Lucy, la antepasado humano de 3.2 millones de años poseía enormes músculos en las piernas que le permitían mantenerse erguida y trepar a los árboles. El Australopithecus afarensis, la especie extinguida a la que pertenece Lucy, probablemente podía enderezar las articulaciones de las rodillas, extender las caderas y mantenerse erguido como los humanos modernos.
Nuestra antepasada “Lucy”, de 3.2 millones de años de antigüedad, podía ponerse de pie y caminar erguida como los humanos modernos, según revela un nuevo modelado muscular en 3D.
El hallazgo refuerza el consenso cada vez mayor entre los investigadores de que el Australopithecus afarensis -la especie extinguida a la que pertenece Lucy- caminaba erguido y no agachado como un chimpancé.
La reconstrucción de la pelvis y los músculos de las piernas del homínido también sugiere que podía trepar a los árboles, lo que significa que la especie probablemente prosperó tanto en los bosques como en los pastizales de África oriental hace entre 3 y 4 millones de años.
Ashleigh Wiseman, investigadora asociada del Institute for Archaeological Research en la University of Cambridge, dijo en un comunicado:
“Los músculos de Lucy sugieren que era tan hábil en el bipedismo como nosotros, y que posiblemente también se sentía a gusto en los árboles. Habría sido capaz de explotar ambos hábitats con eficacia”.
Lucy podía caminar erguida, dice nuevo estudio
Los fósiles de Lucy son los restos de Australopithecus mejor conservados jamás desenterrados, ya que el 40% de su esqueleto se recuperó en la región etíope de Hadar a mediados de la década de 1970. Sus huesos indican que medía 1 metro y pesaba entre 13 y 42 kilogramos. Su descubrimiento apunta a la posibilidad de que los antepasados humanos pudieran caminar erguidos mucho antes de desarrollar cerebros más grandes.
Aunque los tejidos blandos no son visibles en los registros fósiles, los científicos pueden reconstruir el aspecto de los músculos de las especies extinguidas utilizando a los humanos modernos (Homo sapiens) como análogos. Nuestra estructura ósea y las inserciones musculares pueden ayudar a comprender cómo estaban dispuestos los músculos en el esqueleto de Lucy.
En un estudio publicado el miércoles 14 de junio en la revista Royal Society Open Science, Wiseman utilizó un método de modelado digital para recrear 36 músculos en cada una de las piernas de Lucy.
La reconstrucción muestra que Lucy podía enderezar las articulaciones de las rodillas y extender las caderas de forma similar a los humanos modernos, lo que sugiere que la especie podía ponerse de pie y caminar erguida.
Anatomía de Lucy era muy diferente a lo que se pensaba
El modelo también revela las proporciones de grasa y músculo en las piernas de Lucy, lo que demuestra que eran mucho más musculosas que las de un humano moderno y similares en composición a las de un bonobo (Pan paniscus). Mientras que un muslo humano tiene aproximadamente un 50% de músculo, las de Lucy tenían probablemente un 74% y menos grasa. Algunos de los músculos de sus pantorrillas y muslos ocupaban el doble de espacio en sus piernas que en las piernas humanas actuales.
Las rodillas de Lucy mostraban una mayor amplitud de movimiento en el eje extensión-flexión que las de un ser humano. Esto, combinado con su masa muscular, sugiere que A. afarensis podía utilizar una amplia gama de hábitats, desde densos bosques hasta sabanas cubiertas de hierba. Este tipo de locomoción no se observa en ningún animal moderno, dijo Wiseman.
Wiseman dijo:
“Es probable que Lucy caminara y se moviera de una forma que no vemos en ninguna especie viva actual”.
Aunque el hallazgo se basa en un esqueleto incompleto, y sigue sin saberse con qué frecuencia A. afarensis adoptaba una postura erguida, los resultados del análisis apoyan el consenso actual sobre las capacidades físicas de Lucy.
Fred Spoor, profesor e investigador del Museo de Historia Natural del Reino Unido, dijo en un comunicado:
“El artículo actual no cambia nuestra forma de pensar”.
Sin embargo, la reconstrucción de los músculos es un método novedoso y emocionante para confirmar el bipedismo, dijo Spoor en un comunicado.
Spoor dijo:
“Este enfoque es ciertamente prometedor. Va más allá de las interpretaciones a veces algo simplistas de los paleontólogos cuando se trata de inferir qué movimientos y patrón locomotor caracterizaban a una especie extinta”.
El modelado muscular ya ha ayudado a los investigadores a calibrar la velocidad de marcha de un Tyrannosaurus rex y podría arrojar luz sobre rasgos similares en humanos arcaicos.
Wiseman dijo:
“Aplicando técnicas similares a los humanos ancestrales, queremos desvelar el espectro de movimiento físico que impulsó nuestra evolución”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en Royal Society Open Science.
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