Algunos científicos creen que la gravedad podría ser una señal de que el mundo que nos rodea no es exactamente lo que parece. Podríamos estar viviendo en una simulación informática.
Melvin M. Vopson: Durante mucho tiempo hemos dado por sentado que la gravedad es una de las fuerzas básicas de la naturaleza, uno de los hilos invisibles que mantienen unido el universo. Pero supongamos que esto no es cierto. Supongamos que la ley de la gravedad es simplemente un eco de algo más fundamental: un subproducto del universo que funciona con un código similar al de un ordenador.
Esta es la premisa de mi última investigación, publicada en la revista AIP Advances. Sugiere que la gravedad no es una fuerza misteriosa que atrae objetos entre sí, sino el producto de una ley informacional de la naturaleza que yo llamo la segunda ley de la infodinámica.
Es una idea que parece ciencia ficción, pero que se basa en la física y en la evidencia de que el universo parece funcionar sospechosamente como una simulación informática.
En las tecnologías digitales, hasta en las aplicaciones de tu teléfono y el mundo del ciberespacio, la eficiencia es la clave. Los ordenadores compactan y reestructuran sus datos continuamente para ahorrar memoria y potencia. ¿Quizá esté ocurriendo lo mismo en todo el universo?
La teoría de la información, el estudio matemático de la cuantificación, almacenamiento y comunicación de la información, puede ayudarnos a entender qué está pasando. Desarrollada originalmente por el matemático Claude Shannon, se ha hecho cada vez más popular en física y se utiliza en una gama creciente de áreas de investigación.
En un artículo publicado en 2023, utilicé la teoría de la información para proponer mi segunda ley de la infodinámica.
Ésta estipula que la «entropía» de la información, o el nivel de desorganización de la información, tendrá que reducirse o permanecer estática dentro de cualquier sistema de información cerrado. Esto es lo contrario de la popular segunda ley de la termodinámica, que dicta que la entropía física, o desorden, siempre aumenta.
Tomemos como ejemplo una taza de café que se enfría. La energía fluye de caliente a frío hasta que la temperatura del café es la misma que la de la habitación y su energía es mínima, un estado llamado equilibrio térmico. En este punto, la entropía del sistema es máxima, con todas las moléculas repartidas al máximo y con la misma energía. Esto significa que se reduce la dispersión de energías por molécula en el líquido.
Si se considera el contenido de información de cada molécula en función de su energía, entonces al principio, en la taza de café caliente, la entropía de información es máxima y en el equilibrio la entropía de información es mínima. Eso se debe a que casi todas las moléculas están al mismo nivel de energía, convirtiéndose en caracteres idénticos en un mensaje informativo. Así que la dispersión de las diferentes energías disponibles se reduce cuando hay equilibrio térmico.
Aunque el audio del siguiente vídeo se encuentra en inglés, usted puede activar los subtítulos en español. En caso desconozca cómo hacerlo, puede consultar esta GUÍA.
Pero si consideramos sólo la ubicación en lugar de la energía, entonces hay mucho desorden informativo cuando las partículas se distribuyen aleatoriamente en el espacio: la información necesaria para seguirles el ritmo es considerable. Sin embargo, cuando se agrupan por atracción gravitatoria, como ocurre con los planetas, las estrellas y las galaxias, la información se compacta y es más manejable.
En las simulaciones, eso es exactamente lo que ocurre cuando un sistema intenta funcionar de forma más eficiente. Así pues, la materia que fluye bajo la influencia de la gravedad no tiene por qué ser el resultado de una fuerza en absoluto. Tal vez sea una función de la forma en que el universo compacta la información con la que tiene que trabajar.
En este caso, el espacio no es continuo y liso. El espacio está formado por diminutas «células» de información, similares a los píxeles de una foto o a los cuadrados de la pantalla de un juego de ordenador. En cada celda hay información básica sobre el universo -dónde está, por ejemplo, una partícula- y todas se juntan para formar el tejido del universo.
Si se colocan elementos dentro de este espacio, el sistema se vuelve más complejo. Pero cuando todos esos elementos se juntan para formar un solo elemento en lugar de muchos, la información vuelve a ser simple.
Desde este punto de vista, el universo tiende a buscar de forma natural los estados de mínima entropía informativa. Lo realmente sorprendente es que, si hacemos números, la «fuerza informativa» entrópica creada por esta tendencia a la simplicidad es exactamente equivalente a la ley de gravitación de Newton, como se muestra en mi artículo.
Esta teoría se basa en estudios anteriores sobre la «gravedad entrópica», pero va un paso más allá. Al conectar la dinámica de la información con la gravedad, llegamos a la interesante conclusión de que el universo podría funcionar con una especie de software cósmico. En un universo artificial, cabría esperar reglas de máxima eficiencia. Cabría esperar simetrías. Se esperaría la compresión.
Y se esperaría que la ley -es decir, la gravedad- surgiera de estas reglas computacionales.
Puede que aún no tengamos pruebas definitivas de que vivimos en una simulación. Pero cuanto más profundizamos, más parece que nuestro universo se comporta como un proceso computacional.
Autor: Melvin M. Vopson, Profesor Asociado de Físia, University of Portsmouth. Fuente: The Conversation
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Por: CodigoOculto.com
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