Existen muchas teorías acerca de Yahvé, sus orígenes y su accionar ¿Es posible que esta deidad adorada mundialmente, haya sido un Anunnaki?

Yahvé es el nombre del Dios del antiguo reino de Israel y, posteriormente, del reino de Judá. Su nombre está compuesto de cuatro consonantes hebreas: YHWH, las cuales, se cree que estas fueron reveladas a Moisés y su pueblo.

Cómo el nombre de Dios era demasiado sagrado para ser pronunciado, dichas consonantes fueron usadas para recordarlas al leer la palabra «adonai» o «mi señor». Una práctica común en Oriente Próximo que consistía en usar epítetos al referirse a deidades.

A pesar de todo esto, los expertos continúan sin saber cuándo se empezó a adorar a Yahvé, por quienes o cómo.

Yahvé como Dios ¿Cómo nació?

Yahvé entregándole el mundo a Jesús. (Wikimedia Commons)

Un antiguo texto y varias inscripciones antiguas muestran que en los inicios de la religión hebrea, se conocía un dios supremo al cual llamaba «Elyon», quien tenía 70 hijos. Entre ellos, figuraba Yahvé.

Yahvé también tenía una compañera llamada Asherah; una diosa. Su nombre se menciona 40 veces en el Antiguo Testamento, pero casi siempre lo traducen como «bosque» o «árbol», debido a que su símbolo es el de uno de ellos.

Los expertos explican que, cuando el Antiguo Testamento menciona que «está prohibido plantar un árbol en el templo de Yahvé», en realidad menciona que está prohibido colocar el símbolo de Asherah.

Esto quiere decir que Yahvé no era el dios principal, sino Elyon. Y que además, había otros dioses similares a él. Entonces, fue él quien hizo creer a la humanidad que era el único dios todopoderoso. Una historia sumamente parecida a la historia de la creación sumeria.

El Enûma Elish habla de una pareja de creadores primordiales; Apsu y Ti’âmat. Ellos crearon una serie de deidades, de las cuales nacieron otras razas. Una de ellas fueron los Anunnaki, conocidos así por su líder, Anu.

Esta raza se separó de sus creadores principales, no querían tener nada que se relacionara con ellos, por lo que los consideran «muertos». Esto provocó la caída de los Anunnaki a la Tierra.

Bajo su gobierno, esta raza creó a nuevos seres humanos en el planeta, a través de la manipulación genética. Dando como resultado al humano actual.

¿Es Yahvé un Anunnaki?

Panteón de los dioses Sumerios. (Wikimedia Commons)

En 1876, el asiriólogo inglés, George Smith, publicó «El relato caldeo del Génesis», después de un amplio estudio de las inscripciones cuneiformes asirio-babilónicas.

Así descubrió que muchos pasajes de la biblia, en especial del Génesis, son una copia casi exacta de la epopeya de la creación sumeria. Un texto mil años más antiguo. Además, hablamos de un escrito que nada tiene que ver con leyendas o metáforas, sino con una sucesión de hechos reales.

El Génesis menciona cómo Yahvé ordenó la creación del ser humano. En Génesis 1:26, dice:

“Hagamos al hombre a nuestra imagen”.

Al leer esta frase, los expertos rápidamente se preguntaron ¿Por qué habla en plural?

El dramático salto evolutivo de la humanidad se parece más a algo artificial; a la ingeniería genética. También es sorprendente que culturas tan avanzadas como la sumeria, florecieron de un momento a otro. Prácticamente no existen registros de sus etapas evolutivas.

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El origen de tales progresos, según los antiguos textos, se debe a «los dioses que bajaron de las estrellas».

Otros pasajes de la biblia dan a entender que Yahvé cuenta con otras entidades, que sugieren  que no es el único dios.

Así mismo, los textos sumerios relatan que Adán fue el resultado de un proceso casi idéntico a la fertilización in vitro.

Los relatos sumerios mencionan que los «diseñadores genéticos» de la humanidad fueron Enki, su hermanastra Ninhursag y Ningishzidda. Entre los 3, tomaron el óvulo de una hembra neandertal, fertilizándolo con su esperma y reimplantándolo en el útero de Ninhursag, la diosa madre.

En el Antiguo Testamento, Jubileos 3:3-5, leemos que después de Adán, Yahvé ordenó a sus súbditos que confeccionaran una hembra que sirviera de su compañera.

Yahvé y Enlil

Estatua de Enlil en el trono. (Wikimedia Commons)

Enlil tuvo diferentes nombres de acuerdo a las culturas que gobernó. En Canaán, Siria y Palestina, era conocido como «El», haciendo referencia al primero que se proclamó como Dios absoluto en un sentido monoteísta.

Frente a los patriarcas hebreos, Abraham, Isaac y Jacob, se presentó como El Elyon o El Shaddai. Luego cambió su nombre por YHWH o Yahvé cuando se presentó ante Moisés.

Su plan era tomar a Israel como «el pueblo elegido», ya que tenía como objetivo manipular sus creencias para establecer una religión basada totalmente en sus leyes y favoreciendo los enfrentamientos contra los egipcios, babilonios o persas. Lo que siempre finalizaba en muertes.

Así entendemos que Yahvé/Enlil era un dios cruel que exigía una infinidad de sacrificios: primero animales, luego humanos bajo la excusa de castigo.

Por ejemplo, cuando los judíos escaparon de Egipto, los amalecitas se interpusieron en su camino. Siglos más tarde, Yahvé no solo recordaba el incidente, sino que hizo exterminar toda su población.

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Yahvé tampoco admitía traiciones, castigando a los que adoraban otros dioses, y promovía la esclavitud como un derecho legítimo.

En relación a esto, el experto bíblico David Cangá, escribió en su libro «La conspiración del Ángel Gabriel», que Yahvé es adorado por 14 millones de judíos, 2.200 millones de cristianos y 1.800 millones de musulmanes, ya que Allah es el mismo dios de las escrituras hebreas y Evangelios.

Es decir, que casi un 60% de la población mundial adora a un dios vengativo, bárbaro y que se jactaba de ser vengativo y cruel. Que pedía sacrificios y que no distinguía entre hombres, mujeres o niños para sus barbaries.

Tecnología avanzada

Algunos pasajes bíblicos describen una especie de nave con la cual viajaba Yahvé.

Si las comparaciones no son suficientes, también existen indicios de que Yahvé, al igual que los Anunnaki, tenían tecnología avanzada a su disposición.

Muchos pasajes bíblicos describen un vehículo aéreo usado por el dios:

“Durante el día es una nube y por la noche aparece como una columna de fuego“.

También se sabe que existían “ángeles” que seguían sus órdenes, sin importar los crueles que fueran. Un ejemplo lo tenemos durante el asedio de los asirios contra los judíos:

“Aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Yahvé e hirió a 185.000 en el campamento de los asirios. Se levantaron por la mañana, y he aquí que todos ellos eran cadáveres“.

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¿Qué tipo de tecnología podía asesinar a 185.000 hombres en una noche? Los textos describen a «escuadrones en el cielo» y armas que disparaban rayos y provocaban ceguera. Algo muy parecido a las armas de plasma modernas.

Esta misma crueldad era vista en Enlil; el dios sumerio también asesinó en masa a personas al provocar el Gran Diluvio Universal, donde pensaba eliminar de la faz de la Tierra a los humanos.

Así, los teóricos sugieren que ambas deidades eran igualmente sanguinarios y vengativos. Solo que es descrita por culturas diferentes.

Pero es posible que la mayor similitud se encuentre en cómo ambos se valieron de sus ejércitos gigantescos y sus logísticas avanzadas para manipular a la población mundial y hacerles creer que él es el soberano de la Tierra y la divinidad máxima de los seres humanos.

Obviamente, hablamos de teorías que, en el papel, cuentan con excelentes bases y argumentos que pueden hacer dudar a cualquiera. La libertad de creer o no en algo es individual, pero no podemos negar las coincidencias y similitudes que existe entre Yahvé y los Anunnaki.

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