Un robot desapareció y luego reapareció misteriosamente cerca de la Antártida. Ahora se revela qué descubrió cuando estuvo perdido
Publicado el 31 Dic 2025
© Imagen: Pete Harmsen, Wikimedia Commons

Un dispositivo robótico de investigación oceanográfica, que se separó de manera imprevista del glaciar Totten y quedó a la deriva, terminó registrando información inédita de una de las zonas más remotas y difíciles de estudiar de la Antártida. Lo que comenzó como una pérdida accidental se transformó en una valiosa fuente de datos científicos.

Ubicado en la Antártida oriental, el glaciar Totten ha sido durante décadas un territorio prácticamente impenetrable para la observación directa. Tras permanecer fuera de control durante cerca de dos años y medio, el instrumento —un flotador oceánico autónomo del programa Argo— emprendió un recorrido inesperado que lo condujo bajo las plataformas de hielo Denman y Shackleton, áreas que hasta entonces no habían sido exploradas ni medidas con instrumentos directos.

Con sus sensores de temperatura y salinidad, el flotador recopiló nuevos datos durante un periodo de nueve meses bajo el hielo, lo que proporcionó una visión poco común del derretimiento del hielo antártico y el aumento del nivel del mar.

El extraordinario viaje del flotador Argo ha sido documentado recientemente por los científicos que participaron en la investigación, quienes detallaron los nuevos hallazgos en The Conversation.

Los flotadores Argo son flotadores autónomos que se utilizan en un programa internacional para medir las condiciones oceánicas, como la temperatura y la salinidad.

Los flotadores Argo son flotadores autónomos que se utilizan en un programa internacional para medir las condiciones oceánicas, como la temperatura y la salinidad. Crédito de imagen: Peter Harmsen, Wikimedia Commons

Flotadores Argo y plataformas de hielo

Con una profundidad de hasta dos kilómetros, los flotadores Argo son herramientas esenciales para comprender la región antártica. Estos dispositivos son robots que flotan libremente y se desplazan por el océano, subiendo y bajando, hasta que salen a la superficie aproximadamente cada 10 días para enviar sus datos a los satélites.

Los datos oceánicos también son esenciales para seguir el calentamiento global, ya que el 90 % del aumento de calor de los últimos 50 años se ha almacenado en el océano. Las regiones difíciles de medir bajo las plataformas de hielo proporcionan algunos de los datos más críticos para calcular el aumento del nivel del mar. Estas lecturas de temperatura y salinidad, recopiladas a intervalos de cinco días, son las primeras de este tipo que se recogen bajo la plataforma de hielo de la Antártida Oriental.

Las plataformas de hielo son glaciares flotantes que marcan el punto en el que la masa de hielo de la Antártida se encuentra con el mar, separándose del lecho rocoso sólido del continente helado. Impiden que el hielo continental entre en el mar, pero siguen siendo vulnerables al agua cálida que fluye por debajo de ellas, lo que derrite las plataformas de hielo.

El colapso de estas plataformas de hielo acelera el aumento del nivel del mar, por lo que los científicos están muy interesados en su monitoreo. Sin embargo, uno de los factores más críticos, el agua cálida que entra en las plataformas de hielo desde abajo, es muy difícil de observar directamente. En el pasado, los científicos han recurrido en ocasiones a perforar agujeros y bajar sensores en ellos para obtener datos, aunque esto es costoso y, por lo tanto, rara vez se hace.

El glaciar Denman, en el este de la Antártida.

El glaciar Denman, en el este de la Antártida. Crédito de imagen: Pete Harmsen, Wikimedia Commons

Un viaje por la Antártida

El glaciar Totten, que los investigadores estudiaron inicialmente, contiene suficiente hielo como para elevar el nivel del mar en 3,5 metros si se derritiera por completo. Su investigación previa sobre el Totten sugería que había suficiente agua cálida bajo la plataforma de hielo, lo que la exponía a un riesgo significativo de derretimiento rápido. Dada la evidente preocupación por el ecosistema global, el equipo se sintió molesto cuando su flotador Argo se alejó de su objetivo.

Afortunadamente, no tuvieron que esperar mucho antes de que el Argo encontrara otro objetivo adecuado: el glaciar Denman, capaz de producir un aumento del nivel del mar de 1,5 metros si se derritiera por completo. Análisis previos de datos de radar sugieren que Denman puede ser inestable, pero la recopilación de datos oceánicos que lo corroboren ha resultado difícil. Sin embargo, el caprichoso Argo descubrió que el agua cálida puede penetrar bajo la plataforma.

Después de nueve meses perdida bajo el hielo, el equipo comenzó a sospechar que su boya Argo podría haber terminado bajo una masa glacial, sin volver a transmitir nunca más. Pero entonces, de forma totalmente inesperada, la boya Argo emergió de debajo de Denman y Shackleton, enviando a los investigadores datos de regiones nunca antes visitadas bajo el hielo antártico.

Los glaciares Denman y Shackleton

Los glaciares Denman y Shackleton. Crédito de imagen: NASA, Wikimedia Commons

Análisis de los datos antárticos

Un obstáculo importante para los investigadores era que, sin la boya Argo saliendo a la superficie regularmente, los datos no podían etiquetarse con ubicaciones GPS. Aun así, el equipo logró superar este obstáculo en su análisis. Cada vez que el robot se acercaba a la superficie y encontraba hielo, registraba una medición esencial del espesor del hielo en el punto de contacto. Al cotejar esas lecturas con mediciones conocidas del espesor del hielo obtenidas por satélites, el equipo pudo trazar la trayectoria de las boyas Argo bajo la plataforma de hielo.

Afortunadamente, los datos indican que el agua cálida no está penetrando actualmente en la plataforma de hielo Shackleton, lo que significa que, al menos por ahora, el hielo de esta zona es relativamente estable. Sin embargo, el descubrimiento de agua cálida bajo Denman sigue siendo motivo de gran preocupación, ya que incluso un ligero aumento de la cantidad de agua cálida en esa zona podría acelerar el deshielo y, por lo tanto, provocar una mayor inestabilidad.

Referencias: “What our missing ocean float revealed about Antarctica’s melting glaciers”, The Conversation. (Fuente)

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Por: CodigoOculto.com

Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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