El médico e investigador Jeffrey P. Long, cree que la muerte no es el final de todo, al menos no el fin de nuestra existencia. Él cree que la vida eterna es real. Luego de haber estudiado diversos casos de experiencias cercanas a la muerte (ECM), Long cree tener las evidencias necesarias para respaldar su teoría.
“Crecí entre científicos. Mi padre fue candidato al Premio Nobel. Mi padre y otros miembros de mi familia me ayudaron a amar la ciencia. Por eso, yo mismo me convertí en un científico acostumbrado a considerar todos los hechos desde un punto de vista científico. Con la ayuda de métodos científicos, también he estudiado casos de experiencias cercanas a la muerte. Conseguí reunir una serie de hechos que demuestran en un 99% que hay vida después de la muerte”.
– Jeffrey P. Long, oncólogo e investigador de experiencias cercanas a la muerte.
Desde 1998, Jeffrey P. Long ha estudiado unas 1.300 experiencias cercanas a la muerte. De ellas, el investigador identificó nueve evidencias que convergen en una cosa: la vida eterna existe.
Long afirma:
“El médico de Sheila quedó asombrado por su historia.
Hace tiempo que no creo que la muerte sea el final de nuestra existencia. Pero tardé mucho en darme cuenta”.
Este camino comenzó en 1984, cuando Jeffrey Long se topó en una revista científica con una disputa entre dos científicos sobre qué eran las ECM. El profesor Michael Sabom, cardiólogo, recopiló 107 descripciones de pacientes sobre sus experiencias extracorpóreas tras un paro cardiaco.
En las páginas de una revista científica, Michael Sabom especuló con que la mente que se separa del cerebro físico en el momento de la parada cardiaca es esa misma alma. Sin embargo, el científico Richard Blecker criticó la hipótesis de Sabom, calificando las visiones de los pacientes de consecuencia de la hipoxia cerebral.
Esta polémica causó una fuerte impresión en Jeffrey P. Long. Sin embargo, en aquel momento estaba estudiando para ser oncólogo y no podía permitirse distraerse. Long intentó olvidar lo que había leído. Pero a partir de ese día, le pareció que las historias sobre cómo la gente abandona su cuerpo y se va a otro mundo empezaban a aparecer por todas partes.
Un sorprendente experiencia cercana a la muerte
En 1994, Long fue invitado a cenar por un amigo. Un amigo presentó a Long a su mujer.
Long recuerda:
“Se llama Sheila. Cuando se enteró de que yo era médico, empezó a hablar de sus problemas de salud. Tenía alergias. Tan graves que, durante la operación, el corazón de Sheila se paró debido a una reacción a la anestesia. Entonces esta mujer estuvo a punto de morir. Sin embargo, Sheila hablaba de lo sucedido con un entusiasmo tan extraño que decidí preguntarle más al respecto”.
Cuando el corazón de Sheila se detuvo, se encontró en un lugar lleno de luz. Según la mujer, se estaba tan bien allí que le pareció que aquel lugar era su verdadero hogar. Al despertarse, Sheila decidió contarle a su médico lo que había visto.
Pruebas de la vida eterna Jeffrey Long cita en el libro “Evidence of life after death“.
Nueve pruebas de la vida eterna de Jeffrey P. Long
A lo largo de veinte años de investigación, Jeffrey P. Long recopiló más de 1.300 casos de experiencias extracorpóreas. El investigador pidió a las personas que recibieron esta experiencia que respondieran a cien preguntas. Como resultado, Jeffrey Long recibió nueve pruebas de vida eterna. Veamos más de cerca algunas de ellas.
El investigador considera que la muerte consciente es la primera prueba. ¿Qué significa? Desde un punto de vista científico, es imposible obtener impresiones claras cuando una persona está inconsciente o en estado de muerte clínica, afirma Long.
Long dijo:
“Para entender lo inusual que es tener experiencias conscientes en esas situaciones, hay que saber qué ocurre durante esos momentos. Cuando el corazón se para, deja de llegar sangre al cerebro. Al mismo tiempo, un aparato que mide la actividad cerebral produce una línea recta”.
El investigador afirma que en tal estado no pueden surgir experiencias conscientes. Sin embargo, la persona sigue viendo imágenes visuales, oye todo lo que ocurre a su alrededor y también nota el agravamiento de sus sentimientos.
Entrevistados por Long admitieron que durante las experiencias cercanas a la muerte empezaron a ver más vivos los colores que les rodeaban. Uno de los pacientes de Long señaló que, en comparación con ellos, los colores a los que estamos acostumbrados parecen insaturados y sucios. Una mujer que sobrevivió a un infarto dijo que veía colores imposibles de describir. Otro entrevistado dijo que vio un prado con unos colores tan iridiscentes que nunca antes había visto.
Los entrevistados de Long también hablaron del silencio en el que se encontraban. Lo describieron así:
“Era increíblemente silencioso, nunca había oído un silencio tan apacible, no había sonidos, silencio absoluto, era como si estuviera bajo el agua, donde nadie puede emitir sonidos”.
Experimentaron tres dimensiones a la vez
Muchas personas han señalado que durante sus experiencias adquirieron la capacidad de ver a su alrededor en 360 grados. Al pasar la encuesta, por ejemplo, señalaron:
“Veía en tres dimensiones a la vez. Me parecía haberme convertido en un ojo volador. Podía ver en todas las direcciones a la vez”.
La segunda prueba de la vida eterna, según Jeffrey P. Long, es que durante una experiencia cercana a la muerte, una persona se siente fuera de su cuerpo. Long describe el caso del médico Tadeo, cuyo cuerpo yacía de espaldas. Sin embargo, se vio a sí mismo desde arriba. O la historia de una mujer llamada Diana que volcó en una balsa en el agua. Se dio cuenta de que estaba por encima del río y miraba la balsa volcada desde arriba. Además, las personas entrevistadas por Long podían ver muy lejos de sus cuerpos.
Otra prueba de la existencia de vida después de la muerte, Long se refiere a la reproducción de acontecimientos vitales. Los entrevistados por el investigador afirmaron que durante sus experiencias cercanas a la muerte vieron algo parecido a una película, compuesta por los acontecimientos de sus vidas. Al mismo tiempo, los entrevistados no sólo vieron acontecimientos del pasado, sino que sintieron lo que otros sintieron hacia ellos en un momento u otro.
Entre las pruebas de la vida eterna, Jeffrey Long cita las siguientes: los ciegos de nacimiento en el momento de la muerte empiezan a ver; personas de distintos países experimentan vivencias similares; los encuestados también hablan de encuentros con familiares fallecidos; incluso los niños que aún no son capaces de inventar sucesos ficticios inspirados en libros o programas de televisión hablan de experiencias similares.
Long afirma:
“Personalmente, estas pruebas convincentes no me hacen dudar de que la vida eterna existe. Este pensamiento me parece sumamente inspirador para nosotros y nuestros seres queridos. Personalmente, estas pruebas me ayudan a mostrar más amor por la gente, a mirar la vida con más valor y confianza”.
Ojo al piojo:
Las experiencias cercanas a la muerte han dejado de ser un tema de estudio solo de investigadores alternativos para convertirse en una temática amplia de investigación de médicos y académicos respetados. Aún así hace falta mucha más investigación y claro, que los resultados sean de conocimiento público. Necesitamos conocer qué es lo que ocurre luego de trazar la frontera de la vida. Fernando T.
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Debemos aprender y comenzar a sustituir la palabra y significado muerte por el de transición o fin de curso…nunca ha existido ni existirá eso que toman por muerte…un escolar cuando pasa de un curso a otro, de un aula a otra o bien tiene que repetir curso, no se le puede llamar muerte…es todo un proceso…y ese mismo proceso es que todos los seres creados y vivientes pasamos por esa transición…todos los seres pasamos de un plano más sutil a estos planos de materia más densos con el exclusivo fin de formar parte de estos cursos…igual que lo hace todo escolar…así que comencemos a vernos como en un curso donde pasamos por un estado de transición para venir desde un plano sutil o transparente a éstos planos de materia densa…