Un espectáculo de luces danzantes en el cielo del Círculo Ártico sorprendió a los testigos y levantó las sospechas de que se trate de una manifestación «alienígena». Sin embargo, NASA ha dicho que solo se trató de un experimento.
Un equipo de astrónomos del norte de Noruega disfrutaron de un inesperado espectáculo de luces cuando una nueva prueba de la NASA bañó los cielos con pinceladas de gases de color azul y naranja.
Las luces, que parecían un «ataque alienígena» multicolor para algunos, en realidad fueron parte de un experimento en curso de la NASA denominado Auroral Zone Upwelling Rocket Experiment (AZURE).
Un cohete para estudiar los patrones de los vientos solares
Como parte de la misión, la NASA dice que ha lanzado el cohete de prueba AZURE, el primero de ocho lanzamientos planeados, tiene como objetivo estudiar los patrones de los vientos solares.
Las luces llamativas se crearon al liberar dos gases inofensivos a la atmósfera, el trimetilaluminio y una mezcla de bario y estroncio, para que los investigadores puedan estudiar las rutas de las partículas en la ionosfera de la Tierra, dice la NASA.
Según los científicos, el experimento también ayudará a desbloquear las fuerzas detrás de uno de los fenómenos más capturadores de la naturaleza, la Aurora Boreal.
Las auroras, los espectáculos de luz de colores verde, azul y púrpura observados en los cielos de regiones cercanas a los polos de la Tierra, son creadas por los vientos solares que interactúan con el campo magnético del planeta.
Cuando las partículas de las dos regiones atmosféricas colisionan y sus partículas respectivas se cargan, las trayectorias cambian, lo que hace que los electrones y protones penetren en la atmósfera, momento en el cual los humanos pueden observarlos como vetas de luz colorida.
El experimento AZURE
Los gases liberados por la NASA en su prueba de vapor fueron sometidos a un proceso similar. Fueron liberados a una altura de 114 y 250 kilómetros.
La NASA dijo en un comunicado:
Cuanto más aprendemos sobre las auroras, más entendemos sobre los procesos fundamentales que impulsan el espacio cercano a la Tierra, una región que es cada vez más parte del dominio humano, que alberga no solo a los astronautas sino también a las comunicaciones y señales de GPS que pueden afectar nuestras actividades”.
La NASA dice que sus experimentos también ayudarán a obtener una imagen más completa de lo que sucede cuando las partículas de los vientos solares son forzadas hacia nuestra atmósfera y exactamente a dónde van.
El lanzamiento del cohete del viernes 5 de abril fue una de las nueve misiones programadas para los próximos dos años como parte de Grand Challenge Initiative, GCI – Cusp, para comprender los procesos que ocurren en la «cúspide» de la Tierra. Aquí es donde el campo magnético se dobla hacia la atmósfera, permitiendo que las partículas del espacio interfieran con las de la Tierra.
Otras dos misiones se llevaron a cabo en diciembre, y otras dos en enero pasado. La próxima ronda está programada para noviembre.
Aunque NASA ha manifestado que no se trata de ningún incidente misterioso o donde estén involucrados agentes externos y desconocidos, desde hace algún tiempo la agencia espacial y otras organizaciones vienen estudiando el comportamiento del Sol. ¿Hay algo que están investigando en nuestra estrella y no nos han dicho?
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