Un extraordinario y muy antiguo ejemplar animal nos muestra como estos organismos veían el mundo.
Un grupo de científicos han encontrado lo que creen que es el ojo más antiguo descubierto en un fósil de hace 530 millones de años.
Los restos de la criatura marina extinta incluyen la forma temprana de un ojo, que se ve en muchos animales que existen en la actualidad, incluidas las abejas y las libélulas.
El equipo, conformado por un grupo internacional de científicos, realizó el descubrimiento mientras examinaba el fósil de una especie llamada trilobite descubierta en Estonia.
Los trilobites, antepasados de los cangrejos y arañas, vivieron en aguas costeras durante la era paleozoica hace 541 a 251 millones de años.
Los científicos descubrieron que la especie, llamada Schmidtiellus reetae, tenía una forma primitiva de ojo compuesto, un órgano óptico que consiste en pequeñas células visuales llamadas ommatidios.
«Este fósil excepcional nos muestra cómo los animales primitivos vieron el mundo a su alrededor hace cientos de millones de años», dijo el profesor Euan Clarkson, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, quien formó parte del equipo de investigación.
«Sorprendentemente, también revela que la estructura y función de los ojos compuestos apenas ha cambiado en medio billón de años».
Un examen del fósil reveló que la especie probablemente tenía una visión pobre en comparación con muchos animales modernos, pero aún así podía identificar a los depredadores que se aproximaban, dijeron los investigadores.
Su ojo consiste en aproximadamente 100 ommatidios, que se encuentran relativamente separados en comparación con los ojos compuestos actuales.
El ojo del fósil no tiene lente, a diferencia de los ojos compuestos modernos, porque la especie carecía de partes del caparazón necesario para formar uno.
El equipo también reveló que solo unos pocos millones de años después, se desarrollaron ojos compuestos mejorados con mayor resolución en otra especie de trilobites de la actual región báltica.
«Este puede ser el primer ejemplo de un ojo que es posible encontrar», dijo la profesora Brigitte Schoenemann, de la Universidad de Colonia, que realizó el estudio junto con la Universidad Tecnológica de Tallin en Estonia.
«Los especímenes más viejos en capas de sedimentos debajo de este fósil contienen solo rastros de los animales originales, que eran demasiado blandos para ser fosilizados y se han desintegrado con el tiempo».
El estudio científico ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Fuente: Science Reload
EXCELENTE PUBLICACIÓN, FELICITACIONES
Gracias por seguirnos Alejandro