¿Necesita la vida extraterrestre un planeta para sobrevivir? Una reciente investigación sugiere que no es necesario, y ahora los científicos han propuesto una intrigante posibilidad.
¿Y si elimináramos el “terrestre” de “extraterrestre”? Los científicos han explorado recientemente la intrigante posibilidad de que la vida extraterrestre no necesite un planeta para subsistir.
Aunque tales organismos puedan o no existir en el universo, una nueva investigación tiene importantes implicaciones para los futuros esfuerzos humanos en el espacio.
A primera vista, los planetas parecen los lugares ideales para encontrar vida. Después de todo, el único lugar conocido donde se sabe que existe vida es la superficie de la Tierra. Y la Tierra es bastante agradable. Nuestro planeta tiene un profundo pozo gravitatorio que mantiene todo en su sitio y una densa atmósfera que mantiene las temperaturas de la superficie en los rangos adecuados para mantener agua líquida. Tenemos abundancia de elementos como el carbono y el oxígeno para formar los componentes básicos de los organismos biológicos. Y tenemos luz solar en abundancia que nos proporciona una fuente ilimitada de energía gratuita.
Partiendo de esta base, organizamos nuestra búsqueda de vida en otros lugares del universo. Es cierto que puede haber entornos exóticos o procesos químicos extravagantes, pero seguimos dando por sentado que hay vida en los planetas porque éstos se adaptan de forma natural a la vida tal y como la conocemos.
Nueva investigación cuestiona lo que se pensaba
En un reciente artículo aceptado para su publicación en la revista Astrobiology, los investigadores cuestionan este supuesto básico preguntándose si es posible construir un entorno que permita que la vida prospere sin un planeta.
Esta idea no es tan descabellada como parece. De hecho, ya tenemos un ejemplo de criaturas que viven en el espacio sin un planeta: los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). Esos astronautas necesitan enormes cantidades de recursos terrestres que se les transportan constantemente, pero los humanos son criaturas increíblemente complejas.
Quizá organismos más simples podrían arreglárselas solos. Al menos un organismo conocido, los diminutos tardígrados que viven en el agua, son capaces de sobrevivir en el vacío del espacio.
Cualquier comunidad de organismos en el espacio debe enfrentarse a varios retos. En primer lugar, debe mantener una presión interior frente al vacío espacial. Así que una colonia espacial necesitaría formar una membrana o caparazón. Afortunadamente, esto no es un gran problema; es la misma diferencia de presión que la existente entre la superficie del agua y una profundidad de unos 10 metros. Muchos organismos, tanto microscópicos como macroscópicos, pueden soportar estas diferencias con facilidad.
El siguiente reto es mantener una temperatura lo suficientemente cálida para el agua líquida. La Tierra lo consigue gracias al efecto invernadero de la atmósfera, que no será una opción para una colonia biológica espacial más pequeña. Los autores señalan organismos existentes, como la hormiga plateada del Sáhara (Cataglyphis bombycina), que pueden regular su temperatura interna variando las longitudes de onda de la luz que absorben y las que reflejan, creando así un efecto invernadero sin atmósfera. Así que la membrana externa de una colonia de organismos flotantes tendría que alcanzar las mismas capacidades selectivas.
A continuación, tendrían que superar la pérdida de elementos ligeros. Los planetas mantienen sus elementos gracias a la fuerza de gravedad, pero una colonia orgánica tendría que luchar contra ello. Incluso siendo optimistas, una colonia perdería elementos ligeros a lo largo de decenas de miles de años, por lo que tendría que encontrar la forma de reponerse.
Por último, la colonia biológica tendría que situarse dentro de la zona habitable de su estrella, para acceder a la mayor cantidad posible de luz solar. En cuanto a otros recursos, como el carbono o el oxígeno, la colonia tendría que empezar con un suministro estable, como un asteroide, y luego pasar a un sistema de reciclaje de bucle cerrado entre sus diversos componentes para mantenerse a largo plazo.
Vida flotando en el espacio
En conjunto, los investigadores dibujan el retrato de un organismo, o colonia de organismos, flotando libremente en el espacio. Esta estructura podría tener hasta 100 metros de diámetro y estaría contenida por una cáscara fina, dura y transparente. Este caparazón estabilizaría el agua de su interior a la presión y temperatura adecuadas y le permitiría mantener un efecto invernadero.
Aunque estos organismos pueden existir o no en el universo, la investigación tiene importantes implicaciones para las futuras actividades humanas en el espacio. Mientras que actualmente construimos hábitats con metal y abastecemos nuestras estaciones con aire, alimentos y agua transportados desde la Tierra, los futuros hábitats podrían utilizar materiales de bioingeniería para crear ecosistemas autosuficientes.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista Astrobiology, y pueden ser leídos en su totalidad en el servidor de pre-impresión arXiv.org.
[FT: phys.org]
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Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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