Investigaciones recientes han demostrado que una erupción del volcán Ilopango del siglo VI en El Salvador provocó un catastrófico cataclismo llamado «Pequeña Edad de Hielo», que cambió la vida de los pueblos indígenas y el resto del mundo.
De acuerdo con la investigación, hasta el hielo de Groenlandia y la Antártida podrían contener trazas de la erupción. Actualmente el volcán no está activo, pero los científicos creen que en el siglo VI el volcán expulsó unos 430 kilómetros cúbicos de roca densa, lo que la convierte en la erupción más grande en los últimos 7,000 años.
La erupción fue tan fuerte que cambió por completo los asentamientos mayas y el futuro de este pueblo, incluso causó una interrupción en la creación de edificios de piedra, inexplicable hasta el día de hoy.
Además, el estudio revela otro misterio de la historia mundial: el origen de la niebla negra que cubrió el sol y causó múltiples muertes hasta el año 536 d.C. Los científicos una vez pensaron que la nube representaba los restos de un asteroide o cometa. Datos recientes revelan el origen volcánico de este fenómeno.
Evidencia incuestionable
Los núcleos de hielo en Groenlandia y la Antártida muestran que en los años 536, 539 y 540 d.C. hubo subproductos de grandes erupciones: picos de sulfato. Los geólogos creían que hubieron dos erupciones: la primera en 536 de un volcán en Alaska o Islandia modernas, y la segunda en 539 o 540 d.C. en los trópicos, pero no se sabía exactamente qué eran estos volcanes.
Para identificarlos, los científicos decidieron hacer un análisis de la vegetación de esa época que debería contener los rastros de volcanes.
Descubrieron la existencia de antiguos árboles. Los trabajadores que excavaban allí dijeron que habían encontrado árboles en la formación rocosa cubiertos por la ceniza de la erupción.
Debido al hecho de que los árboles estaban tan bien conservados, los científicos pudieron saber cuántos años tenían cuando fueron destruidos por la erupción de Ilopango. Los datos muestran que los árboles probablemente murieron entre 530 y 540 d.C.
Sin embargo, solo una erupción en los datos obtenidos de los análisis de hielo de Groenlandia y el Antártico coincide con este momento, con el tamaño y el efecto sobre el clima mundial, es decir, el evento que ocurrió en 539 o 540 d.C.: la erupción de Ilopango.
«Erupción de pesadilla»
Además de las consecuencias climáticas, la erupción de Ilopango fue considerada por la gente de la época como un evento apocalíptico. Los investigadores estiman que entre 40.000 y 80.000 personas murieron por la erupción en sí, ahogadas por el gas y las rocas que escupió Ilopango.
Para las poblaciones periféricas, la erupción de Ilopango también debe haber sido una pesadilla. Las cenizas probablemente borraron el sol del cielo y convirtieron el día en noche. Las casas probablemente fueron destruidas, la gente sufrió escasez de alimentos y agua, con campos cubiertos de cenizas. Según las estimaciones, entre 100.000 y 400.000 personas fueron afectadas. Los que no murieron de hambre o enfermedad se vieron obligados a huir a los lugares menos afectados al norte de Guatemala.
Janine Krippner, una vulcanóloga citada por National Geographic, que no participó en el estudio, dijo en un comunicado:
Esta fue una erupción de pesadilla. Incluso con la ciencia y el conocimiento que tenemos hoy, sería un evento realmente aterrador. Me puedo imaginar lo que la gente de aquellos días pensaba que estaba sucediendo”.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Quaternary Science Reviews.
Fuente: Sputnik News
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