La idea de que las pirámides de la meseta de Giza podrían ser parte visible de una estructura subterránea destinada a generar energía ha cobrado una nueva dimensión con una teoría difundida recientemente en una entrevista. Según esta visión, estas construcciones monumentales no serían únicamente símbolos funerarios, sino la superficie de un entramado tecnológico antiguo cuyo propósito habría sido aprovechar la fuerza del agua subterránea para producir electricidad mediante procesos piezoeléctricos asociados al movimiento y la presión del agua.

La hipótesis parte de los trabajos encabezados por Filippo Biondi, quien presentó imágenes de radar satelital que, según su interpretación, revelan enormes estructuras bajo la pirámide de Kefrén. Estas imágenes mostrarían la presencia de columnas, bobinas, cámaras profundas e incluso túneles que podrían formar parte de un mecanismo complejo. Biondi sostiene que estos elementos no serían rasgos naturales del subsuelo, sino partes de una construcción intencional cuya funcionalidad solo puede entenderse si se consideran factores como el flujo del agua y la posibilidad de generar electricidad a partir de esa dinámica.

El planteamiento también menciona la presencia de un acuífero bajo Giza. La existencia de agua subterránea ha sido señalada en distintas excavaciones, como en la zona del llamado Pozo de Osiris, donde se hallaron niveles significativos de agua estancada. Para los defensores de esta teoría, la combinación de un acuífero activo y materiales piezoeléctricos permitiría crear un proceso constante de generación de energía a partir de la presión y el movimiento del agua dentro de cámaras y conductos especialmente diseñados.

Filippo Biondi (izquierda), fue entrevista por Jesse Michels para su podcast. Crédito de imagen: Jesse Michels / Youtube

Arquitectura oculta bajo la arena: una mirada al corazón subterráneo de Giza

De acuerdo con el material presentado, la tecnología de radar de apertura sintética habría permitido observar patrones geométricos que se repetirían bajo la pirámide de Kefrén. Las imágenes —según su interpretación pública— muestran estructuras que siguen trayectorias helicoidales o tubulares y que parecen desembocar en cámaras más amplias ubicadas a gran profundidad. El equipo a cargo del análisis considera que estos elementos coinciden con la idea de un sistema diseñado para manipular grandes volúmenes de agua en movimiento.

Biondi también ha sugerido que las pirámides cumplirían la función de un “sombrero” estructural: una cobertura monumental construida sobre una maquinaria oculta cuya verdadera esencia se encuentra bajo la superficie. Esta visión plantea que la ingeniería egipcia habría desarrollado un sistema energético basado en flujos hidráulicos, vibraciones y propiedades físicas del entorno, lo que conferiría a las pirámides un propósito radicalmente distinto al aceptado por la arqueología convencional.

Geometrías invisibles: lo que el radar sugiere bajo Kefrén

Las declaraciones atribuidas a los investigadores indican que el objetivo no es solamente interpretar imágenes, sino avanzar hacia exploraciones físicas en los próximos años. Se menciona la intención de obtener permisos para ingresar a través de pozos o zonas técnicas ya existentes, con la finalidad de corroborar la existencia de cámaras y pasajes más profundos que los actualmente documentados. De confirmarse, estas estructuras podrían modificar la comprensión de la meseta de Giza y el papel que desempeñaron sus edificaciones más emblemáticas.

La teoría también cuestiona la interpretación tradicional sobre el uso y la función de las pirámides. Mientras que la visión arqueológica predominante las considera complejas tumbas reales y símbolos religiosos, esta nueva perspectiva sugiere que su valor podría estar asociado a la ingeniería más que a lo ritual. En este escenario, los materiales utilizados, la orientación, la forma y la ubicación de cada elemento estructural estarían vinculados con un sistema energético antiguo que explotaba características del terreno.

Se informó públicamente el 15 de marzo que el uso de tecnología de Radar de Apertura Sintética permitió identificar formaciones internas desconocidas en la pirámide de Kefrén y, de manera aún más llamativa, una vasta red subterránea que parecería extenderse por debajo de todo el complejo de Giza. Crédito de imagen: Proyecto SAR Kefrén.

La pirámide como estructura simbiótica: cuando la forma revela una función mayor

Aunque la propuesta resulta llamativa, la misma fuente señala que la comunidad académica suele ser cautelosa ante este tipo de interpretaciones. La ausencia de excavaciones que confirmen físicamente las estructuras mencionadas mantiene la teoría en el terreno de lo hipotético, mientras que las explicaciones convencionales continúan apoyándose en décadas de investigación arqueológica documentada. Aun así, los autores de la hipótesis consideran que la tecnología moderna permitirá en los próximos años responder si realmente existe una megaestructura subterránea integrada a las pirámides.

Otro elemento destacado es la posibilidad de que parte de la meseta de Giza oculte vacíos y cámaras aún no exploradas. La investigación por radar sugiere patrones que, según esta interpretación, no pueden explicarse como accidentes geológicos. Este tipo de afirmaciones incentiva el interés de grupos independientes que buscan reinterpretar la historia antigua mediante tecnologías de escaneo, lo que añade nuevas voces a un debate que ha acompañado a las pirámides durante décadas.

Ciencia, escepticismo y límites de lo posible en la meseta egipcia

El equipo que impulsa la teoría considera que los hallazgos preliminares justifican estudios más profundos a partir de 2026. La expectativa se centra en hallar accesos que permitan evaluar directamente si existen niveles inferiores organizados según un plan arquitectónico desconocido. Si se encontraran pruebas físicas, se abriría un nuevo capítulo en el entendimiento de la ingeniería antigua y del conocimiento técnico que las civilizaciones pasadas pudieron desarrollar.

Las pirámides, bajo esta mirada, serían parte de un diseño mayor ligado a la captura y transformación de energía subterránea, una posibilidad que cambiaría por completo el marco interpretativo habitual. El potencial transformador de esta hipótesis radica en la idea de que estas estructuras no fueron construidas solo para la vida espiritual de los faraones, sino para operar como parte de un sistema funcional con propósito mecánico y energético.

Hallada en la década de 1990, la llamada tumba de Osiris en Guiza corresponde a una estructura subterránea situada en las cercanías de la Gran Pirámide. Forma parte de un sistema de pozos y cámaras talladas en la roca. Una cámara adicional, identificada recientemente mediante exploraciones no invasivas, mostraría la presencia de un sarcófago emplazado en un espacio rodeado por agua. Crédito de imagen: Proyecto SAR Kefrén.

El porvenir de una búsqueda: exploraciones que podrían redefinir a Giza

La teoría propuesta en la fuente plantea una reinterpretación audaz del complejo de Giza basada en imágenes satelitales, patrones geométricos y la existencia de agua subterránea. Aunque el planteamiento carece por ahora de confirmación física, sus autores sostienen que la tecnología de radar abre un camino para revelar una posible red oculta bajo las pirámides. Si en el futuro se verificaran estas estructuras, el significado arquitectónico e histórico de Giza podría transformarse de manera profunda. Por ahora, la hipótesis continúa en desarrollo y a la espera de exploraciones que permitan determinar si las pirámides son realmente la superficie visible de una construcción subterránea diseñada con un propósito tecnológico.

¿Será posible volver a encender la antigua red eléctrica bajo las pirámides?

Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta GUÍA.

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Por: CodigoOculto.com