El tablero o tabla de Ouija, también conocido como tablero de los espíritus o tablero parlante, es un tipo de tablero del que habitualmente se cree que permite a sus usuarios comunicarse con el mundo de los espíritus. Los tableros de Ouija presentan habitualmente grabadas sobre su superficie las letras del alfabeto, junto con las cifras del 0 al 9 y las palabras «sí», “no”, y «adiós». Además del propio tablero, la Ouija incluye a menudo un puntero, una pieza con forma de lágrima y tres soportes que la separan ligeramente de la superficie del tablero.
El puntero puede ser de madera o plástico, y habitualmente presenta un agujero en su superficie o una silueta con una punta aguda para señalar. Para utilizar la Ouija, se necesita que dos o más personas se sienten en torno al tablero, con las yemas de los dedos apoyadas sobre el puntero. A continuación se formula una pregunta y el puntero empieza a moverse (aparentemente) por sí mismo, ofreciendo una respuesta.
Espiritismo
Aunque la práctica de recibir mensajes de lo que parecen ser entidades «del Más Allá» es casi tan antigua como la propia humanidad, el tablero de la Ouija es muy probablemente un mecanismo de adivinación moderno. Algunos investigadores han afirmado que Pitágoras ya conocía el tablero Ouija en el 540 a. C., y otros lo han relacionado con antiguos artilugios para escribir fabricados en China, pero la mayor parte de estas teorías se vienen abajo ante la ausencia de fuentes fidedignas. En ocasiones estas historias han llegado a ser creadas como una forma de publicidad o están basadas en informaciones erróneas.
El origen de los tableros Ouija, en realidad, está relacionado con un movimiento y sistema de creencias del siglo XIX conocido como Espiritismo. Los seguidores del Espiritismo creen que es posible para los vivos comunicarse con los muertos. Aunque se ha dicho de este movimiento que ya llevaba cierto tiempo circulando por Europa, en realidad no cruzó el Atlántico y se popularizó en los Estados Unidos hasta finales de la década de 1840.
La popularidad de este movimiento en los Estados Unidos puede atribuirse a las hermanas Fox de Nueva York, que se hicieron famosas a consecuencia del rumor de que estaban recibiendo mensajes de los espíritus. En la segunda mitad del siglo XIX, el Espiritismo alcanzó su máximo auge, y por aquel entonces sus seguidores al parecer se contaban por millones.
Los médiums
El espiritismo dio pie a la aparición de cierto tipo de personajes conocidos como «médiums». Los médiums afirmaban ser intermediarios entre el mundo de los vivos y el de los muertos, y empleaban toda una serie de técnicas para convencer a sus seguidores (los vivos), de que realmente poseían dichas habilidades.
Una de estas técnicas era la de las «mesas giratorias», en la cual tomaba parte una mesa que se movía o golpeaba el suelo como respuesta al pronunciar las diferentes letras del alfabeto. En otro método se utilizaban punteros con dos ruedecillas en un extremo y un lápiz en el lado opuesto, que constituía un «tercer apoyo». A continuación, el médium (o la médium) ponía su dedo sobre el puntero, se formulaba una pregunta y el espíritu supuestamente «escribía» la respuesta moviendo el puntero.
Problemas de comunicación
Pero surgieron serios inconvenientes con estos dos métodos que se empleaban para comunicarse supuestamente con los muertos. La técnica de las «mesas giratorias», por ejemplo, tardaba demasiado en proporcionar respuestas a las preguntas, y una vez dejaba de ser una novedad, sus practicantes comprensiblemente acababan por aburrirse.
En cuanto al puntero con el lápiz, la «escritura» que se obtenía era a menudo demasiado difícil o incluso imposible de descifrar, y el mecanismo acabó por descartarse por ser considerado ineficaz. Pero los médiums idearon nuevos métodos para comunicarse con los muertos, y en medio de todo esto, los hombres de negocios percibieron una oportunidad de hacer dinero gracias al mercado del Espiritismo.
La reinvención del tablero Ouija
En la década de 1880, la prensa hablaba de un tablero similar a la Ouija que se estaba utilizando en Ohio. Uno de los que leyó la noticia fue Charles Kennard de Baltimore, Maryland. En 1890, Kennard, junto con otros cuatro socios, funda la Kennard Novelty Company, que entre otras cosas se dedicaba a fabricar y vender tableros Ouija.
Los tableros de Kennard no se llamaron Ouija en un principio, y este nombre llegó un poco más tarde. Según una conocida teoría, esgrimida por primera vez por William Fulk (el empresario que se hizo con la compañía de Kennard en 1892), la palabra Ouija era la combinación de «Oui» y «Ja», «sí» en francés y alemán respectivamente.
Cómo se dio nombre al tablero Ouija
De hecho, esta versión era una reelaboración de la historia del tablero ideada por Fulk, y existe otra versión que explica el porqué de su nombre. Según ésta, el tablero Ouija recibió su nombre gracias a Helen Peters, cuñada de uno de los socios de la compañía.
Durante una sesión, se preguntó al tablero cómo deberían llamarle, y la respuesta fue «Ouija». Cuando se volvió a preguntar qué significaba esta palabra, la «entidad» respondió que quería decir «buena suerte», según dijo el espíritu, en la lengua que se hablaba en el antiguo Egipto. En esta sesión, Peters llevaba puesto un medallón con la miniatura de una mujer. Sobre su cabeza estaba escrita la palabra «Ouija». Quizás una malinterpretación de «Ouida», escritora y activista de los derechos de la mujer, a quien al parecer Peters admiraba.
¿Cómo se mueve el puntero de la Ouija?
El tablero Ouija fue todo un éxito comercial, y ha seguido siendo muy popular hasta el día de hoy. De hecho alcanza sus máximas cotas de popularidad en los períodos de incertidumbre, como por ejemplo en los años 20, y también en años recientes debido en parte a la crisis económica.
Para algunos el tablero Ouija aporta cierto grado de consuelo y refugio en estos tiempos difíciles. Aunque los espiritistas afirman que son los muertos los que infunden ánimos de esta manera, los científicos argumentan que el movimiento del puntero no es provocado por los espíritus, sino por algo absolutamente humano conocido como «efecto ideomotor», o en otras palabras, movimientos musculares automáticos. Quizás el tablero Ouija después de todo no funcione por la acción de entidades sobrenaturales, sino por causas completamente naturales.
Este artículo fue publicado en AncientOrigins.es y ha sido publicado nuevamente en CodigoOculto.com con permiso.
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