La exploración en conjunto con la labor científica han permitido el descubrimiento de un artefacto que data de hace 500.000 años y que “reescribe la historia humana temprana”. De acuerdo a los científicos, este hallazgo podría alterar nuestra comprensión de los primeros días de la vida avanzada en la Tierra.
El antiguo objeto compuesto de madera fue descubierto en la cuenca del río Kalambo, en Zambia, cerca de las cataratas de Kalambo. Al describir los hallazgos en un nuevo estudio, los investigadores escriben que los restos consisten en “dos troncos entrelazados unidos transversalmente por una muesca cortada intencionadamente”.
No es solo un pedazo de tronco de árbol
Como demuestran las marcas de corte de las herramientas de piedra, está claro que no se trataba de un simple tronco de árbol caído. Se trataba de un objeto elaborado intencionadamente que probablemente formaba parte de una estructura, tal vez una pasarela o una plataforma elevada para hacer frente a las inundaciones intermitentes de la zona.
El descubrimiento es excepcional, ya que es muy raro que la madera permanezca intacta tanto tiempo. Abandonada a la intemperie, la madera se pudre y descompone rápidamente. Sin embargo, los niveles de agua permanentemente altos de las cataratas de Kalambo lograron preservar la madera en condiciones relativamente buenas.
Para datar los restos leñosos, los científicos de la University of Liverpool utilizaron nuevas técnicas de datación por luminiscencia. Este método permite determinar la edad de un objeto calculando el momento en que los minerales de la arena que rodea los restos estuvieron expuestos a la luz solar.
Artefacto reescribe la historia humana temprana
Esta técnica dató el yacimiento en 476.000 años, mucho antes de lo que estimaban las técnicas de datación anteriores. Esto es mucho antes de que nuestra especie (Homo sapiens) siquiera evolucionara, lo que indica que la estructura ¡fue obra de otro homínido!
Los hallazgos cuestionan muchas de las hipótesis que teníamos sobre los antiguos humanos de esa época.
En primer lugar, indica claramente que los humanos de la Edad de Piedra no eran estrictamente nómadas. Las cataratas de Kalambo tenían una fuente permanente de agua, así como un bosque abundante que les habría proporcionado alimentos y recursos más que suficientes. No es difícil imaginar que se asentaran aquí, utilizando los árboles del bosque para construir estructuras permanentes que duraron generaciones.
En segundo lugar, estas pruebas sugieren que estos antiguos humanos eran más avanzados tecnológicamente de lo que solemos creer. Si este bosque fue realmente el hogar de alguien, demuestra que tenían destreza física, un uso avanzado de herramientas e incluso un elemento de creatividad que les permitía “ver el bosque por los árboles”, por así decirlo.
En definitiva, parece que estos antiguos humanos –que no eran Homo sapiens– eran más parecidos a nosotros de lo que se pensaba.
Larry Barham, arqueólogo de la University of Liverpool que dirige el proyecto de investigación “Deep Roots of Humanity”, dijo en un comunicado:
“Este hallazgo ha cambiado mi forma de pensar sobre nuestros primeros antepasados. Olvídense de la etiqueta ‘Edad de Piedra’, fíjense en lo que hacían estas personas: fabricaban algo nuevo, y grande, con madera. Utilizaron su inteligencia, imaginación y habilidades para crear algo que nunca antes habían visto, algo que nunca antes había existido.
Transformaban su entorno para hacer la vida más fácil, aunque sólo fuera haciendo una plataforma en la que sentarse junto al río para hacer sus tareas cotidianas. Esta gente era más parecida a nosotros de lo que pensábamos”.
Los hallazgos de la investigación han sido publicados en la revista Nature.
Conclusión:
El hallazgo sugiere que los homínidos que confeccionaron el artefacto estaban más avanzados de lo que se pensaba anteriormente, dado que la herramienta se utilizó mucho antes de que surgiera el Homo sapiens. En cambio, se cree que la especie Homo heidelbergensis podría haber construido la herramienta, o un ancestro humano incluso más antiguo.
El hallazgo podría incluso llegar a cambiar nuestra comprensión de la definición de “Edad de Piedra”, ya que el nivel de sofisticación en el arte de la herramienta va más allá de lo que normalmente se asocia con nuestra comprensión actual de la edad.
[H/T: eurekalert]
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