se acerca el apocalipsis profetizado. «Cuando el eclipse empiece el 21 de agosto, el amanecer será oscuro, como predijo Isaías, y a esa luna se le llama ‘luna negra’». Es entonces cuando llega la cuestión del número 33: «La ‘luna negra’ ocurre una vez cada 33 meses […] y, no por casualidad, el eclipse ha empezado [en su paso por Estados Unidos] en Oregón -el estado número 33- y ha acabado en el paralelo 33, en Carolina del Sur».
No se acaba ahí la cosa. «Un eclipse de estas características no ha ocurrido desde 1918, que fue hace 99 años, es decir, 33 veces tres».
Y algo más: El 23 de septiembre, fecha del supuesto fin del mundo, es, precisamente, 33 días después del eclipse solar.
¿Qué ocurrirá?
En esta fecha del fin del mundo, calculada por los numerólogos que estudian la Biblia, el Planeta X, también conocido como Nibiru, que tiene una órbita impactará en la Tierra y causará, como consecuencia, erupciones volcánicas, tsunamis y terremotos que no dejarán rastro de la vida humana.
Antes del supuesto impacto de Nibiru, y siempre basándose estos teóricos en las escrituras sagradas de los cristianos, tendrá lugar uno de los episodios más importantes para los creyentes: el Rapto o Arrebatamiento, cuando supuestamente llegará la segunda venida de Jesucristo, y este se llevará consigo a los buenos cristianos y dejará al resto en la Tierra antes de la destrucción total del planeta.
De hecho, para Meade, el fin del mundo no será exactamente en esa fecha que calculó, el 23 de septiembre del 2017, sino que ahí será cuando se produzca este evento religioso. A continuación, se desarrollarán una serie de eventos catastróficos durante varias semanas, que harán que el mundo cambie para siempre.
¿Indicios?
Según los teóricos del apocalipsis, el devastador huracán Irma o el terremoto de México han sido ya avisos de lo que va a pasar en este 23 de septiembre. Pero el más importante de entre todos los que se habrían producido ya, según David Meade, sería el eclipse total del pasado 21 de agosto. En todo caso, todavía queda una señal más clara.
Este evento se anunciará, según el libro del Apocalipsis, último capítulo de la Biblia basado en las revelaciones de Juan el Evangelista, cuando aparezcan en el cielo una curiosa señal: «una mujer vestida con el sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Está embarazada y llora de dolor cuando está a punto de dar a luz».
Sin embargo, para los científicos, todas estas teorías del fin del mundo no tienen ningún fundamento. David Morrison, miembro de la Nasa, desmintió que hubiera un planeta que fuera a impactar con la Tierra en el día establecido por David Meade. Y mucho menos este 23 de septiembre.
¿Guerra Nuclear?
Hay quienes creen que la imagen del libro del Apocalipsis, la de una mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies, podría corresponderse con una bomba atómica. Los que ven esto probable intentan pensar en cómo definiría la persona que escribió el libro de las revelaciones la visión profética de un misil y han llegado a la conclusión de que hay muchas correspondencias.
Eso, sumado al grito al dar a luz (que identifican con la explosión final) o a otros pasajes del apocalipsis que vaticinan para ese día «un gran estruendo», ha hecho pensar a muchos que el fin del mundo sería, en realidad, el inicio de una guerra que acabaría destruyendo el planeta. Y Donald Trump y Kim Jong-Un, que parecen obsesionados con demostrar quién tiene el mayor arsenal, podrían tener algo que decir al respecto.
Agradezco su información, sera falso o no, creo que cada vez dia que pasa, la humanidad está más nefasta para el planeta. Ambiciones de todo tipo. Poco amor a la tierra,deseos de guerras,creo algo debe de detener esto.