Científicos inician un proyecto de 14.2 millones de dólares para descifrar el “sexto sentido oculto” del humano
Publicado el 14 Oct 2025
© Imagen: GPT-5. Edición: codigooculto.com

Un equipo internacional de científicos ha iniciado un proyecto de 14.2 millones de dólares para descifrar el llamado “sexto sentido” del cuerpo humano, la interocepción, un sistema que permite al organismo percibir sus estados internos y mantener el equilibrio fisiológico. La investigación busca crear el primer mapa anatómico y molecular de las redes neuronales que conectan los órganos con el cerebro, un trabajo que podría transformar la comprensión de enfermedades neurológicas, metabólicas y mentales.

Un sentido oculto dentro del cuerpo

La interocepción es el sistema biológico que informa al cerebro sobre lo que ocurre dentro del cuerpo. A través de señales nerviosas que provienen del corazón, los pulmones, el intestino o el sistema inmunológico, el organismo puede detectar el ritmo cardíaco, la presión arterial, la temperatura o el estado de los órganos. Estas señales internas son esenciales para mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio que permite al cuerpo funcionar de manera estable.

Aunque los cinco sentidos clásicos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— se orientan hacia el mundo exterior, la interocepción actúa de forma silenciosa dentro de nosotros. Se trata de una red nerviosa compleja que monitorea en tiempo real los procesos internos, permitiendo al cerebro ajustar funciones vitales como la respiración, el apetito o la respuesta inmunitaria. Sin embargo, gran parte de su funcionamiento sigue siendo desconocido, en parte porque las señales internas se superponen, viajan por múltiples rutas y, en la mayoría de los casos, no llegan a la conciencia.

Un ambicioso mapa del sexto sentido

El nuevo proyecto, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), tiene como propósito trazar un atlas detallado de la interocepción. Con una inversión de 14.2 millones de dólares, los investigadores esperan identificar y clasificar las neuronas que transportan señales desde los órganos internos hacia el cerebro, así como los genes y moléculas involucrados en ese proceso.

La iniciativa será liderada por Ardem Patapoutian, neurocientífico de Scripps Research y Premio Nobel de Medicina en 2021 por descubrir los sensores celulares del tacto, junto con el químico Li Ye y la bióloga molecular Bosiljka Tasic del Allen Institute. También participa Xin Jin, quien codirige el componente genético y celular del proyecto. El equipo combinará técnicas de neurociencia, biología molecular e imágenes tridimensionales para construir un mapa estructural y funcional de las vías interoceptivas.

Ardem Patapoutian (liderará el proyecto), Li Ye and Xin Jin.

Ardem Patapoutian (liderará el proyecto), Li Ye and Xin Jin. Crédito de imagen: Scripps Research

Metodología y alcance científico

El trabajo se desarrollará a lo largo de cinco años y se dividirá en dos grandes áreas. En primer lugar, los científicos crearán un atlas anatómico mediante el marcaje y rastreo de neuronas sensoriales que se extienden desde la médula espinal hacia los distintos órganos. Este enfoque permitirá identificar las conexiones que comunican el cerebro con sistemas internos como el digestivo, el cardiovascular y el respiratorio.

La segunda parte del proyecto abordará el análisis molecular y genético de las neuronas interoceptivas. Mediante la secuenciación de ARN y la comparación de patrones de expresión génica, los investigadores intentarán determinar qué tipos de neuronas transmiten señales de diferentes órganos y cómo se organizan funcionalmente. El resultado será una base de datos de referencia sobre los tipos celulares, las rutas neuronales y los genes asociados al sentido interno del cuerpo humano.

Implicaciones médicas y científicas

Comprender la interocepción en detalle podría tener un impacto directo en la medicina. Muchas enfermedades están relacionadas con una comunicación deficiente entre el cuerpo y el cerebro. Alteraciones en este sistema se han vinculado con trastornos como la hipertensión, el dolor crónico, las enfermedades autoinmunes, los desórdenes digestivos, la ansiedad y la depresión.

El proyecto podría ayudar a identificar cómo las neuronas sensoriales internas cambian su actividad en estas condiciones, y a desarrollar estrategias terapéuticas que restauren el equilibrio fisiológico. Por ejemplo, si se logra identificar un tipo específico de neurona responsable de la percepción anómala del dolor visceral, sería posible diseñar fármacos o técnicas de estimulación que corrijan esa disfunción.

Además, el estudio podría proporcionar herramientas para el diagnóstico temprano. Un mapa detallado de las rutas interoceptivas permitiría detectar patrones anormales de comunicación entre órganos y cerebro antes de que se manifiesten síntomas clínicos visibles.

Un esfuerzo multidisciplinario sin precedentes

El proyecto destaca por su carácter interdisciplinario. Participan expertos en neurobiología, genética, bioinformática, anatomía y modelado tridimensional. Cada grupo abordará un nivel distinto de la interocepción: desde la microestructura celular hasta los circuitos neuronales globales.

Los investigadores del Allen Institute, por ejemplo, aplicarán su experiencia en el desarrollo de atlas cerebrales para crear modelos digitales tridimensionales de las rutas nerviosas. Paralelamente, el equipo de Scripps Research analizará las propiedades electrofisiológicas y moleculares de las neuronas. Este enfoque combinado permitirá integrar información visual, genética y funcional en un único marco de referencia.

Científicos inician un proyecto de 14.2 millones de dólares para descifrar el "sexto sentido oculto" del humano

Crédito de imagen: GPT-5 – Edición: codigooculto.com

Desafíos y límites actuales

A pesar del entusiasmo científico, el estudio enfrenta importantes desafíos. Las neuronas interoceptivas están distribuidas por todo el cuerpo y muchas de ellas se superponen con otras rutas sensoriales. Su identificación precisa requiere técnicas de imagen extremadamente sensibles y métodos de marcaje genético que permitan rastrear conexiones microscópicas a lo largo de grandes distancias.

Otro obstáculo es la traducción de los resultados a humanos. Gran parte del trabajo inicial se realizará en modelos animales, lo que plantea la necesidad de validar posteriormente las correspondencias anatómicas y funcionales en nuestro propio organismo. Además, la interocepción no actúa de manera aislada: interactúa con los sistemas motor, inmunológico y endocrino, generando una compleja red de retroalimentación difícil de representar en un modelo estático.

El legado de Patapoutian y la continuidad del Nobel

Ardem Patapoutian se hizo conocido por identificar los receptores celulares PIEZO1 y PIEZO2, responsables de detectar la presión mecánica y el tacto. Este nuevo proyecto puede considerarse una extensión natural de aquel trabajo, pero orientado hacia el interior del cuerpo. Si el tacto nos conecta con el mundo exterior, la interocepción nos conecta con nuestra fisiología interna.

El objetivo de Patapoutian y su equipo no es solo cartografiar las rutas neuronales, sino también descifrar cómo el cerebro interpreta esas señales para regular el organismo. De esa forma, la investigación busca establecer un marco común entre la neurociencia sensorial y la medicina interna.

Posibles aplicaciones futuras

A largo plazo, los resultados podrían influir en múltiples campos médicos. En la psiquiatría, permitirían comprender cómo los estados emocionales alteran la percepción corporal y viceversa. En la cardiología, ayudarían a explicar cómo las señales de presión o ritmo cardíaco afectan el sistema nervioso autónomo. En la gastroenterología, podrían revelar los mecanismos neuronales detrás de la saciedad, el apetito o el dolor visceral.

Asimismo, el proyecto podría sentar las bases para terapias de estimulación nerviosa más precisas, capaces de modular la comunicación entre cerebro y órganos sin necesidad de fármacos invasivos. También se vislumbra la posibilidad de diseñar biomarcadores interoceptivos que sirvan para predecir el riesgo de enfermedades metabólicas o neurodegenerativas.

Conclusión

El proyecto para descifrar la interocepción representa uno de los esfuerzos más ambiciosos de la neurociencia contemporánea. Su meta de construir un mapa anatómico y molecular del “sexto sentido” humano podría redefinir la relación entre mente, cuerpo y salud. A medida que avance, proporcionará información clave sobre cómo el cerebro monitorea y regula el equilibrio interno, abriendo el camino hacia una medicina más precisa, preventiva y centrada en la comunicación cuerpo-cerebro.

Referencias: “Scripps Research-led team receives $14.2M NIH award to map the body’s ‘hidden sixth sense'” (Fuente)

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Por: CodigoOculto.com

Redacción CODIGO OCULTO

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La verdad es más fascinante que la ficción.

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