Un artículo reciente titulado Ancient Egyptian Pharaoh May Be the 1st Known «Giant» («Faraón del antiguo Egipto podría ser el primer «gigante» conocido»), publicado en Live Science el pasado 4 de agosto, reveló que el faraón Sa-Nakht de la Dinastía III, excavado en el Wadi Maghara (situado en la región de la península del Sinaí), podría haber sido considerado un “gigante” –el primer faraón gigante conocido del antiguo Egipto. Era 5 pulgadas (unos 12,5 centímetros) más alto que el robusto Ramsés II, y 8 pulgadas (unos 20 centímetros) más alto que el hombre promedio de la época. Aunque Sa-Nakht solo medía 1,87 metros de estatura, este descubrimiento causó sensación en los medios de comunicación. Pero por favor, tengamos en cuenta que yo mismo soy de la misma altura que este «gigante».
A lo largo de toda la historia del antiguo Egipto ha habido numerosos ejemplos de gigantes mucho más altos registrados, excavados, y representados en el arte, además de ejemplos momificados que han sido ocultados al público. Hemos descubierto documentos que hablan de alturas entre los siete pies (2,13 metros) y los 16 pies (4,88 metros). Una investigación minuciosa de los registros arqueológicos, textos arcaicos, periódicos y análisis de representaciones de jeroglíficos y arte egipcio han comenzado a arrojar algo de luz sobre este fenómeno.
Toda la región del Próximo Oriente tiene míticas leyendas de seres humanos gigantes, junto con referencias en la Biblia –entre ellas el relato de Moisés huyendo de Egipto y siendo atacado por los poderosos cananeos en lo que hoy son Israel y el Líbano. Artículos de periódicos confirman la realidad de estas tribus, y esqueletos y huesos de enormes proporciones han sido desenterrados en esta región de las tierras bíblicas, y también en otros lugares de África y el Próximo Oriente.
Los descubrimientos de «esqueletos gigantes» que se han desvelado en América y otras regiones del mundo han revelado el legado perdido de una raza de colosos, un legado que está empezando ahora a ser incluido lentamente en los registros histórico y arqueológico. Egipto no es la excepción, y mi coautor Jim Vieira y yo hemos recopilado a lo largo de los últimos años documentos que serán revelados por primera vez en este artículo.
¿Construyeron gigantes la Gran Pirámide?
La élite gobernante del Khemit prehistórico siempre fue vista como una raza de superhombres, algunos de ellos con cráneos elongados, otros de los que se decía que eran seres semi-espirituales, e incluso algunos descritos como gigantes. Una leyenda arcaica cuenta que las pirámides de Guiza podrían haber sido construidas por una raza de gigantes. Esta teoría se hizo pública en una conferencia impartida por el ocultista y masón Manly P. Hall, y el gigantólogo Kristan T. Harris subió a internet parte de su audio (grabado probablemente en la década de 1980) en un vídeo de Youtube. Formaba parte originalmente de una conferencia titulada La Atlántida y los dioses de la antigüedad.
Se nos dice que en el año 820 d. C. …remontándonos a los días de la gloria de Bagdad, el gran sultán, sucesor y descendiente del gran El-Rashid de «Las mil y una noches», el sultán El-Rashid Al-Ma»mun, decidió abrir la Gran Pirámide. Le habían dicho que había sido construida por gigantes llamados «los Sheddai», seres sobrehumanos, y que dentro de aquella y otras pirámides habían guardado un gran tesoro que iba más allá de la comprensión humana.
Es cierto que en el 832 d. C. Al-Ma»mun viajó a Egipto y fue el primer «excavador» de la Gran Pirámide, en una época en la que se encontraba completamente revestida de bloques de piedra caliza blanca. Quienes son los Sheddai es otro misterio, pero el término podría estar refiriéndose a otro nombre de los Shemsu Hor, o «Seguidores de Horus». También podría referirse a Shaddād bin ‘Ad (rey de Ad), quien se cree que habría sido el rey de la ciudad perdida árabe de Iram de las columnas, un relato de la cual es mencionado en la Sura 89 del Corán. En ocasiones se habla del rey de Ad como un gigante.
Los gigantes de ‘Ad y las construcciones megalíticas de Egipto
El Akhbār al-zamān, también conocido como El Libro de las Maravillas (ca. 900 – 1000 d. C.), es una compilación árabe de la tradición medieval sobre Egipto y el mundo antes del Gran Diluvio. Afirma que el pueblo de ‘Ad eran gigantes, por lo que Shaddad era muy probablemente uno de ellos, y se dice de él que «construyó los monumentos de Dahshur con las piedras que habían sido talladas en la época de su padre”». Antes de esto, el gigante Harjit habría comenzado ya su construcción. En una fecha posterior, Qofṭarīm, otro gigante, «depositó secretos en las pirámides de Dahshur y otras pirámides, para imitar lo que se había hecho antiguamente. Él fundó la ciudad de Dendera». Dahshur cuenta con la Pirámide Roja y la Pirámide Acodada, construidas durante el reinado del faraón Seneferu (2613-2589 a. C.). Dendera, por su parte, alberga columnas ricamente decoradas dedicadas a la diosa Hathor.
El texto continúa diciendo que Naqraus, el primer rey de Egipto (después del Diluvio), con sus compañeros «construyeron monumentos, erigieron altas torres y ejecutaron estas obras maravillosas,» mientras que la ciudad de Menfis habría sido fundada por un grupo posterior de gigantes que trabajaría para el rey Misraim, otro gigante. Incluso más adelante aún sigue describiendo la obra de más de estos colosos: «Adīm era un gigante, con fuerza insuperable y el más grande de los hombres. Ordenó la extracción de rocas y su transporte para construir pirámides, como se había hecho en épocas anteriores».
¿Así pues, qué debemos pensar de estas historias? Parece sin duda que Manly P. Hall conocía la existencia de este texto y trató de resumirlo en su conferencia. Es la opinión del autor que toda aquella antigua «sabiduría» merece ser reconocida, ya que muchas de estas tradiciones tenían el propósito de llevar el conocimiento y la sabiduría a través de las generaciones.
¿Eran gigantes los «Seguidores de Horus»?
Los Seguidores de Horus, quienes habrían sido los creadores del montículo primordial en Guiza mucho antes de que los Faraones construyeran las primeras pirámides, en ocasiones son mencionados como gigantes. Las primeras excavaciones arqueológicas realizadas en Egipto apuntan a esta realidad:
Hacia finales del IV milenio a. C. las gentes conocidas como los Discípulos de Horus aparecen como una aristocracia muy dominante que gobernaba todo Egipto. La teoría de la existencia de esta raza está respaldada por un descubrimiento realizado en tumbas predinásticas del norte del Alto Egipto: los restos anatómicos de individuos con cráneos y cuerpos más grandes que la población nativa, con tanta diferencia como para excluir cualquier hipotético origen racial común.”
El profesor Walter B. Emery (1903-1971) fue el egiptólogo que excavó Saqqara en la década de 1930 y descubrió allí restos predinásticos. Éstos presentaban cráneos dolicocéfalos, más grandes que los de la etnia local, pelo rubio y una complexión más alta y fuerte. Emery anunció que esta estirpe no era indígena de Egipto pero habría desempeñado un importante papel sacerdotal y gubernamental en el país. Este grupo de población mantuvo las distancias con el pueblo llano, mezclándose tan sólo con las clases aristocráticas, y habría formado parte de los Shemsu Hor, los «discípulos, (o seguidores) de Horus.»
El autor Freddy Silva también desvelaba una tentadora descripción de estos «dioses gigantes» en los Textos de la Construcción de Edfú:
Los consejos para los iniciados en el templo de Edfú nos ofrecen una pista en cuanto a cuál podría haber sido el aspecto de los dioses constructores, ya que se instruía a los iniciados para que «se pusieran de pie con los Ahau» («Dioses que están de pie»), quienes medían 9 codos de altura. ¡Eso es aproximadamente 15 pies o 4,6 metros!
Objetos gigantes del primer faraón del antiguo Egipto
El primer Faraón de Egipto (c. 3150 a. C.) se llamaba Menes (o Narmer), pero es más célebremente recordado como «El Rey Escorpión». No existe registro conocido de su estatura, pero se le describe como muy alto en la famosa Paleta de Narmer (c. 3100 a. C.) y durante su reinado se crearon objetos de gran tamaño que se conservan actualmente en un museo de Oxford, Inglaterra.
En julio del 2017, visité el Museo Ashmolean para investigar las misteriosas esferas de piedra labrada de Escocia, pero me tomé un tiempo para mirar la exposición egipcia. Para mi sorpresa, había un objeto obviamente gigante de la Dinastía I y la estatua de un faraón gigante de la Dinastía II, quien se cree que alcanzaría más de ocho pies (2,44 metros) de estatura.
En la vitrina central de exposiciones, un extraño objeto me llamó la atención, ya que claramente no parecía egipcio. Su forma era exactamente la misma que la de un bumerán australiano, por lo que leí la placa de información, que lo describía como un «palo para lanzar». La conexión entre Australia y Egipto es una fascinante área de investigación, ya que he visitado los jeroglíficos de Gosford al norte de Sydney que podrían apuntar a un antiguo contacto entre estas culturas.
En la misma vitrina había algunos cuchillos de sílex bellamente tallados, pero uno de ellos era tan grande que en un principio no lo vi, ya que ocupaba casi todo el ancho de la vitrina. Era por lo menos diez veces más grande que el resto, y parecía haber sido «utilizado» como cuchillo. El panel de información decía de él que era «probablemente ceremonial», ya que ésta es la única manera de explicar su tamaño. Fue descubierto en Hieracómpolis, bajo los cimientos de un templo posterior de la Dinastía I. Se desconoce por qué fue deliberadamente enterrado y oculto tan concienzudamente, pero tal vez era una forma ceremonial de honrar a los dioses, que muy posiblemente fueran gigantes.
En la vitrina opuesta podían contemplarse algunas mazas de gran tamaño, antiguas posesiones del legendario «Rey Escorpión» que captaron mi atención en una esquina de la sala de Antigüedades de Egipto. Una vez más, estos elementos eran descritos como ceremoniales. ¿Pero es posible que fueran del tamaño adecuado, habiendo sido diseñados para reyes gigantes?
Este artículo fue publicado anteriormente en Ancient Origins en español y ha sido publicado nuevamente por CodigoOculto.com con permiso.
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Muy buena, las publicaciones son de interés del lector, felicitaciones por hacernos conocer historias del antiguo Egipto. Sí los datos publicados son probados científicamente, entonces la historia humana modifica en definitiva.
Gracias por las publicaciones, son muy interesantes.
Aldiño desde Perú.
Buen día Aldo, muy agradecido por tu lectura. Un saludo cordial.