Una enigmática roca redonda de unos tres metros de diámetro en un bosque de Bosnia central ha generado distintas teorías sobre su origen, algunas de ellas más propias de la ciencia ficción, pero esta publicidad ha convertido el lugar en un imán para turistas.
Situada cerca de la ciudad de Zavidovici, la roca esférica más grande de la zona está parcialmente enterrada y podría ser la mayor del mundo con un peso estimado de más de 30 toneladas.
En la misma región se encuentran otras de estas estructuras rocosas aunque de menor tamaño. Muchos curiosos se preguntan si la forma es un simple capricho de la naturaleza o si es obra del ser humano.
Suad Keserovic desenterró parcialmente en su propiedad de la aldea de Podubravlje la enorme roca en medio de un bosque, y decidió arreglar el lugar para que pudiera ser visitado.
«Vi debajo de un árbol una piedra, que emitía un brillo extraño a la luz del Sol», cuenta Keserovic a Efe y recuerda que el inusual efecto de la piedra le impulsó a empezar a cavar con azadas y picos.
«No tenía fin. La piedra era muy rara, de color casi blanco. Y salía una forma también extraña, asomó una curva después de haber excavado un metro cúbico. Cavaba durante días y no podía salir de mi asombro al ver una esfera», dice.
Una decena de rocas
La esfera está parcialmente enterrada y Kesenovic no quiere seguir con las labores por miedo a desprendimientos.
Las rocas redondas no son desconocidas en esta región. En la cercana aldea de Duboki Potok hay un yacimiento en el que hay alrededor de una decena, aunque mucho más pequeñas que la de Podubravlje.
Según cuentan los vecinos, muchas de estas rocas fueron destruidas en el pasado porque la gente pensaba que en su interior había oro.
Keserovic cree que la roca hallada en su propiedad puede interesar a visitantes, por lo que ha acondicionado el lugar al entender que es «una buena oportunidad para el desarrollo».
Limpió la zona, creó un pequeño parque y un improvisado bar con una decena de mesas para servir café, bebida y pequeñas comidas a los visitantes.
Los primeros turistas empezaron a llegar a este lugar a partir de otoño pasado.
Keserovic lamenta que muchos de sus vecinos no compartan su entusiasmo y consideran la esfera una piedra cualquiera. Las autoridades locales tampoco ha mostrado interés en su hallazgo.
El lugar empezó a ser conocido cuando el bosnio Semir Osmanagic, un autoproclamado «arqueólogo» residente en Estados Unidos, trajo a distintos especialistas para analizar la roca.
¿Pirámides en Bosnia?
Osmanagic es conocido por su teoría de que un grupo de colinas en la localidad de Visoki (en las afueras de Sarajevo) son en realidad las primeras pirámides de construcción humana.
Esta teoría ha sido criticada y denunciada como un «engaño» por diversas asociaciones europeas de arqueología.
Sin embargo, el empresario conocido en la región como el «Indiana Jones bosnio», convirtió las supuestas pirámides en una modesta atracción turística.
Ahora asegura que la esfera de Zavidovici también es obra de una antigua civilización desconocida.
Un estudio preliminar realizado por la Facultad de Minería y Geología de la Universidad de Tuzla (Bosnia) estima que el peso de la roca podría ser de 37,32 toneladas.
Osmanagic sostiene que de ser esa la masa, la roca sería la «más grande del mundo», ya que, como asegura, supera en tamaño a las mayores rocas esféricas de origen volcánico de Piedras Bola, en México, que tienen unas 35 toneladas.
El geólogo Mersudin Hodzic, de la Universidad de Tuzla, ha analizado por encargo de Osmanagic una muestra de unos 50 gramos de piedra que le ha enviado para determinar su peso.
Hodzic explicó a Efe que con esa pequeña muestra no es posible determinar el origen de la roca y que se debería hacer un análisis más profundo.
El origen: la concreción de los sedimentos
Otros científicos apuntan que la roca, lejos de pertenecer a una civilización desconocida, es producto de un fenómeno de sedimentación llamado «concreción», que tiende a producir rocas redondas.
En cualquier caso, la propiedad de Keserovic está atrayendo a cientos de personas cada mes para ver su roca gigante, incluso desde tierras tan lejanas como Japón o América Latina.
Keserovic, que no cobra entrada, calcula que unas tres mil personas han pasado por el lugar desde que desenterrara la roca.
Según afirma, los sondeos muestran que en las inmediaciones de la esfera de piedra hay una segunda enterrada, de mayor tamaño, pero que no tiene fuerzas para excavarla él solo.
0 comentarios