Los astrónomos han captado por primera vez evidencia visual de la existencia de estructuras tubulares de plasma en las capas interiores de la magnetósfera alrededor de la Tierra.

«Por más de 60 años, los científicos creían que estas estructuras existían, pero por proyección de imágenes por primera vez hemos proporcionado evidencia visual de que están realmente allí», dice Cleo Loi del ARC Centre of Excellence for All-sky Astrophysics (CAASTRO) y de la Escuela de Física de la Universidad de Sydney.

Loi es autora de esta investigación, realizada como parte de su premiada tesis de licenciatura y publicada en la revista Geophysical Research Letters.

«El descubrimiento de las estructuras es importante debido a que causan distorsiones de las señales no deseadas que podrían, como un ejemplo, afectar a nuestros sistemas de navegación basados en satélites civiles y militares. Así que tenemos que entenderlas», dijo.

Las estructuras de plasma se explican en este vídeo:

La región del espacio alrededor de la Tierra ocupada por su campo magnético, llamada magnetósfera, está llena de plasma creado por la atmósfera al ser ionizada por la luz solar.

La capa más interna de la magnetósfera es la ionósfera, y por encima de esta se encuentra una esfera de plasma. Están integrados con una variedad de estructuras de plasma con formas extrañas, incluyendo los tubos.

«Medimos su posición para estar cerca de 600 km por encima del suelo, en la ionosfera superior, y parecen continuar hacia arriba en la esfera de plasma. Esto es aproximadamente donde termina la atmósfera neutra, y estamos en transición hacia el plasma del espacio exterior», dijo Loi.

Cleo Loi. Crédito: Sydney Morning Herald

Utilizando el Murchison Widefield Array, un radiotelescopio en el desierto australiano occidental, Loi encontró que podía trazar grandes manchas en el cielo y explotar las capacidades de realizar instantáneas rápidas de la matriz para crear una película – capturando de manera efectiva los movimientos en tiempo real del plasma.

Loi fue galardonada en el año 2015 con el Bok Prize de la Sociedad Astronómica de Australia por su trabajo.