Una nueva investigación ha determinado que las estrellas gigantes, mucho más grandes que el Sol, serían más comunes de lo que se creía anteriormente, y que podrían alcanzar tamaños de 200 a 300 veces nuestro Sol. Esto anteriormente era considerado imposible por los científicos, y es evidente que la abundancia de estos gigantescos astros podría reeescribir nuestra comprensión del universo.
Para que una estrella sea llamada gigantesca o «masiva» debe tener de 8 a 10 veces la masa del Sol. Los explosivos ciclos de vida de estas estrellas dan forma al universo, al generar agujeros negros, estrellas de neutrones y potentes vientos estelares.
Según el físico Fabian Schneider de la Universidad de Oxford: «Estas estrellas gigantes son motores cósmicos que han ayudado a transformar el universo prístino en el que vivimos hoy».
Sin embargo, y según Schneider, hasta hace poco muchos astrónomos no creían que una estrella con 200 veces la masa del Sol pudiera existir. Ahora, este nuevo estudio estima que la masa máxima que una estrella podría alcanzar es de hasta 300 masas solares.
Para el desarrollo del estudio científico, los investigadores utilizaron el Very Large Telescope en Chile para escudriñar la nebulosa de la Tarántula o también llamada 30 Doradus. En esta sección del espacio se encuentran algunas de las estrellas más grandes y rápidas jamás observadas, y además se caracteriza por un estallido estelar extremo, que viene desde el universo temprano. Este generador de estrellas está ubicado a 180.000 años luz de distancia, en la Nube de Magallanes.
Los investigadores utilizaron la espectroscopía para lograr determinar la temperatura de la superficie, su aceleración, su velocidad de rotación y la luminosidad de las estrellas en la nebulosa de la Tarántula.
Según explica Schneider: «Dividimos la luz en sus componentes individuales de longitud de onda. Esto nos da una ‘huella dactilar’ característica de las estrellas».
Esto permitió a los investigadores determinar, de forma más precisa, la edad y masa de las estrellas, comparando los datos obtenidos con modelos teóricos que predicen la aparición de estrellas.
Esta información permitió a los investigadores determinar aún más la edad y la masa de estrellas al comparar sus datos con modelos teóricos que pueden predecir la aparición de estrellas.
Los resultados de las comparaciones y análisis dejaron totalmente sorprendidos a los investigadores, al confirmar la existencia de casi 1.000 estrellas con masas de entre 15 y 200 veces la del Sol. Según Schneider: «Hay un exceso significativo de estrellas gigantes en la nebulosa de la Tarántula. Todavía no entendemos cómo fue posible». Según las nuevas estimaciones, la nebulosa produce un 70 por ciento más de supernovas que los cálculos previos asumidos. La tasa de formación del agujero negro casi se triplica en la nueva estimación.
«Si la naturaleza logró formar tantas estrellas allí, también podrá hacerlo en otras regiones similares del universo», dijo Schneider.
Es muy importante lograr una concepción precisa de estas estrellas gigantes, ya que permiten una mejor comprensión del universo. Estas estrellas influyen demasiado en su entorno, al producir potentes vientos estelares, radiación extrema y explosiones de supernova, características que son cruciales para la evolución de las galaxias.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Science.
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