Un equipo de científicos que realizaba una investigación han detectado indicios de una estructura oculta en el núcleo de la Tierra. Como dicen los investigadores es como si el núcleo interno de la Tierra tuviera otro núcleo aún más interno.
Aunque la mayoría de nosotros damos por sentado que el suelo que pisamos está escrito en sus complejas capas, como las páginas de un libro, está la historia de la Tierra, nuestra historia.
La investigación muestra que hay capítulos poco conocidos de esa historia, en lo más profundo del pasado de la Tierra. De hecho, el núcleo interno de la Tierra parece tener otro núcleo aún más interno.
Joanne Stephenson, geofísica de la Australian National University, dijo en un comunicado:
“Tradicionalmente se nos ha enseñado que la Tierra tiene cuatro capas principales: la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno”.
Lo que hay bajo la corteza
Nuestro conocimiento de lo que hay bajo la corteza terrestre se ha deducido principalmente de lo que han divulgado los volcanes y de lo que han susurrado las ondas sísmicas.
A partir de estas observaciones indirectas, los científicos han calculado que el abrasador núcleo interno, con temperaturas que superan los 5.000 grados Celsius (9.000 Fahrenheit), sólo representa el 1% del volumen total de la Tierra.
Pero hace unos años, Stephenson y sus colegas hallaron pruebas de que el núcleo interno de la Tierra podría tener dos capas distintas.
Stephenson explicó:
“Es muy emocionante, ¡y podría significar que tenemos que reescribir los libros de texto!”.
El equipo utilizó un algoritmo de búsqueda para cotejar miles de modelos del núcleo interno con los datos observados durante décadas sobre el tiempo que tardan las ondas sísmicas en atravesar la Tierra, recopilados por el International Seismological Centre.
Diferencias en las trayectorias de las ondas sísmicas a través de las capas de la Tierra. Crédito: Stephenson et al., Journal of Geophysical Research: Solid Earth, 2021
¿Qué hay ahí abajo? El equipo analizó algunos modelos de la anisotropía del núcleo interno -la forma en que las diferencias en la composición de su material alteran las propiedades de las ondas sísmicas- y descubrió que algunos eran más probables que otros.
Núcleo interno
Mientras que algunos modelos sugieren que el material del núcleo interno canaliza las ondas sísmicas más rápidamente en paralelo al ecuador, otros indican que la mezcla de materiales permite ondas más rápidas más paralelas al eje de rotación de la Tierra. Aun así, hay discusiones sobre el grado exacto de diferencia en determinados ángulos.
El estudio realizado aquí no mostró mucha variación con la profundidad en el núcleo interno, pero sí descubrió que había un cambio en la dirección lenta a un ángulo de 54 grados, con la dirección más rápida de las ondas paralelas al eje.
Stephenson dijo:
“Encontramos pruebas que pueden indicar un cambio en la estructura del hierro, lo que sugiere quizás dos acontecimientos de enfriamiento separados en la historia de la Tierra.
Los detalles de este gran acontecimiento siguen siendo un misterio, pero hemos añadido otra pieza al rompecabezas en lo que respecta a nuestro conocimiento del núcleo interno de la Tierra”.
Núcleo de la Tierra. Crédito: depositphotos.com
Estos nuevos hallazgos podrían explicar por qué algunas pruebas experimentales han sido incoherentes con nuestros modelos actuales de la estructura de la Tierra.
La presencia de una capa interna ya se había sospechado antes, conios de que indic los cristales de hierro que componen el núcleo interno tienen diferentes alineaciones estructurales.
El equipo explicó en su artículo:
“Estamos limitados por la distribución de los terremotos y receptores globales, especialmente en las antípodas polares”.
Pero sus conclusiones coinciden con las de otros estudios sobre la anisotropía del núcleo más interno.
Futuras investigaciones podrían colmar algunas de estas lagunas de datos y permitir a los científicos corroborar o contradecir sus hallazgos, y es de esperar que traduzcan más historias escritas en esta capa temprana de la historia de la Tierra.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en el Journal of Geophysical Research.
Crédito imagen de portada: depositphotos.com
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