Un vasto periodo de tiempo, mil millones de años, desaparecieron misteriosamente de la Tierra. Lógicamente, esto ha generado un acalorado debate y múltiples teorías entre los geólogos durante muchos años. Ahora, investigadores creen tener una respuesta, y esta apunta a los glaciares como los “culpables”.
Los científicos pueden reconstruir detalles increíbles sobre eras pasadas en la historia de la Tierra utilizando fósiles, rocas y otras pistas conservadas en su corteza. Pero a veces, la ausencia de registros geológicos es tan reveladora como su presencia.
Gran Discordancia
La Gran Discordancia, un fragmento de tiempo perdido que aparece en las rocas de todo el mundo, es el último ejemplo de este fenómeno. Este lapso gigante en la memoria de la Tierra supera los mil millones de años en algunos lugares, lo que da como resultado rocas de 550 millones de años que se asientan sobre capas antiguas que datan de 1.700 millones de años, sin rastro de las muchas épocas perdidas en el medio.
Durante más de un siglo, los científicos han debatido la causa de este inmenso apagón geológico, que borró una gran parte de la Era Neoproterozoica. Han surgido dos explicaciones principales, que no son mutuamente excluyentes: una sugiere que la actividad tectónica asociada con el ensamblaje y la ruptura del supercontinente Rodinia creó la Discordancia, mientras que otra apunta a la erosión de la glaciación generalizada durante la fase de “Tierra Bola de Nieve” de nuestro planeta ocurrida hace unos 700 millones de años.
Ahora, un equipo dirigido por Kalin McDannell, investigador postdoctoral en ciencias de la tierra en Dartmouth College, ha presentado nueva evidencia de que los glaciares fueron la fuerza principal que forjó esta misteriosa brecha en el tiempo.
Señal de enfriamiento
Los investigadores descubrieron una fuerte “señal de enfriamiento” en cuatro ubicaciones geológicas muy diferentes en América del Norte, lo que sugiere que la glaciación a escala continental puede ser “el único proceso previsible que puede explicar tanto la formación como la preservación de la Gran Discordancia”, según un estudio publicado el martes en The Proceedings of the National Academy of Sciences.
McDannell junto a C. Brenhin Keller, profesor asistente de ciencias de la Tierra en Dartmouth y un coautor del estudio, dijo en un comunicado:
“Algo realmente único estaba sucediendo en términos de geodinámica global y procesos superficiales que permitieron que la Gran Discordancia se formara y luego se conservara. Esa es mi perspectiva de por qué esto ha capturado la imaginación de la gente”.
Estudios previos sobre esta enorme brecha en el tiempo han encontrado evidencia de erosión tectónica en sitios como Pikes Peak, Colorado, y Ozark Plateau en Missouri, que estaban cerca de las fallas activas de Rodinia hace 700 millones de años. En su estudio, el equipo de McDannell amplió el alcance de estas regiones para incluir rocas del este del lago Athabasca en Saskatchewan, Canadá, y el valle del río Minnesota, que estaban lejos de cualquier actividad tectónica durante esta era antigua.
El equipo analizó los datos de termocronología publicados de estas diversas regiones y descubrió signos de enfriamiento síncrono de rocas asociado con la erosión glacial. Si bien la actividad tectónica podría haber contribuido a la Gran Discordancia en ciertas áreas, McDannell y sus colegas concluyeron que la glaciación es el único proceso que podría haber arrasado kilómetros de estratos geológicos en tantas regiones diferentes.
Keller dijo:
“Imagínese tomar el centro de los EE. UU. hoy, y luego erosionar kilómetros de eso en el lapso de un período geológico corto de, digamos, 60 a 100 millones de años. Normalmente eso no es lo que sucede. Si ese tipo de tasas de erosión fueran normales, no tendríamos una corteza que tuviera más de unos cientos de millones de años. Es una señal de enfriamiento excepcional en el interior del continente y es difícil imaginar muchas formas de hacerlo además de la glaciación”.
Si bien el nuevo estudio refuerza la hipótesis de la glaciación para la Gran Discordancia, el equipo planea analizar muestras de más lugares del mundo para tener una idea más amplia de las fuerzas que se tragaron estos años perdidos. Además de resolver uno de los misterios más intrigantes de la geología, estos estudios de seguimiento podrían tener implicaciones para comprender el surgimiento de vida compleja en la Tierra.
Esta enorme brecha en el registro geológico termina hace aproximadamente 550 millones de años, justo antes de la explosión de vida compleja que ha dominado el planeta desde entonces. Si bien no existe un vínculo establecido entre la causa de la Gran Discordancia y el surgimiento de las especies modernas, el momento ha intrigado a los científicos durante años.
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Keller agregó:
“Podemos imaginar por lo menos, sin volvernos demasiado especulativos, que un período de erosión glacial generalizada proporcionaría una gran cantidad de roca ígnea finamente triturada y roca de la corteza reelaborada en general, con una gran cantidad de nutrientes en ella, que ciertamente no sería suficiente si fueras un organismo que estaba tratando de diversificarse y proliferar en ese período de tiempo”.
McDannell agregó:
“Falta un gran trozo de roca y justo después tenemos esta explosión de vida. Así que puedes, tenue o tentativamente, hacer esta inferencia causal. No diría que es muy conocido todavía, pero sin duda es un área que podría analizarse”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences.
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